A Messi se le pone cara de M¨¹ller

Messi vale por 10. Quiz¨¢ porque tiene a Gerd M¨¹ller a tiro, solo a siete goles de su r¨¦cord, se ha acentuado la vena goleadora del 10 del Barcelona. No juega especialmente bien, al menos si se tiene en cuenta de lo que es capaz, o se compara su actual versi¨®n con ejercicios anteriores, dicho sea sin ¨¢nimo de faltar. Igual no es cosa del argentino sino del equipo. Hay m¨¢s prosa que poes¨ªa en algunos de los partidos del Bar?a, tambi¨¦n contra el Zaragoza, tan aseado y guapo como por ejemplo el Celta. Al equipo le falta a veces fluidez y continuidad. A cambio, ha ganado gol y, si no fuera pecado, seguramente alg¨²n hincha dir¨ªa que el plantel de Vilanova evoca a veces al Madrid por su pegada. As¨ª que puestos a contar quien mete m¨¢s goles, a Messi se le ha puesto cara de M¨¹ller y no de Maradona. Muy selectivo, el argentino los marca a pares, para suerte de un equipo anoche muy efectivo y regulador, condicionado seguramente por el trasiego y el dichoso virus FIFA.

Adormecido Alves, ayer suplente, el Barcelona ha girado hacia la izquierda, por donde desborda Jordi Alba. El lateral zurdo no solo se asocia muy bien con Iniesta sino que conecta estupendamente con Messi. Act¨²an en la misma onda y a veces parece incluso que juegan a la misma velocidad. Anoche combinaron de forma reiterada y contaron un gol: 1-0. El 10 no precis¨® el tiro nada m¨¢s empezar el partido despu¨¦s de una asistencia de Alba. A la segunda, en cambio, el argentino se apoy¨® en el catal¨¢n para batir a Roberto despu¨¦s de un excelente control orientado y un posterior remate ajustado con la izquierda al palo derecho del marco.

Messi, asistente y goleador, marc¨® la diferencia, como ya es costumbre, cosa m¨¢s l¨®gica que nunca por otra parte contra el Zaragoza, porque Jim¨¦nez tuvo que remendar una diezmada zaga por las sanciones y las lesiones. El f¨²tbol de los medios y delanteros del plantel aragon¨¦s, por contra, fue muy interesante, colectivamente estimable y remarcable a nivel individual. Monta?¨¦s y V¨ªctor Rodr¨ªguez, dos chicos formados precisamente en La Masia, no solo se manejan con criterio con la pelota y atacan el espacio sino que adem¨¢s acaban bien las jugadas.

Monta?¨¦s empat¨® a la salida de un c¨®rner y V¨ªctor Rodr¨ªguez apunt¨® con sa?a a Vald¨¦s. Ya se sabe que los azulgrana conceden goles en cada partido, incluso cuando forman Puyol y Piqu¨¦, como pas¨® ayer, a la salida de un saque de esquina. Los barcelonistas no saben defender las acciones a bal¨®n parado ni tampoco las segundas jugadas con independencia del adversario. No perdon¨® anoche Monta?¨¦s despu¨¦s de un rechace de Montoya y de que la pelota diera en Puyol.

Los c¨®rners en contra son un problema para el Bar?a de la misma manera que cuando son a favor funcionan como soluci¨®n. El 2-1 lleg¨® precisamente desde la esquina, despu¨¦s de una maniobra excelente de Messi, quien sirvi¨® el pase de la muerte para que se estrenara como goleador el camerun¨¦s Song.

Las apariciones de Messi, las penetraciones de Iniesta y las cabalgadas de los laterales, preferentemente de Alba, dieron fe de vida en un Barcelona tan poco art¨ªstico como contundente, siempre resolutivo con Messi. A la que el partido se puso peligroso para los azulgrana, rebajados por el mal d¨ªa de Villa y Pedro, cuando el Zaragoza se empe?aba m¨¢s que nunca en discutir la posesi¨®n del cuero, volvi¨® a comparecer Messi para poner el 3-1 despu¨¦s de una excelente ayuda de Montoya. Nadie entiende mejor al argentino que los laterales. Las ayudas de Alba y Montoya son tan celebradas como la precisi¨®n con el gatillo del 10.

El tercer tanto relaj¨® a los aficionados y aval¨® la faena funcionarial de los futbolistas de Vilanova. Los azulgrana despacharon el partido con oficio, como si se tratara de un engorro, empe?ados en no tomar riesgos. Hab¨ªa que ir con cuidado con el Zaragoza, muy pint¨®n y juguet¨®n, igual de valiente que en Madrid. Tampoco ayudaba la ausencia de Busquets. El f¨²tbol barcelonista tuvo poca virtuosidad y las llegadas al marco de Roberto fueron escasas. Ya ocurre de vez en cuando. Hay jornadas que tienen mala pinta, partidos sobreros, d¨ªas en que el equipo no rompe a jugar y se impone sin m¨¢s la victoria. Nadie discuti¨® al fin y al cabo el triunfo del Bar?a, ni que fuera por la presencia de Messi, due?o absoluto del Camp Nou, decidido a competir por el r¨¦cord de M¨¹ller, un ariete que no jugaba al f¨²tbol sino que solo met¨ªa goles.