Tres minutos que quiz¨¢ valgan un t¨ªtulo

S¨ª, H¨¦ctor Barber¨¢ se precipit¨®. Hab¨ªa visto c¨®mo Dani Pedrosa le adelantaba, sab¨ªa d¨®nde se hallaba, pero lleg¨® tarde a trincar los frenos y, apretada como estaba la parrilla entera en la primera vuelta, se llev¨® por delante al piloto de Honda. Si algo marc¨® el Gran Premio de San Marino, el pasado domingo en Misano, fue una sucesi¨®n de desprop¨®sitos que pudo evitarse. Pedrosa fue v¨ªctima de la ignorancia, la confusi¨®n generalizada, las prisas y la mala suerte, que nunca viene sola. En tres minutos pudo haber perdido el t¨ªtulo mundial de MotoGP. De aspirar a quedarse a solo ocho puntos de Jorge Lorenzo, llegar¨¢ a la carrera de Arag¨®n, a falta de cinco, a 38.

Hubo mucha confusi¨®n y se puso en juego el campeonato de Dani¡±, reconocen en Dorna

Fue Karel Abraham quien, con problemas en su Ducati, levant¨® un brazo instantes antes de que arrancara la prueba: los comisarios mostraron la bandera amarilla, lo que implicaba la suspensi¨®n de la salida, y en el sem¨¢foro se encendieron las luces naranjas en se?al de alerta. ¡°No se pod¨ªa dar el inicio porque tener un piloto parado en medio [sal¨ªa 11?] es muy peligroso. Pas¨® un incidente similar en Valencia en 2002: Cardoso embisti¨® a Checa, a quien se le hab¨ªa calado la moto justo antes de salir¡±, explica Javier Alonso, responsable de seguridad de Dorna.

El sem¨¢foro cre¨® confusi¨®n entre los pilotos y los equipos. Pero la direcci¨®n de la carrera actu¨® conforme al reglamento, que dice que, en estos casos, debe mostrarse en cuanto sea posible la pancarta que indica que queda un minuto para iniciar otra vez la vuelta de calentamiento. Esa generalizaci¨®n en la norma y el desconocimiento de las reglas por parte de los participantes generaron el caos.

¡°Lo que ocurri¨® es parte del procedimiento dentro del reglamento, pero no recuerdo la ¨²ltima vez que pas¨® algo similar, de ah¨ª el caos¡±, dice Alonso. Pero reconoce: ¡°Hay cosas en ese procedimiento que se deben mejorar¡±. El problema lleg¨®, en primer lugar, al apagar la mayor¨ªa de los pilotos sus motores inmediatamente despu¨¦s de suspenderse la salida. Cuando se hizo el reglamento, no exist¨ªa una limitaci¨®n de motores, pero ahora s¨ª y alargar la vida de los mismos es una obsesi¨®n de los equipos. Fue entonces cuando saltaron a la parrilla los mec¨¢nicos, por la puerta y por el muro, sin control alguno. Los pilotos se bajaron de las motos, muchos fueron al ba?o, se montaron calentadores... Nada de aquello deber¨ªa haber ocurrido. Con sacar la moto de Abraham de la pista habr¨ªa bastado para reiniciar la marcha.

¡°Empezamos a sacar a la gente de la parrilla como pudimos y, cuando lo tuvimos controlado, se avis¨® de que en dos minutos se mostrar¨ªa la pancarta habitual que indica que queda un minuto. Ah¨ª se quitaron los calentadores que cubren el neum¨¢tico y empezaron los problemas para Dani¡±, recuerda este miembro de la organizaci¨®n. Los mec¨¢nicos sacaron la moto y la metieron en el pit lane para desbloquear una rueda ante la estupefacci¨®n de Pedrosa, que regresaba del ba?o, y, gui?os del destino, bast¨® con bajar la moto del caballete para hacer girar el neum¨¢tico.

Su equipo recoloc¨® la moto en su sitio, en la pole, algo que nunca deber¨ªa haberse hecho, pues, al haber abandonado la parrilla, el piloto deber¨ªa haber salido ya a la vuelta de calentamiento desde el pasillo de garajes. Pero aquel movimiento, desesperado, fruto del nerviosismo y las prisas, le releg¨® a la ¨²ltima posici¨®n. Desde all¨ª Pedrosa, que so?aba con la remontada, corr¨ªa muchos m¨¢s peligros que desde su preciada pole.

¡°Sabemos que hubo mucha confusi¨®n y que tenemos que mejorar. Nos preocupa que por un c¨²mulo de circunstancias est¨²pidas se ponga en juego el campeonato de un piloto¡±, resume Alonso; ¡°solo intentamos extremar la seguridad, pero entiendo el enfado de Dani, que, sin tener ninguna culpa, puede haber perdido muchas posibilidades de ser campe¨®n¡±.