Los imprescindibles
El ¨¦xito de la selecci¨®n de f¨²tbol, la primera en ganar dos Eurocopas seguidas y un Mundial, radica en que los formadores de jugadores se sienten identificados con el mismo ideario
Cuando Iniesta control¨®, la secuencia cambio de velocidad. Como un globo el bal¨®n se elev¨® despacio, muy despacio, apenas venciendo la ley de gravedad. Al llegar a su punto m¨¢s alto, qued¨® suspendido en el aire con esa sensaci¨®n de ingravidez, silenciosa y est¨¢tica, que producen los colibr¨ªes. Durante una mil¨¦sima de segundo permaneci¨® all¨ª, como si tratara de decirnos algo o esperara a que todo el estadio se pusiera en pie antes de volver a caer. Tal vez esa mil¨¦sima fue la m¨¢s larga en la historia de Espa?a.
A¨²n despu¨¦s de eso, a¨²n despu¨¦s de esa peque?a eternidad, Iniesta dej¨® picar la pelota y espero de nuevo. Espero todo el tiempo que fue necesario, hasta que esta alcanz¨® su punto exacto. Reci¨¦n ah¨ª solt¨® el disparo. Es curioso que el gol m¨¢s importante en la historia de Espa?a haya sido as¨ª. Que, incluso en el momento de mayor presi¨®n imaginable, un jugador se haya tomado el tiempo necesario para poder ejecutar la acci¨®n t¨¦cnica de la mejor manera. Apurarse y patear a botepronto no era natural, era forzar la situaci¨®n. As¨ª, tras esa ejecuci¨®n, el gol importa tanto por s¨ª mismo como por su simbolismo. Un recuerdo permanente de que toda gran obra requiere una preparaci¨®n y es fruto de una espera.
El proceso que llev¨® a Espa?a a ser doble campeona de Europa y campeona del mundo absoluto tampoco se dio a botepronto. Desde hace m¨¢s de doce a?os Espa?a trabaja con paciencia en las selecciones menores. Respeta un proceso a largo plazo en el que no se dej¨® tentar por la soberbia de la liebre y eligi¨® el paso recto y constante de la famosa tortuga de la f¨¢bula de Esopo.
Claro que es l¨®gico, tras un ¨¦xito como el vivido, buscar los cuellos m¨¢s visibles para colgar las medallas. Es totalmente merecido el reconocimiento a Casillas, Xavi, Iniesta y esta incre¨ªble generaci¨®n de futbolistas. A Luis Aragon¨¦s, que tom¨® las primeras decisiones dif¨ªciles y, tras el Mundial de Alemania, inici¨® un recambio generacional que asent¨® el equipo alrededor de Casillas y Xavi. Unos cambios que, con pragmatismo, y apoyado tambi¨¦n en los recientes logros de Rijkaard, iniciaron el proceso que culminar¨ªa con el Europeo de 2008. Una victoria fundamental para que, primero, los propios jugadores y luego todo el pa¨ªs terminara de convencerse de la validez de esa idea de juego. Y a Vicente del Bosque que, fiel a su estilo, tras la salida de Aragon¨¦s realiz¨® un diagn¨®stico certero, mantuvo en su sitio todo aquello que funcionaba y, sin estridencias pero con convicciones firmes hizo los aportes y cambios necesarios para potenciarla y llevarla a lo m¨¢s alto.
Sin embargo, Espa?a, que tanto debe a esos nombres, empez¨® a ser campeona mucho antes que ellos. A estos ¨¦xitos, como a las cuentas de un collar, los atraviesa y mantiene unidos un ideario. Ese ideario, ese hilo, considera al individuo como totalidad, al futbolista como due?o del futbol y a la pelota como centro de su universo. Entiende al jugador no como medio sino como ser aut¨®nomo y a la compleja misi¨®n del entrenador como liberador de talento. Considera al sujeto que aprende como un protagonista indispensable de su propio aprendizaje, generando situaciones donde se favorezca la reflexi¨®n para que, lejos de m¨¦todos academicistas, encuentre un espacio para procesar y encontrar sus propias soluciones y respuestas. Est¨¢ abierto al liderazgo participativo, valora los m¨¦todos inductivos, tiene en cuenta en todo momento la diversidad y considera que, en un deporte con una realidad dif¨ªcilmente segregable, donde se conjuga a cada paso lo f¨ªsico, lo t¨¦cnico, lo t¨¢ctico, lo cognitivo y lo psicol¨®gico, el mejor entrenamiento es el integrado.
