Marcaje en los banquillos
Los ¨¢rbitros aplican la dureza de la UEFA para acabar con las protestas y Competici¨®n endurece las sanciones Siete t¨¦cnicos expulsados, tantos como en toda la Liga pasada
¡°Parece que alguno no se ha dado cuenta de que Franco ha muerto¡±. ¡°?Esto hay que pararlo ya! Estamos en una dictadura, no se puede abrir la boca, no se puede decir nada¡±. Las declaraciones de Miroslav Djukic (Valladolid) y Paco J¨¦mez (Rayo) tras ser expulsados esta temporada reflejan el hartazgo de un colectivo que se siente perseguido desde el inicio de la campa?a. En nueve jornadas han sido expulsados siete entrenadores, tantos como en cada una de las dos ¨²ltimas temporadas. El motivo, siempre el mismo, protestar las decisiones arbitrales: ¡°airadamente¡±, ¡°ostensiblemente¡±, ¡°de forma reiterada¡±...
Los sancionados
Siete entrenadores, adem¨¢s del segundo t¨¦cnico del Espanyol, Toni, han visto la tarjeta roja esta temporada. Seg¨²n las actas arbitrales, el castigo se tom¨® despu¨¦s de que los t¨¦cnicos protestaran, en muchos casos al cuatro ¨¢rbitro, una decisi¨®n del colegiado.
Tito Vilanova (Bar?a) y Djukic (Valladolid) fueron expulsados por "protestar airadamente", seg¨²n los actas arbitrales. Algo similar a lo que le ocurri¨® a Manolo Jim¨¦nez (Zaragoza).
Pochettino (Espanyol) fue castigado por repetir "esto es una puta verg¨¹enza"
A Paco Herrera (Celta) se le expuls¨® por "formular observaciones a las decisiones" del asistente.
M¨ªchel (Sevilla) vio la roja por dirigirse al equipo arbitral y decirle "no ten¨¦is verg¨¹enza".
Paco J¨¦mez (Rayo) vio la doble amarilla por recriminar "reiteradamente" las decisiones de P¨¦rez Lasa.
¡°Un ¨¢rbitro no expulsa de primeras, sino cuando el cuarto ¨¢rbitro ha advertido tres o cuatro veces al principal de las protestas del entrenador¡±, razona un miembro del Comit¨¦ T¨¦cnico de ?rbitros cuando escucha la petici¨®n de di¨¢logo que solicitan los t¨¦cnicos, contra los que no cree que haya una persecuci¨®n. Argumenta que no se est¨¢ haciendo otra cosa que aplicar la circular n¨²mero 3 que se redact¨® tras la reuni¨®n que mantuvieron los colegiados antes de empezar el curso en Santander, un encuentro en el que tambi¨¦n se incidi¨® en la necesidad de vigilar los codazos en los saltos y la distancia en las barreras. La percepci¨®n de que desde los banquillos se inflamaba y se encrespaban los ambientes en contra de los ¨¢rbitros llev¨® a la inclusi¨®n de este punto en la circular para tratar de frenar la vehemencia de los t¨¦cnicos. ¡°Lo que pasa es que los entrenadores no se las leen, o los clubes no se las hacen llegar. Luego es muy f¨¢cil hablar de dictadura¡±, argumenta una fuente arbitral. ¡°No se persigue a nadie¡±, incide S¨¢nchez Arminio, presidente de los colegiados.
La posici¨®n de los t¨¦cnicos es diametralmente opuesta. ¡°Hay una directriz, que viene desde arriba, de que a todo el mundo que protesta hay que expulsarle¡±, criticaba el pasado lunes Djukic, expulsado en la quinta jornada. ¡°Lo que tienen que hacer es fijarse en lo que pasa dentro del campo. Lo que pasa fuera no tiene tanta importancia ni trascendencia en un partido¡±, ahonda J¨¦mez, que recurrir¨¢ su expulsi¨®n ante el Bar?a, m¨¢s a¨²n despu¨¦s de que las c¨¢maras de televisi¨®n constatasen que el cuarto ¨¢rbitro, una figura cuyo protagonismo ha aumentado, le asegur¨® que no estaba expulsado, sino que solo hab¨ªa sido amonestado por P¨¦rez Lasa. ¡°El respeto que piden los ¨¢rbitros se lo tienen que ganar¡±, a?ade J¨¦mez.
Hartos de que el p¨²blico se les eche encima por las protestas acompa?adas de aspavientos de t¨¦cnicos, ayudantes y suplentes, la postura de los ¨¢rbitros es clara: conf¨ªan en que estas sanciones y expulsiones sirvan para que se calmen los inquilinos de los banquillos sea cual sea su funci¨®n. El espejo en el que se miran los colegiados espa?oles es la dureza que est¨¢ aplicando la UEFA a la hora de sancionar: los ¨¢rbitros perciben c¨®mo los entrenadores que compiten en Europa no hacen tantos gestos, conscientes de que ser¨¢n sometidos a un duro castigo. Ya antes de la Eurocopa, en la charla que recibieron los seleccionadores de boca del excolegiado Pierluigi Collina, se les advirti¨® de que su comportamiento en la zona t¨¦cnica deb¨ªa ser ejemplar. Este cambio de paradigma supone, en definitiva, hasta una refundaci¨®n del Comit¨¦ de Competici¨®n, sobre todo en cuanto a las sanciones: si la temporada pasada, por ejemplo, Pepe fue castigado con dos partidos por llamar ¡°hijo de puta¡± a Paradas Romero, este a?o Coentr?o se dirigi¨® en los mismos t¨¦rminos a P¨¦rez Lasa y fue sancionado con cuatro encuentros.
La uni¨®n entre los colegiados es inversa, al menos hasta ahora, a la de los t¨¦cnicos. ¡°Ahora hay una oportunidad para que los entrenadores, que cada uno va a su historia, nos sentemos y discutamos qu¨¦ se puede hacer¡±, comenta J¨¦mez. El presidente del Colegio de Entrenadores, Eduardo Caturla, ha transmitido las quejas a los ¨¢rbitros. La respuesta que ha recibido ha sido clara: los entrenadores tienen que comportarse. Sin miramientos. Piarla, esa acci¨®n y ese t¨¦rmino tan futbolero, est¨¢ prohibido.
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