¡°He sido un ser humano toda mi vida¡±

Le preguntaron si los Juegos de Londres le hab¨ªan devuelto a la condici¨®n de ser humano, tras quedarse fuera del podio en una prueba y perder la medalla de oro en otras dos, y Michael Phelps se rasc¨® la cabeza haciendo una mueca: ¡°?He sido un ser humano toda mi vida!¡±.

Su escurridizo acento de Baltimore, evocador de los personajes de The Wire, impregn¨® la sala junto a la piscina de tonos provincianos, jocosos y espont¨¢neos. Pero hab¨ªa poco que agregar al discurso tantas veces repetido en los acontecimientos publicitarios. ¡°Siempre me repet¨ª que todo era posible¡±, dijo, cuando, conseguidas las 19 medallas, se convirti¨® en el hombre con m¨¢s metales en la historia de los Juegos. ¡°Puse mi mente en alcanzar cosas que nadie hab¨ªa logrado antes. Me promet¨ª que nada se interpondr¨ªa en mi camino: que Michael Phelps ser¨ªa el primero. Ha sido una aventura incre¨ªble. Cuando est¨¢bamos con el equipo del 4x200 en el podio les dije: ¡®Chicos, no voy a poder cantar el himno, estoy muy emocionado¡¯¡±, explic¨®; ¡°ten¨ªa tantas emociones pasando por mi cabeza que intent¨¦ componerme pero no pude. Es un sentimiento muy agradable y una gran manera de acabar mi carrera¡±.

¡°Tras el 200 mariposa no busqu¨¦ excusas; no me funcion¨® la finalizaci¨®n¡±, reflexion¨®

A la epopeya de Phelps le quedan tres pruebas: el relevo de 4x100 estilos, los 100 mariposa y los 200 estilos que nadar¨¢ hoy. ¡°Despu¨¦s del 200 mariposa no quise buscar excusas¡±, explic¨®, sobre su carrera perdida. ¡°Hab¨ªa entrenado las finalizaciones pero no funcion¨®. Llego el momento en el que necesitaba darlo todo y apareci¨® Chad, que estaba en el lugar adecuado en el momento correcto y puso la mano donde deb¨ªa. Lo conozco desde hace un a?o y es un gran competidor. Es un chico muy hambriento. ?Y qu¨¦ quieren que diga? ?Puso la mano primero! Fue muy frustrante, pero me olvid¨¦ de todo, pas¨¦ p¨¢gina y me apliqu¨¦ en el relevo. Sab¨ªa que los franceses iban a venir muy r¨¢pido al final. En los ¨²ltimos 25 metros sent¨ª que el oro era nuestro¡±.

Al acabar el 4x200, Phelps se volvi¨® sobre la corchera de su izquierda, en donde estaba Yannick Agnel. ¡°Le dije que he visto muchas carreras grandes y muchos grandes nadadores compitiendo, y que creo que el 200 libre del lunes ha sido el m¨¢s duro¡±, cont¨®. ¡°Fue muy divertido de ver. Cuando acab¨® me dije: '?Gracias a Dios que no he estado en esa carrera! ?Qu¨¦ alegr¨ªa!¡±.