Osasuna, la m¨²sica sostenida
El conjunto de Mendilibar, descabezado tras la salida de Ra¨²l Garc¨ªa, afronta la temporada con el objetivo de mantener una misma idea con futbolistas distintos
A Osasuna solo le falt¨® un solo escal¨®n, una parada m¨¢s para engancharse al tren de Europa seis temporadas despu¨¦s de visitar la Liga de Campeones por primera vez en su historia. El grupo dirigido por Jos¨¦ Luis Mendilibar, que repetir¨¢ una temporada m¨¢s en el banquillo rojillo, fue, fiel a su apellido hist¨®rico, un equipo escamoso, r¨¢pido a la hora de advertir las debilidades del rival y seguro de s¨ª mismo. Un patr¨®n de comportamiento que, a pesar de encajar alguna que otra goleada (8-0 ante el Bar?a), no vari¨® gracias a esa capacidad innata para enfrentarse a lo complicado desde un convencimiento inquebrantable. Sin embargo, repasado el anuario final del curso se estableci¨® la necesidad de mejorar varios apartados. La apuesta de este curso pasa por potenciar la velocidad individual de los jugadores por encima de la conquista del espacio gracias a la batalla cuerpo a cuerpo.
El reto de Mendilibar se esconde en la necesidad de encajar las piezas nuevas en un sistema preestablecido
La l¨ªnea de trabajo vuelve a ser la misma un curso m¨¢s aunque ahora deber¨¢ hacerlo sin dos piezas fundamentales: Ra¨²l Garc¨ªa, que vuelve al Atl¨¦tico tras su cesi¨®n, y que se convirti¨®, con 11 goles y siete asistencias, en el aut¨¦ntico foco de atenci¨®n del conjunto navarro, y Javad Nekounam. La salida del mediocentro iran¨ª tras seis temporadas gobernando el centro del campo navarro eleva m¨¢s todav¨ªa la exigencia del capit¨¢n, Patxi Pu?al, como principal term¨®metro del equipo. ¡°He tenido muchos compa?eros que estaban en la sombra y cuando se les ha dado la oportunidad han sido importantes¡±, conf¨ªa Pu?al. El cambio en la partitura llega con los fichajes de Sisi (del Valladolid), Armenteros (del Sevilla) y Joseba Llorente (de la Real Sociedad) en la delantera, con los que el club rojillo espera subir un punto m¨¢s la explosividad de transici¨®n en ataque. Una nueva concepci¨®n del juego tras la marcha de Lekic e Ibrahima, con la que ahora pierde en altura, pero gana en habilidad y desborde.
Acostumbrado a sacar petr¨®leo de plantillas con escasos recursos, el reto de Mendilibar se esconde en la necesidad de encajar las piezas nuevas en un sistema preestablecido. Un objetivo, revolucionario a su manera, en el que el argumento busca recordar el de la temporada pasada, pero con un reparto diferente. El resultado es una inc¨®gnita.
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