Federer, la vida en rosa

Las llamas del infierno no tocan a Roger Federer. Cuando el suizo sale a jugar en la sesi¨®n nocturna de la segunda ronda del Abierto de Australia, el term¨®metro ya no supera los 40 grados, ya ha abandonado la camilla y el cuidado de los m¨¦dicos el esloveno Kavcic, atendido tras sufrir en el t¨¢rtaro del calor para lograr la victoria (4h52m para eliminar 3-6, 6-3, 6-4, 6-7 y 10-8 al local Duckworth), ya han terminado las altas temperaturas de crear cortocircuitos en los cerebros de los competidores (el franc¨¦s Monfils gana 7-6, 4-6, 0-6, 6-1, 8-6 al taiwan¨¦s Lu, pero necesita seis puntos de partido y comete doble falta en ?cuatro!). El campe¨®n de 17 grandes pisa la pista central de Melbourne con unas atrevidas zapatillas rosas a juego con el cuello de su polo, y arrolla 6-3, 6-4 y 6-4 al ruso Nikolay Davydenko, finalista con un estupendo nivel a principios de a?o en Doha.

¡°Aunque, honestamente, no hac¨ªa tanto calor¡±, dice el brit¨¢nico Andy Murray, uno que s¨ª juega bajo el sol, uno que se entren¨® en Miami en pretemporada, uno que con gesto de Ironman abruma 6-2, 6-2 y 6-4 al portugu¨¦s Sousa.

Murray, que arranc¨® su carrera celebrando sus primeras victorias en el quinto set con gestos desafiantes, tal era su fama de coraz¨®n d¨¦bil y cabeza loca, gasta ahora credenciales de competidor fiero con piernas de acero. Le sufrir¨¢ ahora el lituano Berankis. Para Federer el desaf¨ªo es otro, m¨¢s intrigante, de noche, en horario de m¨¢xima audiencia, seguro.

Le espera el h¨¦roe local, Bernard Tomic, invicto esta temporada, ganador de su primer t¨ªtulo (Sidney), crecido, confiado, casi chulo, como siempre: ¡°Llevo diez victorias en diez partidos. Estoy preparado. Es el momento perfecto para jugar contra ¨¦l. Creo en la victoria. Estoy listo¡±.