Ferrer gana a Berdych, pero enciende la llama para nada
El alicantino arrolla 6-2, 6-3 y 7-5 a Berdych e iguala el cruce (2-2), pero Stepanek logra el punto decisivo
Eso no es un tenista, es un pitbull. En el cuarto partido de la 100? final de la Copa Davis (Rep¨²blica Checa, 2; Espa?a, 1) Tomas Berdych siente en seguida que David Ferrer juega con mucho m¨¢s que una raqueta: el espa?ol sale mordiendo, rabioso como un perro de presa, y suma 13 de los 16 primeros puntos (3-0, gana sus dos primeros saques en blanco). El checo es la nada. Ferrer es el todo. El espa?ol abre las mand¨ªbulas para ense?ar sus fauces, son sus tiros como zarpazos, y la violencia de su golpeo es tanta que al checo no le da tiempo ni de decir que tiene miedo: en solo 2h 25m es 6-2, 6-3 y 7-5 para el n¨²mero cinco del mundo, que firma un partido para el recuerdo. Quedar¨¢ como una demostraci¨®n de valent¨ªa: Ferrer, un tenista de 1,78m, tumba a otro de 1,98m y a domicilio para igualar la final de la Copa Davis (Rep¨²blica Checa, 2; Espa?a, 2). La pena para ¨¦l y el equipo espa?ol es que luego Almagro no resistir¨ªa el tenis de Stepanek, por lo que la Ensaladera cay¨® para la Rep¨²blica Checa. Eso no lo sab¨ªa Ferrer, que jug¨® de maravilla para deshacerse de Berdych.
En el principio, es un partido entre el n¨²mero cinco y el seis del mundo. El r¨¢nking indica que se ver¨¢ un duelo apretad¨ªsimo, ¨¢spero y arisco, que la distancia entre los dos tenistas debe ser m¨ªnima. La pista desmiente esa l¨®gica. Ferrer agranda a cada tiro lo que le separa de Berdych: el coraz¨®n, la cabeza y el conocimiento del juego. Donde el checo aporta golpes como pu?etazos, ¨¦l propone una cosa mucho m¨¢s complicada. An¨¢lisis en vivo, reflexiones a 120 kil¨®metros por hora. Ferrer sabe que en el cuerpo a cuerpo continuado no est¨¢ su partido. Decide abrir la pista. Explota la cancha a lo ancho, en lugar de a lo largo, para tener siempre a su contrario en movimiento. Sabe que su victoria pasa por plantear varias preguntas: ?Tomas, cu¨¢ntas fuerzas te quedan tras jugar dos d¨ªas seguidos? ?Tomas, cu¨¢ntas carreras est¨¢s dispuesto a pegarte antes de intentar un tiro suicida? ?Tomas, tienes el coraz¨®n fuerte, la mente clara, aguantas la presi¨®n de un pa¨ªs entero esperando tu victoria?
Ferrer agranda a cada tiro lo que le separa de Berdych: el coraz¨®n, la cabeza y el conocimiento del juego
Y no, Berdych no tiene las piernas frescas, ni puede aguantar ese ritmo endemoniado, y quiz¨¢s juega con gorra un partido bajo techo porque no quiere que se le escape el humo que despide su cerebro. Frito por Ferrer, nunca pesa en el encuentro. El espa?ol sale en quinta marcha. ?l, gripado. Cuando Ferrer suma el primer set, ya est¨¢ firmada la condena del checo: el n¨²mero cinco jam¨¢s ha perdido un partido a cinco sets en la Davis (13-0) tras ganar el primer set. Peor para Berdych: ¨¦l, que pasa por un gigante de la competici¨®n, ha perdido cinco de los siete partidos que ha competido el primero con la eliminatoria viva el domingo.
¡°?S¨ª se puede, s¨ª se puede!¡±, gritan los ruidosos espa?oles entre las trompetas de los checos, silenciados por la exhibici¨®n de piernas de Ferrer, capaz de cazar pelotas imposibles. ¡°?S¨ª se puede!¡±, animan los espectadores de rojo, espoleados por las derechas de Ferrer y sus restos, que se procuran once bolas de break y cinco roturas sobre el afamado saque de su contrario. ¡°?S¨ª!¡±, grita el alicantino cuando de gru?ido en gru?ido se adelanta en la tercera manga y ya siente que el partido es suyo, que ese Berdych paliducho y sin sustancia ya no le puede dar un susto. El checo, que consigui¨® su primer break cuando el duelo ya hab¨ªa consumido 2h 8m, ni siquiera domin¨® abrumadoramente en el saque (por sus 11 aces se apunt¨® ocho Ferru) y gast¨® m¨¢s fuerzas en intentar organizar la charanga (el banquillo hizo de transmisor entre sus ¨®rdenes y el p¨²blico) que en pelear el duelo a brazo partido.
La victoria del n¨²mero cinco mundial dej¨® a Espa?a frente a la posibilidad de ganar su sexto t¨ªtulo, segundo conquistado a domicilio tras el de Argentina 2008. Pero Stepanek tuvo la ¨²ltima palabra sobre Almagro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.