Lecci¨®n de car¨¢cter

La m¨ªstica del pabell¨®n Oaka de Atenas, cargada de bramidos, tamtanes y sirenas, paraliza las piernas y nubla los sentidos de los rivales. El Madrid parec¨ªa abocado a sucumbir por segunda vez esta temporada al famoso infierno griego, pero los hombres de Laso no se derriten con facilidad por imponente que sea el escenario. Tras una primera mitad calamitosa (ocho canastas de 24 intentos en tiros de campo, con tres de 14 en triples), los blancos se rearmaron con una memorable lecci¨®n defensiva que sec¨® al Panathinaikos, que solo pudo sumar 17 puntos en los ¨²ltimos 20 minutos (cinco en el cuarto periodo final). Una prueba de car¨¢cter que relanza la candidatura de los blancos rumbo a la final four de Londres. Una exhibici¨®n defensiva a la altura del excelso ataque que le ha encumbrado casi siempre.

Invictos en el Top 16 con cinco victorias -cuatro de ellas a domicilio- en otras tantas jornadas, la tropa madridista puso en valor su versi¨®n m¨¢s abnegada en ausencia de la punter¨ªa y el brillo de otras tardes. No hubo contraataques, alley-oops, triples (seis de 28), ritmo e inventiva, pero no falt¨® car¨¢cter, entrega, competitividad, paciencia y prop¨®sito de enmienda en un grupo que transmite camarader¨ªa y tiene interiorizado el esp¨ªritu ganador. Lo representa como pocos su capit¨¢n Felipe Reyes, m¨¢ximo anotador de los suyos con 13 puntos, que agiganta su figura conforme se enmara?a la misi¨®n.

Draper y Llull se retaron en duelo con Diamantidis y Ukic en la batalla inicial por marcar el ritmo del partido. Pero mientras pleiteaban los peque?os, Tsartsaris y Hettsheimeir fueron los primeros en cargar de puntos los minutos de tanteo. Dur¨® poco el equilibrio porque el Madrid se ofusc¨® en el intercambio de golpes hasta perder el oremus. Los blancos aguantaban el tipo en la pelea por el rebote, pero tres tapones recibidos y unos pobres porcentajes de tiro (tres de 12 en tiros de campo en el primer cuarto) lastraron la puesta en escena de los de Laso estirando la cuerda para los verdes. Bramos se sum¨® a Tsartsaris en la conquista de la pintura y Pedoulakis reclut¨® a Schortsanitis para explorar esa veta. Le dio resultado el plan (22-11, m. 11) a los locales mientras el Madrid, a contrapi¨¦, se buscaba a s¨ª mismo sin ¨¦xito.

Cuando m¨¢s arreciaba el chaparr¨®n, apareci¨® Felipe Reyes. Seis puntos consecutivos del capit¨¢n permitieron a los suyos coger aire y aterrizar en el parquet. Pero fue solo un espejismo. Apenas hab¨ªan roto a sudar los visitantes cuando el Panathinaikos ya hab¨ªa descifrado la velocidad de crucero del partido. Tsartsaris y Bramos no encontraban oposici¨®n en las torres blancas y Diamantidis convert¨ªa la pelota en un yoy¨® que hipnotizaba a un rival atribulado para jolgorio de la turba griega.

Los 27 puntos al descanso retrataban la in¨¦dita espesura del Madrid, enfangado en ataque y blando en defensa. Cinco de los jugadores de Laso presentaban un expediente negativo y la contabilidad de los primeros 20 minutos reflejaba un concluyente 42-19 a favor del cuadro griego en la valoraci¨®n. A pesar de todo, el marcador daba tregua a los blancos que, tras verse 14 abajo en el marcador (37-23, m. 19), lograron mitigar el castigo con un triple de Sergio Rodr¨ªguez y un tiro libre de Mirotic (37-27, al descanso).

El paso por el vestuario sirvi¨® de catarsis al Madrid que apret¨® los dientes para recomponer la figura. Una carrera, esta vez contra el reloj, para remontar una pendiente de lo m¨¢s empinada. Pero los de Laso se crecieron en el reto, repartieron grilletes, esposaron a Diamantidis y fueron limando la diferencia y la moral del rival al mismo ritmo hasta ponerse por delante a tres minutos del final (54-55). No se les escap¨® el premio a una defensa que asfixi¨® al Panathinaikos, que estuvo m¨¢s de seis minutos sin anotar en un parcial de 0-12 que sentenci¨® el partido. Una lecci¨®n defensiva. Un golpe de car¨¢cter en territorio hostil.