¡°Nuestro oro acab¨® con el complejo de inferioridad¡±
Abascal y Noguer creen que su triunfo en Mosc¨² 80, el primero de la vela, mostr¨® que ¡°los espa?olitos pod¨ªan ganar¡±
Alejandro Abascal (Santander, 1952) y Miguel Noguer (Barcelona, 1956) siguen atados al mar. El primero es director deportivo de la federaci¨®n espa?ola de vela; el segundo aprovecha los ratos que le deja la ense?anza universitaria y la odontolog¨ªa para navegar con sus hijos. Lejos quedan sus tiempos de fant¨¢sticos pioneros, cuando en Mosc¨² 80 consiguieron el primer oro moderno para Espa?a, el primer oro de la vela. Un exitazo que ellos consideran fundamental para el estir¨®n del deporte espa?ol porque lleg¨® en una ¨¦poca ¡°en la que el pa¨ªs necesitaba una inyecci¨®n de autoestima¡±.
¡°Fue un antes y un despu¨¦s. Se vio que no era imposible ganar. A Espa?a le faltaba amor propio. La sociedad no estaba para que alguien se dedicara en cuerpo y alma al deporte. Hab¨ªa genios, pero eran casos aislados. Seve, Paquillo¡ nadie pensaba en dedicarse al deporte en serio como profesi¨®n. Era de locos¡±, recuerda Noguer. ¡°En Espa?a llev¨¢bamos muchos a?os sin ganar casi nada. No hab¨ªa la confianza que tienen hoy los deportistas espa?oles. Ese fue el gran cambio, la mentalidad. Antes las expectativas eran muy escasas. Espa?a ten¨ªa poca costumbre de ganar, muy poca tradici¨®n de ¨¦xitos. Yo de ni?o ve¨ªa los Juegos con la ilusi¨®n de que un espa?ol ganara algo y... nada. Al deportista se le ve¨ªa desde un punto de vista social de una manera pobre. Se pensaba que era eso porque no pod¨ªa hacer otra cosa. En el colegio los mejores eran los peores estudiantes. Hoy el deportista est¨¢ muy bien visto, tiene una reputaci¨®n representa a Espa?a. Es un modelo social¡±, a?ade Abascal.
Ese oro anim¨® a Espa?a cuando m¨¢s lo necesitaba
Los dos regatistas triunfaron por su inmenso amor al mar. Abascal era el hijo de un carpintero que pod¨ªa navegar porque su padre le constru¨ªa los barcos con madera. Noguer renunci¨® a todo durante a?os para compaginar las olas con los estudios. No ten¨ªan entrenador, navegaban los festivos y los fines de semana, de manera autodidacta, se entrenaban solos en Palam¨®s, y para competir ten¨ªan que salir a Europa: Alemania, Francia, Italia, Holanda... ¡°Recuerdo el fr¨ªo, la ropa mojada. Se pasaba mal¡±, cuenta Noguer, que lleva al cuello una r¨¦plica de la medalla de oro que gan¨® en Mosc¨². ¡°Por suerte conoc¨ª a Jane. Fue un ejemplo para m¨ª como persona, serio, honesto, austero, con los pies en el suelo. Mi madre me ha dicho que me sirvi¨® mucho¡±.
Estos dos chicos ilusionados consiguieron lo que nadie esperaba. ¡°Y ese oro anim¨® a Espa?a cuando m¨¢s lo necesitaba. Hicimos ver que los espa?olitos pod¨ªamos ganar en unos Juegos. Consigui¨® medios y credibilidad para cambiar los sistemas en el deporte espa?ol. Ayud¨® a intervenir en preparaci¨®n ol¨ªmpica, a creer m¨¢s en el deporte¡±.
Hoy Marina Alabau puede colgarse el 12? oro de la vela espa?ola. Un camino que, hace 32 a?os, abrieron dos.
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