Ese ideario entiende al jugador como due?o del f¨²tbol y a la pelota como centro del universo
Este hilo, esta tanza de donde luego empezaron a colgar medallas, se comenz¨® a extender en la Federaci¨®n Espa?ola a partir de las bases dejadas por Teodoro Nieto, y luego continuadas por I?aki Saez y, m¨¢s adelante, por Fernando Hierro, como director deportivo. En 2001 Gin¨¦s Mel¨¦ndez y su equipo (un equipo que se agrand¨® con el tiempo y que incluye muchos de esos h¨¦roes poco visibles) se hicieron cargo de las inferiores y comenzaron una etapa sin precedentes en la historia del f¨²tbol espa?ol. Unificaron m¨¦todo, estilo y patr¨®n de juego y dedicaron al proyecto todo su tiempo, pasi¨®n y energ¨ªa. Los resultados, incre¨ªbles: subcampe¨®n de Europa y del mundo sub-17 y subcampe¨®n Mundial sub-20 en 2003; subcampe¨®n de Europa sub-17 y campe¨®n de Europa sub-19 en 2004; oro sub-20 en los Juegos Mediterr¨¢neos de 2005; campe¨®n de Europa sub-19 en 2006; campe¨®n de Europa sub-17 y sub-19 y subcampe¨®n del mundo sub-17 en 2007; campe¨®n de Europa sub-17 en 2008; oro en los Juegos del Mediterr¨¢neo sub-20 en 2009; subcampe¨®n de Europa sub-17 y sub-19 en 2010; campe¨® de Europa sub-19 y sub-21 en 2011 y campe¨®n de Europa sub-19 en 2012.
Esa ristra interminable de ¨¦xitos es, como en los icebergs, solo la parte visible de la coherencia, el trabajo y la perseverancia que dedic¨® Espa?a a sus divisiones inferiores la ¨²ltima d¨¦cada. Lo que tambi¨¦n se ve con claridad, m¨¢s all¨¢ de esos trofeos, es que ese trabajo en juveniles siempre se realiz¨® mirando al futuro. Una prueba irrefutable de esto es que, con excepci¨®n de Pedro, todos los futbolistas campeones del mundo con la absoluta en Sud¨¢frica formaron parte previamente de alguna de las selecciones juveniles. No es raro, si uno se da una vuelta a la ma?ana por la Ciudad del F¨²tbol de Las Rozas, ver a todos los entrenadores y preparadores f¨ªsicos de las distintas selecciones (absoluta y juveniles) desayunando juntos, hablando de f¨²tbol. La imagen es elocuente. Un resumen de la vocaci¨®n que los convoca a trabajar en equipo.
Pero el ¨¦xito invisible de este proceso es m¨¢s profundo y, probablemente, mucho m¨¢s duradero. Radica en que, a d¨ªa de hoy, una gran parte de los formadores de jugadores de todas las edades y todas las divisiones de Espa?a se sienten identificados con las l¨ªneas generales de este ideario. Hoy, Espa?a no solo es una referencia mundial con su Liga y con sus selecciones sino que tambi¨¦n est¨¢ a la vanguardia en la formaci¨®n de formadores. Algo que, evidentemente, no significa que Espa?a vaya a salir campe¨®n todos los d¨ªas, pero s¨ª que las bases est¨¢n sentadas para que en el futuro haya m¨¢s Iker, Iniestas, Alonsos y Xavis.
A todos los formadores de futuros entrenadores, que ofrecen su tiempo para ayudar a pensar en aulas an¨®nimas, y a todos los entrenadores que, a diario, con paciencia infinita, carencia de instalaciones, de elementos y ninguna ayuda, compaginan sus trabajos con su vocaci¨®n de educadores para ayudar en la formaci¨®n integral del ni?o en canchitas perdidas, tambi¨¦n les corresponde su medalla de campe¨®n de Europa y del mundo. Porque ellos, igual que Gin¨¦s Mel¨¦ndez, Del Bosque e Iniesta son los que mejor conocen los secretos del ¨¦xito de la tortuga de Esopo.
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