Al cielo en bicicleta
El escoc¨¦s Sir Chris Hoy se convierte, con siete medallas, en el deportista m¨¢s premiado del olimpismo brit¨¢nico
Sir Chris Hoy, el hombre que tuvo el honor de abanderar al Tim GB en la ceremonia inaugural, lo llev¨® ayer hasta el cielo y se situ¨® ¨¦l mismo en la inmortalidad deportiva: al ganar la carrera de keirin en ciclismo en pista, se convirti¨® en el hombre m¨¢s laureado del olimpismo brit¨¢nico, con seis oros y una plata.
Al oro de Atenas y la triple corona de Pek¨ªn ha a?adido en Londres un doblete que le permite superar las cinco medallas de oro del remero sir Steve Redgrave. Y supera en valor las siete medallas del ganador del Tour de este a?o, Bradley Wiggins, que solo tiene cuatro oros.
Sir Chris, como su entrenador australiano insiste en que le llamen, ya era un h¨¦roe antes de los Juegos. Ahora su estela se acerca a la divinidad deportiva a pesar de practicar una especialidad que, pese a que los ¨¦xitos brit¨¢nicos no son recientes, apenas tiene cabida en las p¨¢ginas de la prensa brit¨¢nica.
Escoc¨¦s de Edimburgo, Hoy es un hombre muy peculiar. De joven toc¨® multitud de deportes, desde remo a rugby pasando por bibicleta BMX y mountain bike. Al vel¨®dromo lleg¨® ya bastante crecidito y sus marcas a los 20 a?os no eran especialmente buenas. Nadie hubiera dicho entonces que a los 36 a?os a¨²n ganar¨ªa dos oros ol¨ªmpicos.
Su secreto est¨¢ en la perseverancia, que incluye 35 horas semanales de entrenamiento en la pista y en el gimnasio. La fuerza est¨¢ en las piernas: sus muslos tienen tal musculatura que gasta pantalones dos tallas por encima de lo que necesita su cintura. El cerebro tambi¨¦n cuenta, pero las decisiones se toman a tal velocidad que ¨¦l dice que va con el piloto autom¨¢tico: no tiene tiempo de tomar decisiones de modo consciente cuando descubre la rendija por la que se colar¨¢ en el ¨²ltimo suspiro, cuando, como tantas veces, el rival ya se cree ganador pero Chris Hoy a¨²n tiene fuerzas para que la ¨²ltima pedalada le d¨¦ a ¨¦l la victoria aunque sea por una cent¨¦sima de segundo.
A lo mejor el secreto es su obsesi¨®n por el caf¨¦.
Quiz¨¢s el secreto no est¨¦ ni en el trabajo, ni en las piernas, ni en el cerebro. A lo mejor el secreto es su obsesi¨®n por el caf¨¦. Por ese caf¨¦ expreso doble que se toma cada ma?ana y que solo ¨¦l hace como a ¨¦l le gusta: con la mezcla y la cantidad de caf¨¦ que ¨¦l quiere; con el agua justa, ni m¨¢s ni menos; y con su propia cafetera, la que se lleva a todas partes. Una cafetera de oro, sin duda.
La victoria de sir Chris ha puesto el broche de oro a una actuaci¨®n legendaria de los brit¨¢nicos en el vel¨®dromo de Stratford: siete medallas de oro, una de plata y unja de bronce. Solo los remeros pueden presumir de haber conseguido tambi¨¦n nueve medallas, pero solo cuatro son de oro.
El ¨¦xito brit¨¢nico en el vel¨®dromo ha tenido un doble placer: ha sacado de quicio a los vecinos franceses. No por primera vez, los franceses han insinuado que tanta victoria es sospechosa. Como dando a entender que el milagro puede tener nombre de p¨®cima.
La directora del equipo franc¨¦s, Isabelle Gautheron, ha tenido que precisar que no sospechan de dopaje ¡°porque los an¨¢lisis anti dopaje son muy fuertes¡±. Pero apunta a cuestiones tecnol¨®gicas. ¡°?Por qu¨¦ esconden las ruedas nada m¨¢s acabar la carrera?¡±, se pregunta. Quiz¨¢s porque parece que las ruedas son de una marca francesa¡
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