La espina de Macarena Aguilar
La jugadora, uno de los pilares de la selecci¨®n femenina, lucha por la medallas despu¨¦s de haberlo ganado todo en el balonmano de clubes
Macarena Aguilar lleva desde los ocho a?os con la textura de la resina impregnada en los dedos. Iba para atleta, pero un bal¨®n se le cruz¨® en el camino. Con 18 a?os hizo la maleta, dej¨® a su familia y se mud¨® a Valencia, para comenzar su carrera profesional como jugadora de balonmano. Ahora, con 28 a?os, est¨¢ a un paso de alcanzar la ¨²nica cumbre que le falta por escalar, el ¨²ltimo t¨ªtulo, una medalla en unos Juegos.
La carrera de Aguilar discurre paralela a la de la mejor selecci¨®n femenina de balonmano; ambas han crecido juntas en los ¨²ltimos diez a?os, experimentado un salto de calidad que les ha llevado desde lo amateur a llamar a las puertas de la historia. En sus 147 participaciones internacionales, la central ha pasado de jugar en un equipo irregular, en el que clasificarse para fases finales de grandes competiciones era de por s¨ª un ¨¦xito, a ser una de las veteranas del combinado que se hizo con la medalla de bronce en el Mundial de Brasil de 2011.
A nivel de clubes Macarena ha ganado en su paso por el Sagunto, el Valencia y el Itxako todos los t¨ªtulos posibles: cuatro ligas, tres Copas de la Reina e incluso una Liga de Campeones.
La espinita de Macarena son los Juegos. El balonmano femenino estuvo ausente desde Barcelona hasta Atenas 2004, donde una selecci¨®n renovada cosech¨® un sexto puesto; pero a¨²n estaban verdes. En Pek¨ªn volvieron a faltar a la fiesta. Para Macarena, como para Marta Mangu¨¦, Ver¨®nica Cuadrado o Silvia Navarro, esta podr¨ªa ser su ¨²ltima oportunidad de colgarse un metal ol¨ªmpico.
La carrera de Aguilar discurre paralela a la de la selecci¨®n femenina desde hace diez a?os
No lo ten¨ªan f¨¢cil tras la derrota en la primera jornada contra Corea del Sur y el ag¨®nico empate contra Francia. Y todav¨ªa quedaba lo m¨¢s duro, los equipos a los que Macarena y compa?¨ªa ten¨ªan m¨¢s respeto: los equipos n¨®rdicos, los cocos del grupo. Fue entonces cuando las chicas se vinieron arriba.
Contra Dinamarca se pusieron las pilas y la victoria (24-21) supuso un punto de inflexi¨®n en su juego. Los siete goles de Marta Mangu¨¦ allanaron el camino. M¨¢s tarde vino Suecia, y, en el partido decisivo para conseguir los cuartos, en el que las de Due?as vencieron jugando a su mejor nivel ganando (25-24), Macarena Aguilar jug¨® un papel clave, con cinco goles. El partido tuvo su dosis de drama, con la lesi¨®n de la benjamina del grupo, Carmen Mart¨ªn, que sufri¨® una rotura de ligamentos y ha tenido que ser sustituida por Marta L¨®pez. La guinda del pastel lo puso el partido contra Noruega, donde las espa?olas arrasaron (20-25) a las actuales campeonas ol¨ªmpicas en un partido en el que Jorge Due?as opt¨® por reservar a Aguilar para el partido de ma?ana ante Croacia.
Otro coco espera en cuartos; Croacia. El peaje hacia las medallas. Pero estas chicas no se asustan. Cuando terminen los Juegos, y sea cual sea su resultado, muchas de ellas tendr¨¢n que emigrar para seguir con sus carreras deportivas. Macarena vivir¨¢ una aventura en el Randers dan¨¦s tras su paso por el Itxako, donde consigui¨® su primera Champions League. La mejor generaci¨®n de jugadoras espa?olas est¨¢ buscando fuera un futuro ante la crisis que azota a este deporte.
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