Un Madrid insaciable

Unicaja busc¨® desafiar en intensidad y eficacia al Madrid y acab¨® cautivo y desarmado ante el inagotable ej¨¦rcito blanco. Un l¨ªder intratable e insaciable que gestion¨® el partido con nervio y punter¨ªa hasta acabar fundiendo a un rival en plena cuesta abajo. La euforia apabull¨® a las dudas. 20 minutos de batalla y otros 20 de recital para los de Laso que siguen iluminados.

Mismo escenario, mismas caras, mismas parejas de baile, mismos movimientos. Se despidieron el jueves por la noche y se volv¨ªan a encontrar en la matinal del domingo. Como si de un playoff se tratara, Unicaja y Madrid se retaban por segunda vez en tres d¨ªas sin aparentes s¨ªntomas de tedio ni fatiga. Sin titubeos ni calentamiento, el inicio del pulso pareci¨® el quinto periodo del partido europeo.

Lanzados y afinados, los dos equipos se pusieron manos a la obra y pronto mejoraron sus prestaciones. Si el primer cuarto del jueves concluy¨® con 16-19 para los blancos, en esta ocasi¨®n llevaron sus d¨ªgitos hasta un excelso 24-28. Los de Laso enseguida encontraron la veta de los puntos gracias a Mirotic y Carroll; mientras, en los verdes, Luka Zoric localizaba un fil¨®n en la pintura.

Las torres blancas se cargaron pronto de personales en el intento bald¨ªo de frenar al p¨ªvot croata. El rebote ofensivo se convirti¨® en una bicoca para Unicaja que, sin remilgos, ret¨® a su rival en intensidad y punter¨ªa. Begic y Hettsheimeir se fueron al banquillo con tres faltas cada uno dejando la faena para Reyes y Slaughter. Pero ninguno pudo remendar el traje que Zoric estaba cosiendo (16 puntos al descanso). Calloway desempolv¨® la batuta y comenz¨® a mover a los suyos, al trote y al galope y Unicaja alcanz¨® su primera y ¨²nica ventaja tras un parcial de 11-4 (35-34, m. 15). Sin embargo, todo esfuerzo se queda corto ante la munici¨®n madridista. Sin reparar en amurallarse en defensa, los blancos pusieron en marcha su caldera ofensiva redoblando esfuerzos en el contragolpe. El intercambio de golpes, con 13 triples entre ambos equipos incluido, dispar¨® el marcador hasta el 46-50 al descanso. Hasta ah¨ª dur¨® la batalla.

A la vuelta de los vestuarios, Unicaja se obsesion¨® en buscar las cosquillas a Begic para forzar su cuarta falta y el plan no le funcion¨®. El Madrid ajust¨® la defensa, los verdes fallaron siete de sus ocho primeros lanzamientos en el tercer acto y la diferencia se estir¨® (48-61, m. 24). Los de Repesa perdieron el hilo tras el par¨®n y su rival vio el momento de romper la cuerda. Reyes puso orden bajo el aro y Llull se sum¨® a lo grande al concurso de tiro de Carroll.

La psicolog¨ªa entr¨® en juego. Unicaja sumaba seis derrotas consecutivas entre Liga y Euroliga y el Madrid presum¨ªa de haber ganado 28 de sus 32 partidos oficiales, el ¨²ltimo ante el cuadro malague?o. Y, en la batalla de endorfinas el optimismo volvi¨® a imponerse a la depresi¨®n. Languideci¨® Zoric y se secaron los de Repesa. Como si de un guion se tratase, la puntilla la puso de nuevo Sergio Rodr¨ªguez. A su son los blancos comenzaron el baile y la fiesta acab¨® en zarandeo. Un parcial de 0-19 al comienzo del ¨²ltimo cuarto retrat¨® la impotencia de los locales que, con los brazos ca¨ªdos, se convirtieron en una caricatura de equipo ante un rival insaciable.