Begic se monta un guateque

El Madrid se ventil¨® con suficiencia al Cant¨² al tiempo que Mirza Begic se daba un fest¨ªn. El p¨ªvot ha despertado de su letargo y los blancos, que ya presum¨ªan de per¨ªmetro, comienzan tambi¨¦n a colonizar la zona, territorio inexplorado a principio de curso.

Tras firmar 14 puntos y seis rebotes en 16 minutos la pasada semana ante el Fenerbah?e, el esloveno volvi¨® a estar iluminado ante el Cant¨². Excelso en sus primeros 14 minutos, dispar¨® sus prestaciones con 11 puntos y cinco rebotes que allanaron la noche. Aupados por su gigant¨®n los de Laso dominaron el rebote, controlaron el tempo y se escaparon con facilidad hasta los 15 puntos de ventaja coincidiendo con el bocinazo del descanso (41-26). El expediente final de la torre madridista fue notable: 17 puntos, 10 rebotes y 17 de valoraci¨®n.

???? El 16-5 inicial sent¨® las bases de un encuentro pl¨¢cido frente a un cl¨¢sico de otra ¨¦poca. El hist¨®rico Pallacanestro Cant¨², con 10 t¨ªtulos continentales en sus vitrinas (el ¨²ltimo, la Copa Korac que ganaron al Madrid en 1991), act¨²a ahora de meritorio en el escenario europeo en el que Italia es uno de los caladeros donde pescan los nuevos ricos.

En cuanto los blancos pusieron las calderas en marcha, el rival se derriti¨® como plastilina. Mirotic continu¨® su progresi¨®n aritm¨¦tica, Rudy sac¨® de nuevo brillo a su mu?eca, Carroll volvi¨® a alardear de afinaci¨®n y los bases interpretaron partituras complementarias. Llull retom¨® el hilo tras su lesi¨®n para celebrar la renovaci¨®n de contrato con los blancos hasta 2018.

Enfrente, apenas Aradori (m¨¢ximo anotador del partido con 18 puntos) respondi¨® a las expectativas mientras Brooks y Leunen aprovecharon para engordar su ficha particular en minutos insustanciales. En el banquillo visitante, pizarra en mano, Lele Molin ¡ªencargado de echar el tel¨®n a la era Messina¡ª pasaba por Madrid con su habitual sigilo como segundo de Trinchieri. ¡°Esta es la mejor versi¨®n del Madrid en los ¨²ltimos a?os. Por qu¨ªmica, por instinto y por estilo de juego. No s¨¦ si ganar¨¢n, pero tienen de todo salvo un p¨ªvot dominante¡±, declar¨® el t¨¦cnico italiano. Begic se esforz¨® en desmentirle y Hettsheimeir ultima su puesta a punto.