96 muertes manipuladas desde 1989

Veintitr¨¦s a?os y ocho gobiernos brit¨¢nicos han tenido que mediar para que las familias de las v¨ªctimas de la tragedia del estadio de Hillsborough, en la que murieron 96 aficionados del Liverpool a consecuencia de una avalancha, vieran finalmente resta?ada una tremenda injusticia: la admisi¨®n de que los hinchas ¡°no fueron la causa del desastre¡±, como establec¨ªa la versi¨®n oficial hasta ayer mismo, y de que los muertos fueron deliberadamente denigrados para justificarla.

El primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, pidi¨® p¨²blicamente perd¨®n en nombre de todo el pa¨ªs por un ¡°suceso atroz¡± en cuyo desenlace fueron decisivos los fallos de seguridad a todos los niveles, y, ante todo, por los esfuerzos de las autoridades en establecer que ¡°de alg¨²n modo, las v¨ªctimas fueron las responsables de sus propias muertes¡±. La verg¨¹enza de esa ¡°doble injusticia¡± a la que aludi¨® Cameron queda constatada en los documentos confidenciales del Gobierno que ayer salieron a la luz sobre aquel 15 de abril de 1989, cuando 96 seguidores reds que asist¨ªan a la semifinal de la Copa contra el Nottingham Forest murieron, la mayor¨ªa aplastados contra las vallas de la tribuna oeste del estadio de Hillsborough (en la localidad de Sheffield).

La difusi¨®n de m¨¢s de 450.000 p¨¢ginas, y de su escrutinio por una comisi¨®n independiente durante el ¨²ltimo a?o y medio, ha sido el resultado de una campa?a emprendida por los allegados de las v¨ªctimas, convencidos de que las autoridades manipularon pruebas para ocultar sus propios errores, estigmatizando a los hooligans de Anfield, muy temidos por sus desmanes en los a?os 80. Solo cuatro a?os antes de la desgracia de Hillsborough el sector m¨¢s radical de los reds se hab¨ªa visto involucrado en otro suceso similar del que ejercieron de detonante por su agresividad: la avalancha que se produjo en el estadio de Heysel en Bruselas durante a final de la Copa de Europa entre el Liverpool y la Juventus, con un balance de 39 muertes, 32 de ellos italianos. Todav¨ªa hoy, equipos especialmente hostiles al pentacampe¨®n europeo, empezando por el Chelsea, insultan a sus seguidores al grito de ¡°asesinos¡±.

Ese fue el terreno abonado en el que se escud¨® el Gobierno de Margaret Thatcher en 1990 para dar carpetazo a la investigaci¨®n de los sucesos de Hillsborough con un informe que solo responsabilizaba a la polic¨ªa de fallos en el control de los accesos al estadio, cuya capacidad se vio desbordada en el sector en el que se agolpaban los aficionados del Liverpool. No se depuraron responsabilidades, pero en cambio s¨ª se buscaron fichas policiales y posibles antecedentes de los muertos y hasta se les hizo una prueba sangu¨ªnea de alcoholemia, con el objetivo de propagar ¡°falsedades despreciables¡±, tal como reconoci¨® ayer el propio David Cameron. El esfuerzo, en definitiva, se centr¨® en elaborar una versi¨®n de los hechos (convenientemente filtrada en su d¨ªa al tabloide The Sun) que retrat¨® a las v¨ªctimas como unos borrachos fuera de control que lograron acceder al recinto sin entrada y acabaron desencadenando la tragedia.

Se propagaron ¡°falsedades despreciables¡±, seg¨²n David Cameron

Los documentos reci¨¦n desvelados establecen que el informe primigenio alter¨® las pruebas sobre los m¨²ltiples fallos en el dispositivo policial, la capacidad de reacci¨®n de la polic¨ªa y unas deficiencias sobre el terreno que ¡°eran bien conocidas¡± y no cumpl¨ªan los requisitos m¨ªnimos de seguridad. 116 de las 164 declaraciones fueron ama?adas para eliminar comentarios negativos sobre los agentes. Especialmente sangrante resulta la sugerencia de que algunas de las muertes podr¨ªan haberse evitado. El informe original del forense conclu¨ªa que las v¨ªctimas sufrieron una asfixia traum¨¢tica que les dej¨® inconscientes a los pocos segundos, y provoc¨® su muerte minutos m¨¢s tarde. Una mayor celeridad en el auxilio no habr¨ªa evitado ese desenlace, seg¨²n esa versi¨®n. Nuevos an¨¢lisis realizados post m¨®rtem han revelado, sin embargo, que 28 de las v¨ªctimas no sufrieron obstrucciones circulatorias, y que el coraz¨®n y los pulmones de 31 de ellas segu¨ªan funcionando tras la avalancha. Ese escenario hubiera dado margen a una ¡°asfixia reversible¡±, en contra de lo determinado en 1990.

El primer ministro ha dejado en manos de la fiscal¨ªa la decisi¨®n de si apela al Tribunal Supremo para que anule la investigaci¨®n original y ordene la apertura de una nueva. Los documentos confidenciales del Gobierno no suelen publicarse en Reino Unido hasta treinta a?os despu¨¦s de su elaboraci¨®n, pero la presi¨®n de los familiares de las v¨ªctimas y las 140.000 firmas reunidas han conseguido acortar ese plazo. Muchas de esas personas acudieron ayer por la ma?ana a la catedral de Liverpool, donde el obispo James Jones les expuso las conclusiones que se desprenden de sus p¨¢ginas. Horas m¨¢s tarde, Cameron comparec¨ªa en la C¨¢mara de los Comunes para formularles una disculpa p¨²blica, tambi¨¦n por el hecho de que ninguno de los Gobiernos que se han sucedido desde la tragedia ¡°intentara establecer la verdad¡±.

En una jornada muy emotiva, los habitantes de Liverpool guardaron por la tarde dos minutos de silencio, al que sigui¨® el repicar de las campanas de las iglesias y finalmente los c¨¢nticos del You'll never walk alone (¡°Nunca caminar¨¢s solo¡±) como homenaje a unos muertos que fueron ultrajados en nombre de la verdad oficial.