Banega ahorra un susto

Todo apunta a un pleno espa?ol en los octavos de final de la Champions, pese a los accidentes de los dos grandes. El Valencia cumpli¨® con su parte en Mestalla: derrot¨® al BATE, en un partido con muchos goles y poco juego, y ya tiene la siguiente fase al alcance de la mano. Tras un arranque muy gris, los de Pellegrino aprovecharon sus dos primeras ocasiones, que se sucedieron en un simple par de minutos, y dejaron el camino abierto ante un rival tan bienintencionado como carente de chispa. El choque, sin embargo, acab¨® complic¨¢ndosele al Valencia en la ¨²ltima media hora, cuando concedi¨® dos tantos en jugadas absurdas y aliment¨® brevemente la esperanza del BATE. Las posibles dudas finales las disip¨® Banega, ese pasador que tanto se echa de menos en el grupo de Pellegrino y que, reci¨¦n salido del banquillo, meti¨® a Feghouli un bal¨®n exacto para ultimar el duelo.

<En un pesta?eo, el Valencia resolvi¨® el choque sin haber exhibido casi ning¨²n argumento de peso para merecerlo. Pero en dos minutos, el conjunto de Pellegrino se redimi¨® de casi media hora de carencias futbol¨ªsticas. Hasta ese momento, en el partido no hab¨ªa pasado nada. Y de repente pas¨® de todo: el gol de Jonas y, al instante, el penalti que convirti¨® Soldado. El BATE, una pizca m¨¢s atrevido que el Valencia hasta entonces, cay¨® a la lona sin poderse explicar c¨®mo.

Los bielorrusos tuvieron mayor presencia en el inicio del choque. Elaboraron m¨¢s el juego y mostraron m¨¢s determinaci¨®n para irse arriba. Con todo, el BATE apenas pas¨® del territorio de las buenas intenciones. Su aparente control sobre el juego no meti¨® en apuro alguno al Valencia. Claro que la producci¨®n futbol¨ªstica de los de Mestalla fue incluso m¨¢s raqu¨ªtica. En los primeros 25 minutos, el Valencia no parec¨ªa tener otro plan que los balones bombeados a media altura hacia el ¨¢rea tratando de hallar huecos a la espalda de la defensa rival. Casi siempre buscaban a Soldado ¡ªun especialista en enchufar voleas con ese tipo de pelotas, como bien demostr¨® el otro d¨ªa contra el Atl¨¦tico¡ª pero en el momento preciso a quien encontraron fue a Jonas. El brasile?o control¨® muy bien, le favoreci¨® un rebote en el primer intento de tiro y emboc¨® con temple despu¨¦s.

El gol de Jonas hab¨ªa estado precedido del primer aviso del Valencia, un penalti sobre Soldado que pill¨® al ¨¢rbitro casi encima de la jugada y ni aun as¨ª lo vio. Pronto le lleg¨® la oportunidad de redimirse. Nada m¨¢s sacar de centro el BATE, tras encajar el primer tanto, el Valencia sali¨® a toque de corneta y Guardado sufri¨® una zancadilla cuando se dispon¨ªa a preparar el tiro. La falta no ofrec¨ªa la menor duda. Su ubicaci¨®n, algunas m¨¢s: pareci¨® que el mexicano todav¨ªa no pisaba el ¨¢rea cuando fue cazado. En cualquier caso, Soldado clav¨® el penalti con solvencia, pese a que el portero adivin¨® la intenci¨®n. Sin necesidad de juego, el Valencia se vio con el partido abrochado y el salvoconducto a los octavos de final casi en la mano.

Como era de esperar, el golpe result¨® tan imprevisto y demoledor que el BATE qued¨® abatido. Se volvi¨® todav¨ªa m¨¢s insustancial y el Valencia, con las pilas cargadas, disfrut¨® de espacio abierto para el contragolpe. En todo caso, el partido se empe?¨® en seguir comprimiendo en un par de minutos los acontecimientos importantes. En ese lapso, el choque volvi¨® a cobrar vida tras el descanso. Primero, Gago construy¨® una acci¨®n que result¨® un compendio de lo que debe hacer un medio centro: robar la pelota y luego dar un excelente pase a Feghouli que pill¨® a la defensa en un renuncio y le dio el gol que parec¨ªa resolver la papeleta.

Pero el BATE logr¨® aferrarse al partido con una falta lateral lanzada por el brasile?o Renan Bessar sin demasiada potencia. Un delantero bielorruso hizo de pantalla ante Guaita que anoche tomaba el relevo de Diego Alves, titular en la Liga, que cuando quiso reaccionar se encontr¨® con que la pelota ya hab¨ªa entrado. Fue una peque?a inyecci¨®n de fe para el BATE, que decidi¨® apurar sus opciones. Se le vio un poco m¨¢s de picante, sin salir nunca del aire inofensivo transmiti¨® toda la noche. No contaban con que Gago se sumase a su causa, regalando un bal¨®n al borde del ¨¢rea con dos delanteros acech¨¢ndole. Quedaban ocho minutos para que Mestalla viviese con un nudo en la garganta. Se lo ahorr¨® Banega, que hab¨ªa entrado para guardar la pelota, pero que regal¨® el gol de la tranquilidad a Feghouli con un majestuoso pase.