El M¨¢laga escribe su mejor cap¨ªtulo
El equipo andaluz bate con buen juego y un gol de Joaqu¨ªn a un Milan muy defensivo
Como si 100 a?os de historia no significaran nada, el gran M¨¢laga construido por Manuel Pellegrini se deshizo con aparente facilidad y con justicia de un Milan escandalosamente defensivo, muy venido a menos, repleto de jugadores intrascendentes en lo que se antoja una dura traves¨ªa en el desierto para el glorioso club lombardo. Venci¨® el f¨²tbol del M¨¢laga, din¨¢mico, preciso y solidario, que de esta forma engrandece su palmar¨¦s con esta victoria hist¨®rica. Lejos de verse alterado por los defectos de los nuevos ricos, como el amaneramiento o la falta de pasi¨®n en el juego, el M¨¢laga combina clase y garra, pues lo mismo despuntan Isco, Joaqu¨ªn o Saviola que emerge un sensacional Iturra. L¨ªder de su grupo, acariciando el pase a octavos siendo el ¨²nico equipo que todav¨ªa no ha recibido ni un gol en contra, el M¨¢laga sigue haciendo historia.
M?LAGA, 1 - MILAN, 0
M¨¢laga: Caballero; G¨¢mez, Demichelis, Weligton, Eliseu; Camacho, Iturra; Portillo (Onyewu, m. 92), Joaqu¨ªn (Duda, m. 84), Isco; y Saviola (Santa Cruz, m. 70). No utilizados: Kameni; Recio, Seba y Fabrice.
Milan: Amelia; De Seglio, Bonera, Mex¨¨s, Acerbi (Bojan, m. 78), Constant (Pato, m. 69); Montolivo, Ambrosini; Emanuelson, Pazzini y El Shaarawy. No utilizados: Gabriel; Yepes, Antonini, Nocerino y Flamini.
Gol: 1-0. M. 64. Joaqu¨ªn define con el interior dentro del ¨¢rea tras un excelente pase de su compa?ero Iturra.
?rbitro: Pedro Proen?a. Amonest¨® a Montolivo, Constant, Ambrosini, Mex¨¨s, Iturra y Bonera.
Lleno en La Rosaleda con 29.000 espectadores.
Resulta llamativo que en el partido m¨¢s importante de la historia del cuadro andaluz, el Milan se disfrazara de equipo menor, consciente de la superioridad t¨¦cnica del equipo andaluz, en plena forma, como f¨®rmula para detener su ca¨ªda e intentar controlar, en lo posible, el aluvi¨®n de juego que se le presupon¨ªa al M¨¢laga. El disfraz consisti¨® en alinear a tres centrales y dos carrileros, uno de ellos Constant, un centrocampista con cierta llegada que pas¨® un calvario pegado a la izquierda. Sin noticias de Boateng (ni en el banquillo), el catecismo conservador del Milan, en plena reconversi¨®n y lleno de dudas, s¨ª tuvo la virtud de alterar los mecanismos habituales de juego del M¨¢laga.
Quiz¨¢s tambi¨¦n por un exceso de respeto, el equipo de Pellegrini, bien pertrechado por los seis puntos conseguidos en las dos primeros jornadas, tampoco se fue a la yugular del Milan. Ten¨ªa posesi¨®n el M¨¢laga, pero le faltaba un elemento fundamental para hacerla efectiva: profundidad y desmarques al espacio. En la aglomeraci¨®n de efectivos en el centro del campo, ni Isco ni Joaqu¨ªn fueron capaces de desarrollar su juego con la imaginaci¨®n precisa para desmontar la revoluci¨®n efectuada por Allegri. Quiz¨¢s consciente de que su puesto est¨¢ en el alambre, un empate podr¨ªa saberle a gloria.
Joaqu¨ªn fall¨® un penalti y luego anot¨® el gol del triunfo, como en la Liga
En la confusi¨®n, fue incluso el Milan el que goz¨® de la primera ocasi¨®n clara del partido. Un excelente contragolpe con pase final de Emanuelson dej¨® solo a El Shaarawy. El delantero italiano de padre egipcio golpe¨® muy bien a la primera y el bal¨®n lami¨® el poste defendido por Caballero. El Shaaarawy tiene pinta de gran jugador, pero es joven y a veces escoge mal. Su cambio de ritmo es el de los escogidos, aunque la falta de continuidad lo lastra demasiado.
La casta de equipo grande manten¨ªa al Milan hasta que Joaqu¨ªn decidi¨® darle un vuelco al juego. Mir¨® a la derecha y decidi¨® incordiar a Constant. En dos grandes internadas dej¨® el bal¨®n atr¨¢s para que Isco empalmara desde la frontal del ¨¢rea. Dos golpeos descomunales, uno por encima del larguero y otro salvado con una mano por Amelia. Abierta la brecha en la derecha, Joaqu¨ªn, Jes¨²s G¨¢mez y Portillo acudieron como pira?as a incordiar a Constant. El milanista, superado una y otra vez, desplaz¨® con el brazo a G¨¢mez dentro del ¨¢rea en una acci¨®n en la que un ¨¢rbitro de 100 pita penalti. Lo hizo Proen?a. Joaqu¨ªn lanz¨® el penalti con la misma cara con la que fall¨® en los cuartos de final del Mundial 2002 ante Corea con la selecci¨®n. El bal¨®n se fue alto, como pas¨® el s¨¢bado pasado, un calco de su error ante el Valladolid.
El M¨¢laga acaricia los octavos y es el ¨²nico equipo imbatido de la competici¨®n
Tiene tal variedad de recursos el M¨¢laga que no fue Isco el autor del pase magistral que permiti¨® la redenci¨®n de Joaqu¨ªn. Iturra, adem¨¢s de recuperar, ofreci¨® una pincelada de clase que habilit¨® al portuense. Su toque con el interior fue excelso. Estall¨® la Rosaleda.
Como le ocurre a los equipos mediocres, solo en desventaja en el marcador se atrevi¨® el Milan a dar un paso adelante. Mientras el M¨¢laga se gustaba, Allegri volvi¨® a lucirse. Meti¨® casi de una tacada en el campo a Pato y Bojan para jugar, pr¨¢cticamente, con cuatro delanteros, despreciando el centro del campo y alargando sus l¨ªneas de manera lastimosa. Solo El Shaarawy, en un bal¨®n largo, puso en apuros a Caballero. Ni a las bravas inquiet¨® el equipo italiano al andaluz, que sell¨® su victoria hist¨®rica con desparpajo y permiti¨¦ndose el lujo de mantener la posesi¨®n lejos de su ¨¢rea. Escrito el mejor cap¨ªtulo de su trayectoria, el M¨¢laga persigue la creaci¨®n de una obra completa y desmesurada.
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