Depresi¨®n en el 800
Los dos espa?oles no cumplen con las expectativas y se quedan lejos de la final de 800 metros
Andaban los atletas espa?oles desanimados, cayendo uno tras otro a las primeras de cambio, muy lejos la mayor¨ªa de sus mejores marcas, algunos, como el capit¨¢n Pestano, satisfechos con su trabajo ol¨ªmpico, otros pregunt¨¢ndose qu¨¦ demonios hab¨ªa fallado, cuando llegaron los ochocentistas. Algo de luz en un panorama que se adivina muy negro y que ayer, para dar m¨¢s melancol¨ªa si cabe al asunto, moj¨® la lluvia, leve y e intermitente sobre el Estadio Ol¨ªmpico, toda la tarde. El fogonazo, sin embargo, dur¨® solo un d¨ªa pues los tres sevillanos, Kevin L¨®pez, Antonio Reina y Luis Alberto Marco, se quedaron a las puertas de la final m¨¢s dif¨ªcil del atletismo, la que mezcla velocidad y resistencia a partes iguales, la de las dos vueltas al estadio, la que gobierna con su zancada majestuosa y sus marcas incre¨ªbles el se?or Rudisha.
Precisamente con el keniano comparti¨® semifinal Kevin L¨®pez, que ven¨ªa de romper el r¨¦cord de Espa?a, de bajar del 1m 44s y convertirse en el octavo mejor del a?o, el quinto de los que est¨¢n en Londres, que ten¨ªa la autoestima alta, el cuerpo en orden tras una buena temporada y ve¨ªa la final factible, m¨¢s cerca que nunca. El sevillano, tenso en la presentaci¨®n de su primera cita ol¨ªmpica, con el gesto serio y concentrado propio de la competici¨®n, escogi¨® la estrategia m¨¢s sencilla, pero tambi¨¦n la m¨¢s arriesgada: coger la calle uno, que tanto le gusta y le ahorra algunos metros, ponerse detr¨¢s de Rudisha, "de ese ser de la naturaleza que corre con una facilidad imposible", como ¨¦l mismo le defini¨® el primer d¨ªa, y seguirle hasta donde le diera el cuerpo. Le sali¨® rematadamente mal.
Los ochocentistas se sumaron de este modo a la depresi¨®n general del atletismo espa?ol
La estrategia le dur¨® una vuelta porque Rudisha ralentiz¨® el ritmo y el grupo se apret¨®. Para cuando al espa?ol quiso darse cuenta le hab¨ªan pasado varios rivales y, agotado por tanto cambio de ritmo, decidi¨® conservar energ¨ªas en la ¨²ltima curva y morir en la recta final. Pero entonces ya era tarde. Kevin L¨®pez se hab¨ªa quedado sin fuerzas y aunque apret¨® los dientes al final no quedaba nada de esa explosividad tan caracter¨ªstica en ¨¦l y solo pudo ser sexto en una carrera en la que solo los dos primeros se salvaban de forma directa. Tal vez al sevillano, de 22 a?os, le pudo la presi¨®n, saberse en el escenario con el que sue?a cualquier atleta o tal vez, simplemente, el nivel es tan alto y los buenos son tan buenos que debe reconocer que est¨¢ a¨²n a un nivel inferior.
Tampoco Antonio Reina, el m¨¢s experto de los tres, que tambi¨¦n fue sexto despu¨¦s, ni Luis Alberto Marco, sexto tambi¨¦n, lograron meter la cabeza entre los mejores. Dec¨ªa Jorge Gonz¨¢lez Amo, que fue atleta ol¨ªmpico aunque de 1.500m, y que conoce bien al tr¨ªo porque es el responsable de los atletas j¨®venes en la federaci¨®n, que la final estaba muy complicada y ten¨ªa raz¨®n. Espa?a seguir¨¢ sin tener un finalista ol¨ªmpico en 800m al menos cuatro a?os m¨¢s.
As¨ª que los ochocentistas se sumaron a la depresi¨®n general del atletismo espa?ol en estos Juegos, como tambi¨¦n lo hizo Concha Montaner, que no logr¨® clasificarse para la final de longitud. En el otro lado del estadio, el de los que se llevan alegr¨ªas, Robert Harting, el alem¨¢n campe¨®n del mundo, se llev¨® el oro en disco con un lanzamiento de 68,27m, en una final en la que Frank Casa?as acab¨® el s¨¦ptimo (65,56m, un metro menos de lo que lanz¨® hace cuatro a?os para acabar quinto) y el ruso Ukhov es el nuevo campe¨®n de altura, al saltar 2,38m, a un cent¨ªmetro del r¨¦cord ol¨ªmpico. Por supuesto, Sally Pearson s¨ª lo logro: 12,35s en 100m vallas y bajo la lluvia.
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