De la nada, el oro
Tamara Echegoyen, Sof¨ªa Toro y ?ngela Pumariega vencen pese a que no ten¨ªan ni barco para entrenarse cuando se juntaron para ir a Londres
La patrona de la embarcaci¨®n, la gallega Echegoyen, decidi¨® hace tres a?os ponerse a trabajar para conseguir un sue?o: ser ol¨ªmpica. Este s¨¢bado, liderando la tripulaci¨®n que se invent¨® hace tres a?os, gan¨® la medalla de oro m¨¢s inesperada probablemente de las 19 que suma la vela ol¨ªmpica espa?ola desde que Santiago Amat lograra la de bronce en los Juegos Ol¨ªmpicos de 1932. No eran nadie y salvo a Tamara Echegoyen, la patrona, apenas las conoc¨ªan en la federaci¨®n hace tres a?os; desde ayer son oro ol¨ªmpico.
En tres horas de una regata espectacular en la modalidad de match race [barco contra barco], a cinco mangas, culminaron el esfuerzo an¨®nimo de los ¨²ltimos tres a?os y ganaron a Australia (3-2) en una espectacular jornada de vela ol¨ªmpica seguida desde la costa por miles de aficionados. Nadie daba un duro por ellas pero desde este s¨¢bado, valen su peso en oro.
La medalla se decidi¨® en la ¨²ltima manga, emocionante y espectacular como pocas. ¡°Sab¨ªamos que ser¨ªa as¨ª¡±, reconoci¨® Sof¨ªa Toro de vuelta a puerto. Espa?a cobr¨® ventaja de entrada ganando la primera mano, pero Price, Curtis y Whitty se recompusieron para apuntarse el segundo punto.
Tenaces, las chiquitas ganaron la tercera manga al aprovechar un error de la patrona australiana, que se fue al agua por la popa al irse el barco de orzada por una racha de viento. Gracias a su nivel en las maniobras durante la cuarta prueba, forzaron el empate, lo que llev¨® la decisi¨®n del color en la medalla a un cara o cruz que llen¨® de nervios la colina del Nothe, la grada natural desde donde se siguen desde tierra las regatas, repleta ayer de aficionados y de familiares de las participantes.
La coordinaci¨®n de las tripulantes en la ¨²ltima salida fue espectacular y dej¨® casi vista para sentencia la regata. Tras una ce?ida en la segunda boya para enmarcar, una penalizaci¨®n contra las australianas convirti¨® en un fluido paseo el camino al podio del Chiquitas Team, esas que en tres a?os han pasado de entrenarse en un barco de pl¨¢stico a colgarse el oro de Londres 2012.
Nadie crey¨® nunca que pudi¨¦ramos llegar aqu¨ª y mucho menos que pudi¨¦ramos ganar. Solo nosotras y nuestras familias
¡°Nadie crey¨® nunca que pudi¨¦ramos llegar aqu¨ª y mucho menos que pudi¨¦ramos ganar. Solo nosotras y nuestras familias¡±, coment¨® la asturiana Pumariega. ¡°Es el premio a la ilusi¨®n, el esfuerzo, y el trabajo¡±, dijo Sof¨ªa Toro. Un premio con el que hace apenas unos meses ni ellas so?aban. La recompensa para esta tripulaci¨®n an¨®nima y humilde como ninguna otra, malquerida por la federaci¨®n, a tanta pasi¨®n por la vela ol¨ªmpica, convierte esta medalla de oro en un cuento de hadas con final feliz. El oro que cuelga desde ayer por la tarde del cuello de estas tres espa?olas constituye un reconfortante homenaje en s¨ª mismo al esp¨ªritu ol¨ªmpico y por c¨®mo lucharon para llegar, por c¨®mo lucharon para ganar.
Tamara, Sof¨ªa y ?ngela se han ganado la medalla por su esfuerzo dentro y fuera del barco, con sesiones eternas de trabajo para aprender el manual t¨¢ctico y el reglamento de competici¨®n, trabajando en el gimnasio para reforzar lumbares y abdominales y mejorar situaciones de equilibro, bajo el dise?o de Diego Quintana, exjugador del Gran Canaria en la Liga ACB de baloncesto, licenciado en INEF, funcionario, que en unas semanas empieza a trabajar en un instituto de Tenerife despu¨¦s de haber ayudado a la delegaci¨®n espa?ola a ganar dos medallas de oro en estos juegos, el de Marina en RS:X y el de las chicas del Elliott 6m. Ambas categor¨ªas desaparecen del olimpismo y no estar¨¢n en R¨ªo 2016.
Las dos gallegas y la asturiana de oro lucharon por cumplir un sue?o de tal manera que hasta pelearon contra su propia morfolog¨ªa y tuvieron que ganar peso (cinco kilos Sof¨ªa, y ?ngela, casi 9) para acercarse a los 204, el l¨ªmite permitido que hace m¨¢s gobernable el barco. Nunca pasaron de 197, pero el talento y las ganas pesaron mucho m¨¢s. Tamara Echegoyen (Ourense, 1984) a la ca?a, Sof¨ªa Toro (A Coru?a, 1990) manejando la mayor y el spinnaker y ?ngela Pumariega (Gij¨®n, 1984) a popa con el foque, han dado un recital de navegaci¨®n durante dos semanas, dirigiendo el Elliott 6 con criterio propio de regatistas m¨¢s experimentadas.
Para las tres eran sus primeros Juegos. No ten¨ªan ni barco cuando se juntaron para luchar por una plaza en Londres 2012, buscando su sue?o ol¨ªmpico tratando de aprovecharse de la falta de tradici¨®n en la vela espa?ola en esta modalidad. Lo lograron sin mayor empuje que su propia ilusi¨®n, la tenacidad en el esfuerzo y el talento para manejar el barco.
Por la misma bah¨ªa que la peste negra lleg¨® a Inglaterra en un barco de especies, Echegoyen, Toro y Pumariega domaron los vientos para surcar el mar con tanto coraz¨®n como cabeza, hasta convertir en metal lo que solo era, en su origen,el sue?o ol¨ªmpico de una mujer que ama el mar y la navegaci¨®n a vela. Desde la nada, navegando con la sabidur¨ªa, la fuerza y la paciencia de los viejos marinos, las chicas del Elliott espa?ol pusieron rumbo al oro. Los Juegos son as¨ª y ellas, las tres, puro esp¨ªritu ol¨ªmpico. A veces, solo a veces, la realidad supera todos los sue?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.