Triunfo memorable de un club hist¨®rico

Celtic dif¨ªcilmente volver¨¢ a ganar la Copa de Europa. Ya se sabe tambi¨¦n que ¨²ltimamente no es una heroicidad conquistar el Celtic Park. No ser¨¢ f¨¢cil tampoco que los bhoys vuelvan a tener un entrenador como Jock Stein y un jugador de la categor¨ªa de Neal, Jonhsntone o Larsson. Ahora mismo es imposible formar una alineaci¨®n legendaria con chicos nacidos en un radio de 30 millas del Parkhead como pas¨® en 1967. Ni siquiera se compite con el descendido Rangers. El Celtic, sin embargo, siempre ser¨¢ el Celtic, imposible olvidar un estadio como el Celtic Park y el verde es por definici¨®n el color opuesto al azul en Glasgow: 125 a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n, el campe¨®n escoc¨¦s sigue siendo un club reconocible y admirable, muy capaz de derrotar de vez en cuando a un equipo como el Bar?a.

Hay pocos equipos que se batan con la energ¨ªa del Celtic en el animoso Celtic Park de la brumosa Glasgow. La mezcla result¨® explosiva para los muchachos de Tito Vilanova, que firmaron su segunda derrota de la temporada cuando se dispon¨ªan a certificar el pase a los octavos de la Champions. El partido, al fin y al cabo, fue muy parecido al del Camp Nou. El resultado, en cambio, fue el contrario. Acostumbrado a que le saliera cara, al Bar?a ayer le toc¨® la cruz en la guarida del Celtic. La posesi¨®n y los continuos remates a porter¨ªa solo le sirvieron para marcar el gol del honor.

Al igual que ya pas¨® en Barcelona, Vilanova apost¨® en Glasgow por el toque y la pausa de Xavi e Iniesta antes que por el v¨¦rtigo de Cesc, prefiri¨® la agresividad de Alexis al gol de Villa, quer¨ªa que el mismo equipo de la ida, a excepci¨®n de Alves ¡ªsustituto del lesionado Adriano¡ª resolviera la vuelta en el Celtic Park. As¨ª que hab¨ªa que volver a marcar el ritmo, parar el rondo en la cancha contraria, evitar las p¨¦rdidas de bal¨®n, enfocar a Forster. El despliegue que precisamente m¨¢s agradece el Celtic como ya se vio en el Camp Nou y se constat¨® en Glasgow.

Los escoceses saben defender muy bien al Bar?a. Intensos y concentrados, especialmente bien escalonados en su feudo, no conceden espacios ni ocasiones, taponan las l¨ªneas de pase y aguardan pacientemente a robar la pelota para tirar una transici¨®n que indefectiblemente acaba en un fuera de banda o un c¨®rner. Y, normalmente, un saque de esquina es una ocasi¨®n de gol en el Celtic Park. Anoche no fue una excepci¨®n: Wanyama, que mide dos palmos m¨¢s que Alba, cabece¨® a la red el servicio de Mulgrew en la primera llegada de los muchachos de Lennon.

No tuvo la misma punter¨ªa el Bar?a. Aunque le cost¨® ganar posiciones de tiro, remat¨® dos veces a la madera (Messi y Alexis) y el 10 no emboc¨® un gol que parec¨ªa cantado ante los morros de Forster. La historia de siempre en los duelos Celtic-Bar?a y muy repetida tambi¨¦n en el equipo de Vilanova, acostumbrado a competir con el marcador en contra, situaci¨®n que ya se ha dado en siete partidos de la temporada, cuatro solventadas con ¨¦xito, y dos con derrota. A los azulgrana no les hab¨ªa servido de nada jugar mejor que en casa: al descanso perd¨ªan por 1-0.

Tampoco era una novedad porque ya se sabe que a veces parece un equipo excesivamente chato cuando no juegan Villa ni Cesc. Alexis no tiene suerte ante los porteros, tampoco anoche en un remate cara a cara con Forster, y la de ayer no era tampoco la noche de Pedro. El partido demandaba un cambio de marcha de parte de los barcelonistas porque los minutos se consum¨ªan a favor del Celtic y Vilanova sac¨® a El Guaje y, poco despu¨¦s, a Cesc y Piqu¨¦ de una tacada, dispuesto a darle la vuelta al marcador despu¨¦s de que Forster le volviera a negar el gol a Messi.

La afrenta le sali¨® mal al Barcelona porque el Celtic no perdon¨® tras un saque largo de su portero que no atin¨® a rechazar Xavi. La pelota acab¨® a pies de Watt y su tiro cruzado super¨® la salida de Vald¨¦s. El encuentro ya no tuvo remedio para el Bar?a. El gol de Messi, despu¨¦s de recoger un rechace de Forster a tiro de Villa, no le sirvi¨® de nada a los muchachos de Vilanova. Volvieron a discutir Messi y Villa y la hinchada escocesa sostuvo a su equipo con un rugido sobrecogedor, el grito propio de un club siempre reconocible por su fuerza y su m¨ªstica.

Ayer, 125 a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n, el Celtic celebr¨® que sigue siendo el entra?able Celtic. No pod¨ªa haber un mejor regalo para los 60.000 aficionados que se re¨²nen en una liturgia ¨²nica en el Celtic Park que una sobresaliente victoria contra el Bar?a. Nadie dudar¨¢ nunca de la personalidad de los verdiblancos de Glasgow.