El joven masai
La vida de Rudisha est¨¢ marcada por la medalla que consigui¨® su padre en M¨¦xico 1968 y su obsesi¨®n por ser un gran velocista
Un ambiente especial se respiraba a las ocho de la tarde en el Estadio Ol¨ªmpico el pasado jueves. La final de los 800 metros iba a comenzar y previamente en todas las conversaciones solo se escuchaba un nombre: Rudisha. David Lekuta Rudisha es un keniano nacido en el distrito de Trans Mara en el Valle del Rift. Su padre, Daniel Rudisha, consigui¨® ser medallista en los relevos del 4x400 metros en M¨¦xico 68. Esta ha sido una circunstancia que marc¨® la vida de David. Siempre ¨¦l estuvo en su mente y su referencia ha sido vital para el desarrollo de las habilidades aparentemente inhumanas que actualmente posee.
Sin embargo, la suerte del campe¨®n no suele consistir en un solo elemento, sino en varios. En este caso, la llegada del monje misionario irland¨¦s durante los a?os 70, el Hermano Colm O¡¯Connell o m¨¢s com¨²nmente conocido por Brother Colm, a la entonces peque?a aldea de Iten, tambi¨¦n en el Valle del Rift, para dirigir la escuela de la orden de St. Patrick¡¯s, fue incluso m¨¢s decisiva para la formaci¨®n de este gran atleta.
Brother Colm lleg¨® a Kenia sin conocimientos sobre atletismo, y gracias a que Pete Foster, hermano de otro renombrado fondista brit¨¢nico llamado Brendan Foster, se encontraba por all¨ª llevando la citada escuela, fue aleccionado con conocimientos b¨¢sicos de atletismo. Pete march¨® y le dej¨® a cargo del equipo de atletismo. El aprendizaje y la posterior mejora de Brother Colm en dicho oficio fue tal que, a?os despu¨¦s, sus atletas arrasar¨ªan en todos los grandes campeonatos de atletismo. Por citar algunos, Peter Rono consigui¨® un oro ol¨ªmpico en 1500, Wilson Kipketer bat¨ªa varias veces el r¨¦cord del mundo de 800 metros y otros grand¨ªsimos atletas como Mike Boit, Augustine Choge, Isaac Songok y muchos m¨¢s triunfaban en las pistas de todo el planeta.
El monje irland¨¦s ¡®Brother Colm¡¯ ha sido el art¨ªfice de la fortaleza mental y f¨ªsica de este atleta espectacular
Y lleg¨® el a?o 2005 y un joven masai apareci¨® por la escuela de St. Patrick¡¯s. Emocionado con la pr¨¢ctica del atletismo, le obsesionaba llegar a ser un buen velocista, como su padre. Pero en la atenta mirada de Brother Colm no pas¨® desapercibido este chaval. Su buen ojo cl¨ªnico detect¨® en ¨¦l una amplia zancada m¨¢s propia de la media distancia. ¡°T¨² podr¨ªas ser un buen ochocentista¡±, le dijo. Al poco de trabajar con el chico, el misionario se dio cuenta del potencial que atesoraba este joven masai. Famosas son sus citas en la prensa: ¡°Este es el hombre que tanto estaba esperando. Es la persona ideal. Nunca he visto esa capacidad de entrenamiento ni ese equilibrio mental en ning¨²n atleta anteriormente¡±. Parec¨ªa que exageraba¡
Los a?os fueron pasando y David crec¨ªa por momentos como corredor. Fue campe¨®n del mundo j¨²nior, campe¨®n de ?frica y mejor¨® su marca hasta los 1m43s. Pero justo cuando estaba preparado para afrontar sus primeros Juegos, en China, se lesion¨®. Dolido, su mentor le anim¨®. ¡°Tranquilo, lo mejor est¨¢ por llegar¡±, dijo Brother Colm.
Sigui¨® trabajando y en el a?o 2010 bat¨ªa dos veces el r¨¦cord del mundo hasta dejarlo en 1m 41,01s en Rieti, donde tuve el privilegio de compartir carrera con ¨¦l. Se hab¨ªa consagrado como el corredor de 800 m¨¢s r¨¢pido de la historia y los pron¨®sticos de Brother Colm comenzaban a cumplirse. En 2011 se proclam¨® campe¨®n del mundo en Daegu pero su momento de gloria le esperaba el 9 de agosto de 2012 a las ocho de la tarde en Londres. Nos deleit¨® con la carrera m¨¢s preciosa que se haya visto nunca. Sin liebres, empujando el suelo con su fuerza descomunal desde el primer metro, de forma fluida y elegante y en solitario, bati¨® su propio r¨¦cord. Por fin, el misionario de la orden de St. Patrick¡¯s sonri¨®.
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