Agnel es la gloria de Francia
La aparici¨®n prodigiosa de este nadador, al que se presupon¨ªa m¨¢s fondista que el¨¦ctrico, bate a Lochte en el ¨²ltimo relevo de los 4x100 y a Estados Unidos por extensi¨®n
Las miradas se dirigieron hacia Gregg Troy. El responsable del equipo masculino de nataci¨®n estadounidense movi¨® el espeso bigote y habl¨® con voz nasal: ¡°Quiz¨¢ estemos ante la mayor reuni¨®n de relevistas de todos los tiempos¡±. No le faltaba raz¨®n. La final de relevos de 4x100 se present¨® como el gran acontecimiento de la piscina ol¨ªmpica en la segunda jornada de competici¨®n. Un combate entre potencias que, como avis¨® Troy, no se limitar¨ªa al cl¨¢sico del Pac¨ªfico, ese duelo entre Estados Unidos y Australia del que la prensa de ambos pa¨ªses no dejaba de hablar desde hac¨ªa meses. Hab¨ªa m¨¢s. Se?ales amenazantes provenientes de Francia y Rusia. Nadadores j¨®venes, sin apenas recorrido en la prueba, pero con un potencial desconocido que pod¨ªa manifestarse inesperadamente para coger por sorpresa a los equipos con mayor tradici¨®n.
Yannick Agnel, un flaco de 20 a?os, de m¨¢s de dos metros, fue el elemento inesperado. Poco se sab¨ªa de las cualidades de este nadador para las pruebas de velocidad. No cab¨ªan dudas sobre sus condiciones para el fondo. Pose¨ªa el r¨¦cord franc¨¦s de 400 y 200 libre. Pero de sus incursiones en los 100 metros hab¨ªan pocos registros, aparte de la notable marca que consigui¨® este a?o en Dunquerque: 48,02 segundos. Como dijo Troy, algo se estaba moviendo en la vieja Europa.
La segunda posta fue el turno de Michael Phelps, que consigui¨® poner a su equipo en la cabeza de la final. Fue una aparici¨®n grandiosa
Agnel fue el hombre de la final. El h¨¦roe, la aparici¨®n fulgurante que destroz¨® la prodigiosa arremetida de Estados Unidos en el primer tercio de la prueba, cuando amenaz¨® el r¨¦cord del mundo. No hubo noticias de Australia y su colecci¨®n de figuras, ni mucho menos de James Magnussen, que ostentaba la mejor marca de siempre con ba?ador textil (47,10 segundos). Magnussen fue el encargado de abrir la carrera a modo de mensaje intimidatorio. Su misi¨®n fue abrir brecha. Pero Nathan Adrian, corchera con corchera, no le cedi¨® ni un cent¨ªmetro. Al contrario, entreg¨® la cabeza de la carrera a Michael Phelps, que se encarg¨® de la segunda posta. Phelps se redimi¨® de su accidentado primer d¨ªa con un despliegue de grandeza. Cubri¨® su parte en 47,15s, un tiempo formidable, y asegur¨® medio oro para Estados Unidos. El velocista negro, Cullen Jones, hizo un buen trabajo para aumentar la ventaja. Australia parec¨ªa hundida. Pero se avecinaban Rusia y Francia.
Fabien Gilot, Clement Lefert y Yannick Agnel sucedieron al veterano Amaury Leveaux. Leveaux y Gilot eran los ¨²nicos supervivientes de la desventura de Pek¨ªn. En los ¨²ltimos Juegos, los estadounidenses arrebataron el oro a los franceses por una pulgada, atac¨¢ndoles desde atr¨¢s, contra las previsiones, que situaban al conjunto europeo en lo m¨¢s alto del podio. Ayer se invirti¨® la situaci¨®n. Estados Unidos lider¨® la carrera y los franceses entablaron la persecuci¨®n. Antes Francia debi¨® poner en escena otro equipo espl¨¦ndido. No es sencillo. La construcci¨®n de un gran relevo es la prueba m¨¢s clara de que la nataci¨®n de un pa¨ªs goza de una salud excelente. Su mejor exponente fue el secreto Agnel, el chico p¨¢lido y sonriente al que nadie consideraba. Ven¨ªa de clasificarse con una buena marca para la final de 200 libre. Hab¨ªa hecho un esfuerzo tremendo. Pero se recuper¨® en cuarenta minutos y le bast¨® para poner a Francia en la gloria con una actuaci¨®n fabulosa. Nad¨® el ¨²ltimo 100 en 46,74s. Fue el ¨²nico competidor en bajar de 47. Lo hizo ante Ryan Lochte, el hombre m¨¢s en forma de Estados Unidos, que tambi¨¦n ven¨ªa de nadar las semifinales de 200 libre. Con 28 a?os, le debi¨® resultar dif¨ªcil recuperarse. La velocidad que le imprimi¨® su adversario en el ¨²ltimo 50 expuso su debilidad.
A Lochte le cuesta cada vez m¨¢s bajar de 49 segundos. No es un especialista y su equipo lo pag¨® con una plata
Troy eligi¨® a Lochte, su pupilo en Florida, en una decisi¨®n que gener¨® controversia en el entorno de Estados Unidos. Tuvo un tufillo a favoritismo. No faltaban otras opciones, en cualquier caso: Jimmy Felgen y Matt Grevers hab¨ªan nadado por debajo de 49 segundos este a?o. A Lochte le cuesta cada vez m¨¢s bajar de los 49. S¨®lo lo hab¨ªa conseguido una vez este a?o, en los ¡®trials¡¯ (48,91s). No es un especialista y su equipo lo pag¨® con una plata que sabe a fracaso para un pa¨ªs que no admite la derrota.
El m¨¦rito fue de Agnel, el temor justificado de Troy, que no dio tregua a su nadador. Sali¨® del viraje y, cuando la mayor¨ªa se entrega, a las dos patadas de delf¨ªn de Lochte el franc¨¦s respondi¨® con una progresi¨®n lenta y tenaz. Le atrap¨® cuando faltaban unos metros para la meta. En pleno griter¨ªo de p¨²blico y nadadores euf¨®ricos y espantados. Los espantados fueron Phelps y sus compa?eros, de pie sobre la plataforma de la piscina, incr¨¦dulos. Los dichosos fueron los franceses que se colgaron un oro largamente buscado, el primero de relevos que consiguen en su historia.
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