Espa?a se da un ba?o

Lanzado desde el agua por un pu?ado de mujeres ejemplares y desde un lago y por tierra por un superman gallego, Espa?a festej¨® ayer en Londres el chupinazo del 7 de agosto, su d¨ªa mayor en estos Juegos. Marina Alabau, una windsurfista sevillana de 26 a?os, desafi¨® a Eolo en la bah¨ªa de Weymouth, en la costa meridional inglesa, y logr¨® el primer oro espa?ol. Poco antes, Javier G¨®mez Noya, como aquellos marines que en los a?os setenta, en Hawai, sembraron la semilla del triatl¨®n al experimentar qu¨¦ deporte resultaba m¨¢s extenuante entre la nataci¨®n, el ciclismo o el atletismo, alcanz¨® la medalla de plata tras recorrer 1,5 kil¨®metros a nado, 40 a pedales y diez a la carrera. Como broche, Ona Carbonell y Andrea Fuentes, como dos sirenas de Esther Williams, sedujeron con un tango a los jueces de la sincronizada y conquistaron la plata. Imparables, las jugadoras del waterpolo, extasiadas en su maravillosa nube, sacaron el billete para la final de ma?ana, ante Estados Unidos, con las que empataron en la primera fase. Ellas, con su esfuerzo y dedicaci¨®n, se han enrolado en una f¨¢bula hist¨®rica. Toda una gesta para una disciplina debutante en unos Juegos y sin otros sostenes que su voluntad de hierro.?

Espa?a ya suma seis medallas m¨¢s la asegurada por el waterpolo. Pero el supermartes londinense no camufla que, cuando faltan solo cinco d¨ªas de competici¨®n, son solo una m¨¢s de las que gan¨® en Mosc¨², sin Occidente en la cita, en Mosc¨² 80. Un retroceso que, si no se remedia en un desenfreno final, obligar¨¢ a un profundo an¨¢lisis sobre un deporte espa?ol que se ha complacido demasiado tiempo con la resaca de Barcelona 92. Algunos, como Luis Milla, seleccionador del f¨²tbol ol¨ªmpico, pag¨® ayer por su rotundo fracaso y fue despedido por la federaci¨®n.

A la espera del balance final, la jornada de serpentinas espa?olas comenz¨® en Hyde Park, donde G¨®mez Noya se enfrent¨® a un reto herc¨²leo, a una aventura que pone a prueba al ser humano sin otro amparo que el del dep¨®sito f¨ªsico, sin reglas complejas ni otras sofisticaciones. El atleta al desnudo, en tres vertientes intr¨ªnsecas a la naturaleza humana que le acercan al aficionado. Noya no solo afront¨® un duelo ag¨®nico, asfixiante, consigo mismo, sino que de una tacada tuvo que medirse a dos hermanos locales, los Brownlee, Alistair y Jonathan, mod¨¦licos universitarios en Leeds, excelentes competidores, vigentes campe¨®n y subcampe¨®n del mundo, respectivamente. Entre ambos, como una cu?a, se situ¨® el gallego, que solo cedi¨® ante Alistair un duelo de titanes resuelto por una cuarta.

El supermartes no camufla que, cuando faltan solo cinco d¨ªas de competici¨®n, Espa?a suma solo una medalla m¨¢s de las que gan¨® en Mosc¨² 80

A unos 250 kil¨®metros al sur de Londres, con Noya marchitado por el esfuerzo sobre el asfalto de Hyde Park, Marina Alabau certific¨® la medalla m¨¢s segura. Su oro estaba marcado en el calendario, por su talento sobre la tabla y por su recorrido en estos Juegos, l¨ªder consecutiva en las nueve ¨²ltimas regatas. Ayer no fue una excepci¨®n y con ella regada en la bah¨ªa de Weymouth Espa?a se dio su primer ba?o de oro. Alabau, que estudia los vientos entre Tarifa y Santander, tendr¨¢ ahora que reinventarse. Un enredo de los federativos espa?oles ante su parlamento internacional ha derivado en que esta modalidad del windsurf, que ya obtuvo con Alabau un cuarto puesto en Pek¨ªn, desaparezca del programa en R¨ªo como est¨¢ previsto.

A los fuegos artificales en el centro de Londres y en la sure?a bah¨ªa inglesa se sumaron Andrea Fuentes y Ona Carbonell, que remontaron un puesto y subieron al segundo altar del podio. Si la vela es el deporte que m¨¢s medallas ha propiciado a Espa?a (18 con la de Alabau), la nataci¨®n sincronizada se ha convertido en una cosecha de alegr¨ªas constante. Sin Gemma Mengual, el equipo se mantiene en alza gracias a un entrenamiento sobrecogedor y al descaro de su seleccionadora, Ana Tarr¨¦s, para afrontar siempre el m¨¢ximo riesgo. Londres no ha sido una excepci¨®n, y Tarr¨¦s y su grupo tuvieron la osad¨ªa de envidar con un tango rompedor, una fusi¨®n entre un incunable del g¨¦nero, La Cumparsita, y otro contempor¨¢neo, Chin-Chin.

Al man¨¢ de d¨ªa tambi¨¦n contribuyeron las guerreras, las del waterpolo y las del balonmano. Dos equipos ejemplares. Las chicas del equipo de balonmano, que suplen las carencias estructurales y su menor forro f¨ªsico con talento y un esp¨ªritu casi tribal, aguerrido y compacto. Solo as¨ª pudieron con las croatas (25-20), sacaron plaza en la semifinal y sellaron el que ya es su mejor puesto ol¨ªmpico. Debutante en Barcelona 92, el balonmano femenino espa?ol solo hab¨ªa tenido la estaci¨®n de Atenas 2004, donde fue sexto. Ahora, al amparo de clubes como el Itxako, el Bera Bera, el Castro Urdiales o el Alcobendas, han dado otro estir¨®n. Su m¨¦rito es extraordinario. Un grupo de j¨®venes totalmente marginadas de la pirotecnia medi¨¢tica que destila el deporte que se concentran, se conjuran y aprietan los dientes.

Definitivamente, estos Juegos son de ellas. Bien ganado se lo tienen.