¡°Sigo siendo un chico¡±

No para. ¡°Soy un culo inquieto¡±, se justifica. Despu¨¦s de surcar las aguas de todo el planeta en la Volvo Ocean Race durante un marat¨®n de nueve meses, Jordi Calafat (Palma de Mallorca, 1966) apenas se tom¨® un respiro de dos d¨ªas para volver a casa y ver a sus hijos antes de enrolarse en otra regata. ¡°Tiempo suficiente. El agua me llama¡±, esgrime quien es toda una instituci¨®n en el mundo de la vela, por m¨¢s que aten¨²e sus ¨¦xitos. Su historial est¨¢ adornado de una ristra de triunfos, entre ellos tres t¨ªtulos mundiales. Elev¨® el primero cuando era un ni?o, con solo 15 a?os. M¨¢s talludo, se ba?¨® en oro nueve despu¨¦s, en Barcelona, donde, acompa?ado de su amigo Kiko S¨¢nchez Luna, conquist¨® la victoria en la clase 470. ¡°Fue hermoso, pero todav¨ªa debo aprender mucho¡±, matiza ¨¦l, empecinado en el desaf¨ªo permanente de superarse.

Pregunta. Subi¨® a lo m¨¢s alto del podio en sus primeros Juegos. ?C¨®mo fue la experiencia?

Respuesta. Me hab¨ªa quedado fuera de los de Se¨²l, un mazazo. Era la primera vez, as¨ª que ten¨ªa una ilusi¨®n tremenda. ?ramos favoritos, pero eso se tradujo tambi¨¦n en una presi¨®n enorme. Ves el triunfo ah¨ª, tan cerca, que te genera ansiedad.

P. A tenor del resultado, supieron manejarla como nadie.

?ramos favoritos. Eso se tradujo en una presi¨®n enorme. Te generaba ansiedad"

R. Los ¨²ltimos d¨ªas dormimos muy poco. A m¨ª me costaba hasta comer. Los regatistas no salimos mucho en los medios, pero con los Juegos se magnifica todo. Tuve nervios, pero una vez en el agua se van todos los males.

P. ?C¨®mo recuerda la llegada al Puerto Ol¨ªmpico?

R. Sent¨ª un gran alivio. Est¨¢ tu gente, la familia real esper¨¢ndote¡­ Nada m¨¢s poner el pie en tierra, di un abrazo inmenso a mi hermano. Adem¨¢s, era en Barcelona. Yo hab¨ªa vivido all¨ª¡­ Y soy del Bar?a.

P. ?Descorcharon muchas botellas de cava por la noche?

R. Lo celebramos con todo el equipo de vela. Fuimos a nuestro sitio habitual de la ciudad y la velada fue muy larga [risas]... Dej¨¦moslo ah¨ª.

P. ?Tan bien se lo pasan los deportistas en la Villa Ol¨ªmpica?

R. Alguno que otro, s¨ª, pero yo no anduve demasiado por all¨ª. Me gustaba aislarme. Psicol¨®gicamente, me ayudaba. Me iba a lugares conocidos para desconectar. Lo mejor era que estaba muy cerca del puerto.

P. ?Guarda a buen recaudo la medalla?

R. No tengo ni idea de d¨®nde est¨¢. La perd¨ª en alguna mudanza. Llevo tantos traslados, me he movido tanto de un sitio a otro, que ya no s¨¦ d¨®nde para. Habr¨¢ que pedir otra, ?no?

P. A Iker Mart¨ªnez y Xabi Fern¨¢ndez se les ha puesto muy complicada la cosa en el 49er.

R. Est¨¢n para pocas historias ahora. Le mand¨¦ un mensaje a su entrenador dese¨¢ndoles suerte, pero lo tienen muy dif¨ªcil.

P. Cuando ve ahora la televisi¨®n y mira atr¨¢s, ?siente nostalgia?

R. En absoluto: 1992 no fue el final de nada, sino el inicio de algo grande. Estos d¨ªas me llam¨¢is mucho los periodistas, pero no siento a?oranza. En el fondo, sigo siendo un chico. Tengo la motivaci¨®n de ser mejor regatista cada d¨ªa. Nunca he perdido el deseo de aprender.

P. ?C¨®mo lleva su familia tanto ajetreo?

R. No es f¨¢cil compaginar la vida personal con el mar, pero los ni?os est¨¢n acostumbrados. Lo han vivido desde peque?os y el trasiego tiene sus ventajas. As¨ª conocen mundo.