Brasil tiene el viento a favor y Gran Breta?a se da el batacazo

No hay mejor equipo que Brasil, al menos en cuanto a calidad individual, a figuras, a f¨²tbol de sal¨®n cuando se lo propone. Pero Honduras, siempre f¨ªsica, inmune al desaliento, le puso en entredicho y si no le descabalg¨® de la competici¨®n fue porque a Crisanto se le cruzaron los cables y porque el colegiado vio un penalti que no era. La guindilla, en cualquier caso, la puso Leandro Dami?o, delantero del Internacional de Portoalegre que reclama a cada duelo internacional una oportunidad en Europa, estupendo en el juego de espaldas a la porter¨ªa, soberano en los desmarques, certero en la definici¨®n. Tambi¨¦n apareci¨® Neymar lo justo, lo suficiente, para desequilibrar el duelo. Demasiados factores que soplaron a favor de Brasil, flaco ante Honduras pero todav¨ªa favorito para el laurel de oro en los Juegos, algo que nunca ha conseguido en su historia ol¨ªmpica. Un deber que logr¨® Reino Unido cuando todav¨ªa exportaban el f¨²tbol al continente, all¨¢ en 1908 y 1912 en las dos primeras ediciones de f¨²tbol, pero que a buen seguro no repetir¨¢n en Londres; Gran Breta?a fue apeada en los cuartos por Corea del Sur en la rueda de los penaltis.

Empecinado Menezes en el doble pivote en el eje, la selecci¨®n palideci¨® con la improvisaci¨®n de Sandro y R¨®mulo. Mucho m¨²sculo y oficio; poco pase que desatascara las situaciones peliagudas y que originara ocasiones con ataque est¨¢tico. Por lo que Neymar, que siempre quiere protagonismo, pelota, recul¨® su posici¨®n varios pasos para actuar de trampol¨ªn y remate, todo a la vez. Demasiado complicado. No hab¨ªa ingenio ni f¨²tbol para desarbolar a un rival generoso en el esfuerzo, que entiende las ayudas defensivas como un modo de vida para salir escopeteado al contragolpe. En una de esas, Mart¨ªnez resolvi¨® en el ¨¢rea y le meti¨® el miedo en el cuerpo a todo Brasil, que, a buen seguro, ten¨ªan el duelo frente a Espa?a ¨Cdonde la selecci¨®n de Milla cay¨® derrotada por m¨¢s que jugara al Ataque y gol en el segundo acto- como una referencia de la fatalidad. Pero Crisanto, en un solo minuto hizo dos entradas desmedidas ¨Cla segunda al intentar detener a Neymar-, dos cartulinas amarillas que le enviaron a la caseta antes de tiempo y, posiblemente, a Honduras, por m¨¢s que los catrachos esgrimieran lo contrario. ¡°No te has metido en el encuentro¡±, le recrimin¨® en repetidas ocasiones el entrenador, con cara de malas pulgas y palabras toscas, al futbolista cuando enfilaba hacia el t¨²nel de vestuarios.

En el desconcierto rival hurg¨® Dami?o, que aprovech¨® un terrible despiste de la zaga hondure?a, est¨¦ril a la hora de sacarse de encima una pelota envenenada, hu¨¦rfana de due?o en el ¨¢rea chica. Pies por delante, toque de bal¨®n y a la red. Nada, en cualquier caso, que tumbara la voluntad de Honduras. Fue El Chino Espinoza, magn¨ªfico en el desborde, el que recibi¨® en la frontal del ¨¢rea, sali¨® de un regate hacia su perfil bueno y solt¨® un latigazo raso que super¨® la estirada del meta Gabriel. Un gol de bandera que reflej¨®, en cualquier caso, que a Brasil se le agujerea porque el equipo se parte ¨Cdemasiados espacios entre las l¨ªneas- en dos. Pero le sobra pegada. Por eso le dur¨® tan poco la dicha a Honduras.

Demasiados factores ayudaron a Brasil, flaco ante Honduras pero todav¨ªa favorito para el laurel de oro en los Juegos, algo que nunca ha conseguido en su historia?

De nuevo en un error de la zaga, que no supieron darle una salida limpia del bal¨®n entre Figueroa y Vel¨¢squez, conden¨® a Honduras y encumbr¨® a Dami?o, aunque esta vez fuera por p¨ªcaro, porque se tir¨® a la lona a la que vio los pies rivales. Simulaci¨®n, pero penalti. Neymar, atinado, resolvi¨® desde los 11 metros. Una c¨®ctel magn¨ªfico el de Neymar y Dami?o, que mezclaron poco despu¨¦s con un pase interior del primero y una jugada de ariete del segundo; recibi¨® de espaldas, se gir¨® y arm¨® el disparo en un santiam¨¦n. Era el punto final de Honduras, que acab¨® con nueve por otra doble amarilla a Espinoza. Para entonces, Brasil, que no falla aunque tenga una mala tarde, ya estaba en semifinales. Ahora se medir¨¢ a Corea del Sur.

Aspirante al cetro, sobre todo desde que se descontara a Espa?a de la pelea, a Gran Breta?a se le presupon¨ªa el deber de alcanzar la final ante Brasil. El papel de favorito, sin embargo, se le qued¨® grande ante Corea del Sur, equipo correoso, siempre espl¨¦ndido en el sacrificio, con un f¨²tbol directo pero a la luz del rayo, con las ideas claras. Y con eso le alcanz¨® para tumbar a la Gran Breta?a de Giggs y Bellamy, de Sturridge y Ramsey, de tan buenos futbolistas. Incapaz de articular un f¨²tbol punzante, el equipo de Stuart Pearce -ya fracas¨® con la absoluta y con la sub-21 ni siquiera pas¨® de la primera fase en la Euro de 2011- palideci¨® ante las embestidas rivales. Ni siquiera los dos penaltis le aliviaron; Ramsey marc¨® el primero pero no el segundo, y el duelo, despu¨¦s del tanto de Ji, alcanz¨® la pr¨®rroga y los penaltis. Atinados en la definici¨®n, los coreanos se impusieron para pasar de pelda?o y abonar el fiasco del contrario.

En la otra semifinal, M¨¦xico, que bati¨® en la pr¨®rroga a Senegal (4-2), se batir¨¢ a Jap¨®n, que desmadej¨® a Egipto (3-0). As¨ª, el f¨²tbol ser¨¢ un duelo entre Am¨¦rica y Asia, poco esperado si se atiende a las previsiones iniciales del torneo, donde solo parece cumplir Brasil y a duras penas.