Nureyev sobre hielo

Lo que vio el espectador no experto era un patinador convertido en Charlie Chaplin sobre el hielo, con su bast¨®n imaginario y todo. Lo que premiaron los jueces era un programa muy trabajado en la parte art¨ªstica y enormemente complejo que repet¨ªa, hasta tres veces, la pirueta m¨¢s complicada, esos cuatro giros en el aire que solo los m¨¢s osados ejecutan con pericia. Lo que sinti¨® el patinador es que su decisi¨®n de dejar Espa?a para perseguir el sue?o de convertirse en el mejor del mundo empezaba a ver dar sus frutos. Javier Fern¨¢ndez se proclam¨® el s¨¢bado campe¨®n de Europa de patinaje art¨ªstico en Zagreb, la primera medalla importante de Espa?a en esta disciplina ol¨ªmpica.

Detr¨¢s de ese triunfo hist¨®rico, y de la promesa que supone a solo un a?o de los Juegos de Sochi, hay un chico ¡°muy normal al que le encanta patinar¡±, dice Carolina Sanz, una de sus primeras entrenadoras. Un chico de 21 a?os que empez¨® en este deporte siguiendo los pasos de su hermana mayor. ¡°Deb¨ªa de tener seis a?os cuando vino por primera vez a la pista con Laura¡±, recuerda Sanz, emocionada a¨²n por la victoria de Fern¨¢ndez. La pista era la de Majadahonda, en Madrid, donde hoy se ejercitan hasta 1.000 patinadores, un centenar en el equipo de competici¨®n.

Desde peque?o, Javier Fern¨¢ndez tuvo especial facilidad para las piruetas y para los saltos, para entender la t¨¦cnica que explica por qu¨¦ un cuerpo rota en el aire y aterriza sobre un pat¨ªn como si nada. Como si fuera un Nureyev sobre el hielo. Era muy coordinado y ¡°no ten¨ªa miedo a nada¡±, perfecto para este deporte. ¡°Nunca se tuvo que entrenar mucho porque le sal¨ªa todo natural¡±, resume Sanz su talento. Lo que le faltaba era disciplina. ¡°Se pasaba el d¨ªa sentado en el banco, castigado¡±, dice con cari?o la entrenadora, que le define como un chico ¡°de un talento enorme y muy inquieto¡±. Hasta la rebeld¨ªa. ¡°Es el m¨¢s rebelde de los patinadores que hemos tenido¡±, cierra Sanz, que recuerda que el campe¨®n se ausentaba con frecuencia de los entrenamientos y que decidi¨® romper con ellos ¡°en un calent¨®n¡±.

Puede que fuera un impulso, pero tan claro ten¨ªa que lo suyo era el patinaje que con 17 a?os decidi¨® dejar atr¨¢s a su familia y trasladarse a Estados Unidos para trabajar con el ruso Morozov, uno de esos entrenadores que dominan el cotarro del patinaje y cobran bien por sus servicios. Para entonces Javier Fern¨¢ndez hab¨ªa dejado los estudios. Con Morozov mejor¨® hasta convertirse en ol¨ªmpico, el primer espa?ol en d¨¦cadas y el primero por derecho propio: acab¨® 14?.

Cuando el ruso volvi¨® a su pa¨ªs, Fern¨¢ndez sigui¨® sus pasos, pero no dur¨® mucho. Dicen algunos que el espa?ol estaba celoso del trato preferente que Morozov daba al franc¨¦s Amodio ¡ªsegundo el s¨¢bado¡ª, otros que ya no estaba a gusto con ¨¦l, pero lo cierto es que el madrile?o decidi¨® mudarse hace un par de a?os a Toronto para trabajar con Brian Orser y su grupo de campeones.

La federaci¨®n espa?ola, que sabe la joya que tiene entre manos, le paga parte de los gastos en Toronto y el patinador recibe una beca especial del progama ADO de 12.000 euros. Ser patinador es caro. El precio de esos patines que la aerol¨ªnea extravi¨® camino de Zagreb ronda los 900 euros. Las coreograf¨ªas tambi¨¦n se pagan. Los dos montajes que el espa?ol ha presentado en Zagreb ¡ªLa M¨¢scara del Zorro para el programa corto y ese Chaplin que embelesa al p¨²blico para el libre¡ª y que le servir¨¢n para toda la temporada han sido dise?ados por David Wilson, una de las estrellas del patinaje, y Sanz calcula que el precio puede rondar los 10.000 d¨®lares (en torno a los 7.400 euros). El programa largo incluye esos tres cu¨¢druples que solo otros dos patinadores en la historia han sido capaces de realizar.

Son piezas perfectamente adaptadas a la personalidad del patinador, que est¨¢ m¨¢s delgado que nunca a ojos de su primera entrenadora y que ha mejorado mucho en los ¨²ltimos a?os. ¡°Con nosotros los cu¨¢druples ya los hac¨ªa, pero la interpretaci¨®n, la coreograf¨ªa, las transiciones, el patinaje... todo ese trabajo se nota¡±, dice. Tanto que le han hecho campe¨®n de Europa.