¡°Valero me ense?¨® a ser profesional¡±
Espa?a se mide hoy (22.15) a la Hungr¨ªa de Nagy, que declin¨®, tras ser nacionalizado, jugar con la selecci¨®n
Apenas una manzana separa el edificio de la delegaci¨®n h¨²ngara en la Villa del de Espa?a. El camino que recorre a menudo Laszlo Nagy (Szeged, 1981) para encontrarse con Viran Morros, V¨ªctor Tom¨¢s, Cristian Ugalde¡ para departir, en h¨²ngaro, con Arpad Sterbik, que es de origen serbio pero que domina el idioma. Un recorrido que el jugador magiar estuvo a punto de ahorrarse. O al menos hacer en sentido inverso. Pidi¨® la nacionalidad espa?ola, se le concedi¨®, pero decidi¨® no jurar la Constituci¨®n. Entre medias, todo ocurri¨® en el mes de mayo, lleg¨® a un acuerdo con el Veszprem por el que se convertir¨ªa en el jugador mejor pagado del mundo. Nagy regresaba a Hungr¨ªa y Valero Rivera, su mentor, se quedaba sin el lateral con el que so?aba cuando tom¨® las riendas del combinado.
La selecci¨®n espa?ola es un asunto tab¨² para el jugador. No quiere comentar nada, aplicando ese viejo dicho pasiego de que lo que no se habla no existe. ¡°No se dio y ya est¨¢¡±, zanja desde Londres Nagy, capit¨¢n de la selecci¨®n que este s¨¢bado (22.15) se enfrenta a Espa?a, un equipo al que ha vuelto despu¨¦s de m¨¢s de dos a?os: ¡°En mi anterior etapa, era tambi¨¦n capit¨¢n, exig¨ª unos m¨ªnimos, no nos cubr¨ªan las dietas, no ten¨ªamos seguro¡ dije que en esas condiciones no quer¨ªa seguir m¨¢s¡±. Ahora, todo eso ya ha cambiado.
Nagy no se medir¨¢ solo a muchos de sus compa?eros en el Barcelona, club del que se desvincul¨® esta semana despu¨¦s de 12 a?os. El banquillo rival lo dirige la misma persona que viaj¨® a buscarlo a Hungr¨ªa, cuando ¨¦l apenas hab¨ªa cumplido 19 a?os. Le hab¨ªan hablado a Valero Rivera de un tipo que deslumbraba en las categor¨ªas juveniles. Perplejo ante aquel lateral derecho, se lo llev¨® de inmediato a Barcelona. ?Se lo debe todo, entonces, a ¨¦l? ¡°Eso quiz¨¢s es exagerado, he trabajado con muchos entrenadores y muchos jugadores, pero evidentemente Valero me fich¨® para el mejor equipo del mundo. Me ense?¨® a ser profesional¡±, asegura Nagy, quien recuerda la personalidad ¡°carism¨¢tica¡± de Rivera, el mismo que a los dos a?os de llegar le releg¨® tres meses al segundo equipo para que no se confiara, aquel que exig¨ªa ¡°el 100% ya desde los entrenamientos¡±.
Su selecci¨®n, con dos derrotas y una victoria, necesita imperiosamente ganar a Espa?a, con el pase finiquitado
El magiar, que empez¨® jugando al baloncesto porque su padre era profesional, que lleg¨® a formar parte de la selecci¨®n juvenil de su pa¨ªs, hubiese sido la guinda al equipo de Rivera, desarmado en el lanzamiento exterior, necesitado, aunque no lo parezca a tenor de los resultados, de un misil como el que porta Nagy en el brazo izquierdo. Un ca?¨®n que le ha servido para cargar con el peso de ser considerado el mejor lateral del mundo, algo que ¨¦l asume, sin arrogancia alguna: ¡°S¨ª, estoy ah¨ª, entre los mejores, sobre todo porque los ¨²ltimos a?os las cosas me han salido bien¡±. Repite varias veces en la conversaci¨®n ¡°los ¨²ltimos a?os¡±, en los que ha ganado confianza, dice, gracias sobre todo ¡°a Pasqui¡±, Xavier Pascual, su t¨¦cnico en el Bar?a.
Porque de la misma forma que Nagy porta la carta de presentaci¨®n de ser uno de los mejores, tambi¨¦n de ¨¦l pesa la leyenda de que, como muchos otros genios del deporte, la regularidad no es, no ha sido, su fuerte. ¡°Creo que eso ha cambiado, pero s¨ª, antes ten¨ªa un partido bueno, uno regular y otro malo¡±, admite, al tiempo que confiesa uno de sus defectos: ¡°Si pienso en algo y no me sale, me pongo m¨¢s nervioso de lo que deber¨ªa¡±. asegura un jugador que se desvive fuera de la cancha por ayudar a su familia y a sus amigos.
Creo que eso ha cambiado, pero s¨ª, antes ten¨ªa un partido bueno, uno regular y otro malo¡±
En los tres partidos que ha disputado en estos Juegos, Nagy ha marcado 9 goles de 15 lanzamientos. No es una gran marca para alguien como ¨¦l. Su selecci¨®n, con dos derrotas y una victoria, necesita imperiosamente ganar a Espa?a, con el pase finiquitado, para no quedarse fuera de los cuartos. Las miradas estar¨¢n puestas en ¨¦l, en el chico que creci¨® idolatrando a Michael Jordan, que pudo ser un gran jugador de baloncesto y acab¨® siendo una estrella del balonmano; que pudo ser la pieza que le faltaba a un engranaje, pero que opt¨® por regresar a su pa¨ªs y encabezar una maquinaria, sin atisbo de soberbia, pero con las ideas claras: ¡°La gente espera mucho de m¨ª, pero no me afecta negativamente, todo el mundo tiene que contar con nosotros¡±
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