El Madrid se descontrola

Obcecado por la idea de frenar a Schortsanitis, el Madrid se olvid¨® de todo lo dem¨¢s y, cuando crey¨® tener controlada a su presa, se descuajaring¨® como nunca. Patinaron los de Laso ante el Panathinaikos en un elogio de la precipitaci¨®n y el desatino.

Advertidos como estaban por la aver¨ªa que Big Sofo hab¨ªa organizado en el Palacio de los Deportes en la jornada inaugural (23 puntos y siete faltas recibidas), los blancos se esmeraron en contener a la mole griega como si en ello les fuera la vida. Al t¨¦rmino del primer acto, el p¨ªvot apenas contabilizaba un rebote defensivo en su hoja de servicios que cerr¨® con dos puntos y tres capturas. De inicio, solo Maciulis y Ukic eran capaces de encontrar rendijas en el dique rival, aunque los p¨¦simos porcentajes de tiro y las p¨¦rdidas de bal¨®n lastraban el ataque del Madrid y manten¨ªan el duelo en un brete. Pedoulakis dio por agotado el plan A, sent¨® a Schortsanitis y hall¨® la soluci¨®n. Cuando los de Laso perdieron la pista de su principal amenaza se destartalaron en defensa y se desmadraron en ataque.

La precipitaci¨®n degener¨® en un carrusel de tiros irreflexivos y pifias propias de una pachanga que desataron la ansiedad del Madrid. Con el paso cambiado, la contabilidad de faltas personales se dispar¨® ocasionando un socav¨®n en la pintura. En el minuto 16, con 28-24 en el marcador, Laso se vio obligado a recurrir a Hernang¨®mez. Begic y Felipe sumaban dos faltas y Slaughter tres, pero no era la mejor tarde para que el novillero tomara la alternativa con picadores.

Lasme y Bramos comenzaron a campar a sus anchas, Diamantidis se hizo con la batuta y el Panathinaikos elev¨® sus prestaciones ofensivas hasta cotas insospechadas, alcanzando ventajas de hasta 15 puntos (63-48, m. 21). El parcial de 30-19 del segundo cuarto retrat¨® el desbarajuste del Madrid, que amparado en su necesidad de remontada se entreg¨® a su versi¨®n m¨¢s insensata. Solo el tino de Su¨¢rez, m¨¢ximo anotador del partido con 16 puntos ¡ªcuatro de cuatro en triples incluido¡ª, sosten¨ªa a los blancos (71-64, m. 36). Puro espejismo. Ni la presi¨®n a toda cancha, ni los experimentos de defensa en zona, compensaron el dislate ofensivo (36% en tiros de campo) y el agujero bajo el aro (44-33 en la batalla por el rebote).