El virtuosismo pierde al Bar?a

La Copa es diferente de la Liga. Tanto en el juego como en las alineaciones. Tiene un punto de emoci¨®n que la convierten en un torneo especial, a veces caprichoso, normalmente divertido. Tanto da que los equipos sean igualmente reconocibles, fieles a su estilo y organizaci¨®n, como pas¨® ayer con el Bar?a y el M¨¢laga. El partido del Camp Nou se pareci¨® muy poco al del domingo en La Rosaleda, y ahora mismo la continuidad azulgrana y, por extensi¨®n el cl¨¢sico, est¨¢ amenazada muy seriamente.

?nicamente hubo una constante, que por otra parte es universal, porque siempre es fiable, no repara en el rango de los encuentros ni en los rivales ni en las competiciones y cuyo nombre es Messi. Acaso se constat¨® tambi¨¦n que no hay futbolista que falle m¨¢s goles cantados que Alexis. El chileno juega mejor sin que con el bal¨®n. A cambio de ganar virtuosismo, el Bar?a perdi¨® competitividad e hilo de juego con los cambios.

Ya se sabe que los malabaristas son decisivos en las dos porter¨ªas, circunstancia que aprovech¨® el M¨¢laga, muy exigido y defensivo al inicio, convencido de que su suerte pasaba por atacar las p¨¦rdidas de bal¨®n de las figuras barcelonistas m¨¢s que por elaborar el f¨²tbol. A fin de cuentas, el primer tiempo fue pr¨¢cticamente un mon¨®logo de los exquisitos azulgrana, del tr¨ªo que formaron Messi, Iniesta y Thiago, sobre todo en los goles.

La personalidad de Thiago es tan arrolladora que parece no admitir m¨¢s alternativa que la titularidad o el traspaso. El suyo es un juego absorbente y descarado, irreprochable t¨¦cnicamente, a veces incluso arrogante y un punto temerario. A juzgar por su futbol se dir¨ªa que se cree el mejor jugador del mundo y, ciertamente, en ocasiones lo ha acreditado. El problema es que no conoce la dimensi¨®n del riesgo y juega igual en las dos ¨¢reas.

As¨ª, a Pinto no se le ocurri¨® nada m¨¢s que sacar la pelota jugada en direcci¨®n a Thiago sin reparar que le presionaban hasta cuatro futbolistas del M¨¢laga. Thiago, de cara al portero y de espaldas a los adversarios, decidi¨® dar continuada a la acci¨®n, sea por confianza o desconocimiento, e Iturra le reban¨® el cuero para poner el 0-1. El error enrabiet¨® a Messi y en un minuto el Barcelona le dio la vuelta al marcador: 2-1.

El 10 tom¨® la pelota en su campo, sorte¨® a tres blanquiazules por la banda derecha y cuando Weligton parec¨ªa haberle robado el cuero, porfi¨® en su esfuerzo hasta recuperarlo para despu¨¦s batir a Kameni. Acto seguido, Thiago bot¨® un c¨®rner que Puyol cabece¨® cruzado en un buen escorzo. La efectividad barcelonista fue sorprendente si se atiende a que con anterioridad Alexis hab¨ªa fallado dos tiros f¨¢ciles en el ¨¢rea del M¨¢laga.

Vivi¨® el M¨¢laga un rato a expensas de los fallos y los aciertos individuales del Bar?a para despu¨¦s tomar el mando del Camp Nou. Afectado por su pifia, no se corrigi¨® ni recuper¨® Thiago ni tampoco Alexis. El equipo fue cada vez menos compacto, nunca estuvo sincronizado y disminuy¨® la influencia de la sociedad Iniesta-Messi penalizados por la ausencia de Xavi y Busquets.

El partido se puso cada vez m¨¢s a favor del M¨¢laga ante la falta de sentido colectivo en el Bar?a, sorprendentemente m¨¢s afectado por la formaci¨®n (solo repitieron tres futbolistas de la Rosaleda: Mascherano, Iniesta y Messi) que el M¨¢laga (solo cuatro actuaron el domingo: Sergio S¨¢nchez, Wellington, Camacho y Eliseu). Anoche no hab¨ªa ni rondo ni otra idea por la lesi¨®n de Villa, mientras que el M¨¢laga se agrandaba con la descomposici¨®n del Barcelona.

Ni siquiera los cambios, ni la expulsi¨®n de Monreal, aliviaron los problemas del plantel de Vilanova. Aunque aparecieron en escena Pedro, Cesc y Xavi, el gol lo meti¨® Camacho despu¨¦s de una falta de Duda. Los blanquiazules se batieron estupendamente en inferioridad y alcanzaron al final un excelente resultado con vistas a la vuelta del jueves en La Rosaleda. La Copa tiene muy poco que ver definitivamente con la Liga, no cuaj¨® la formaci¨®n y al Bar?a le perdi¨® el virtuosismo.