Las Palmas sobrevive a Rub¨¦n Castro

Gobern¨® m¨¢s el Betis, pero el empate premi¨® la valent¨ªa de Las Palmas, un equipo atrevido, de buen toque, que supo sobrevivir al golazo de Rub¨¦n Castro para encontrar la igualada en un tramo final donde el conjunto andaluz se mir¨® demasiado al espejo. La igualada puso el final a un duelo entretenido, de mucha ida y vuelta, donde fue m¨¢s constante el Betis, que tiene en Rub¨¦n Castro a un seguro de vida. El plan estuvo a punto de salirle bien a Pepe Mel, que lo reserv¨® junto a Be?at y le dio luego carrete en la segunda parte. A la primera que tuvo, la mand¨® a la escuadra de Barbosa, confirmando que disfruta de una segunda juventud. Resulta extra?o que Rub¨¦n, despu¨¦s de tantos tumbos, haya encontrado su para¨ªso en el Betis, donde lleva tres temporadas batiendo registros goleadores.

Ven¨ªa el equipo de darse una buena paliza ante el Barcelona y Pepe Mel opt¨® por dar descanso a la columna vertebral que tan bien se comport¨® ante el conjunto azulgrana. Adri¨¢n, Amaya, Be?at y Rub¨¦n Castro se quedaron en el banquillo, con lo que el equipo andaluz, favorito en la eliminatoria, no plasm¨® una puesta en escena apabullante en el estadio Gran Canaria, amplio, sin la presi¨®n atosigante del viejo Insular. Las Palmas, un equipo de buen pase, a imagen y semejanza del tradicional gusto futbol¨ªstico canario y bajo la mirada de Sergio Lobera, criado en la cantera del Barcelona, le disput¨® al Betis el bal¨®n desde el minuto uno. Un bal¨®n, curiosamente, extra?o para los dos conjuntos, pues no era ni el de La Liga ni con el que se ha jugado la mayor¨ªa de los partidos de esta ronda de octavos.

Domin¨® a ratos el Betis, tambi¨¦n lo hac¨ªa Las Palmas, con escarceos en ambas ¨¢reas. Momo, exverdiblanco, lanz¨® una falta que estuvo a punto se sorprender a Casto, mientras que el Betis avis¨® en un centro de Campbell que estuvo a punto de meterse en la porter¨ªa de Barbosa. Tras el intercambio de golpes, fue el equipo sevillano el que se hizo con el mando. Bien sujetado por Rub¨¦n P¨¦rez y ayudado por el extra?o f¨²tbol del nigeriano Nosa, que combina a partes iguales errores y aciertos, el Betis goz¨® de una magn¨ªfica ocasi¨®n de gol a los pies de Jorge Molina. Fue la ¨²nica ocasi¨®n en la el dominio verdiblanco se tradujo en peligro. Pozuelo, potente, se intern¨® en el ¨¢rea y dio el pase de la muerte. A Jorge Molina le sacaron el bal¨®n bajo palos y, en el rebote, resbal¨® con todo a favor. Le faltaba al Betis el aplomo y la calidad de sus mejores jugadores, aunque con oficio capeaba el temporal frente a un rival tan bonito como inocuo.

Pocos pod¨ªan esperar el volc¨¢n en el que se convirti¨® el encuentro a la salida del descanso. El Betis, en dos arrancadas de car¨¢cter, goz¨® de dos opciones clar¨ªsimas en cinco minutos. Una bien resuelta por Barbosa, otra enviada fuera por Jorge Molina. Casi sin tiempo para respirar, fue Casto el que salvo al Betis. Mel quiso detener el tiroteo y dio entrada a Rub¨¦n Castro y Be?at. En una jugada de tiral¨ªneas, Jorge Molina le dej¨® el bal¨®n en el ¨¢rea a Rub¨¦n Castro, que decidi¨® de un toque perfecto a la escuadra de Barbosa. El plan le sali¨® bien a Mel, pues el Betis, con ventaja en el marcador, goz¨® de un dominio absoluto y de m¨¢s ocasiones para ampliar su renta, como en otra internada del propio Rub¨¦n Castro que salv¨® Barbosa. A los andaluces, sin embargo, les perdi¨® una falta de tensi¨®n desconocida, a la que se agarr¨® Las Palmas para encontrar el empate casi a la desesperada. Cruji¨® la zaga b¨¦tica y Chrisantus se aprovech¨® de un pase de Thievy para alimentar las esperanzas canarias.