El Bar?a no puede con Varane

El f¨²tbol en estado puro, con el mejor cartel posible, sin incendios innecesarios en el extrarradio. Una gozada. Eso fue el primer envite copero entre Madrid y Bar?a, un encuentro esgrimista, tenso, disputado escena a escena, palmo a palmo. Justo lo que se espera de dos colosos, dos equipos que como tal se comportaron. Hubo m¨¢s f¨²tbol que goles. Se anticip¨® Cesc, el Madrid qued¨® a la intemperie, pero no claudic¨®. Varane, el p¨®ster de la jornada, hizo justicia.

Fue un partido intenso, de esos que matriculan a los grandes, nada de soldados rasos. Un encuentro con may¨²sculas, de colmillo, solo apto para los m¨¢s avispados. El Madrid, rebajado por las ausencias, no se empeque?eci¨® como en otros cl¨¢sicos en Chamart¨ªn. Quiso coser al Bar?a donde m¨¢s le duele, en su propia zona de creaci¨®n, o sea, a un palmo de Pinto. Mourinho orden¨® adelantar las l¨ªneas, la defensa dio una zancada larga hacia el medio campo y los azulgrana nunca estuvieron c¨®modos. Valiente el Madrid, a la altura el Bar?a, exigido al l¨ªmite. El resultado, un duelo de enjundia en el que, a la espera de Messi y Cristiano, comandaron durante un largo trecho, hasta que irrumpi¨® Cesc en el gol, Varane y Piqu¨¦, custodios ejemplares de sus equipos. Sobresaliente el franc¨¦s, que crece y crece d¨ªa a d¨ªa, r¨¢pido al corte, siempre bien colocado, sin nada que le altere. Un veterano de 19 a?os, eso refleja su f¨²tbol. A ¨¦l le debe el Madrid dos goles menos, el que reba?¨® bajo palos a Xavi tras una pifia considerable de Carvalho en una cesi¨®n a Diego L¨®pez y otro, ya con 0-1, en el que, de nuevo Cesc estaba a un paso del gol. Varane se cruz¨® en su camino con una clase extraordinaria, veloz, preciso y elegante en el quite. Tambi¨¦n Piqu¨¦ hizo de Varane en m¨¢s de una ocasi¨®n, pese a jugar condicionado por una tarjeta amarilla a los 50 segundos. De alguna forma, Piqu¨¦ y Varane (que espos¨® a Messi como pocos) marcaron el guion, al menos hasta que irrumpi¨® Cesc.

Hasta el tanto de Cesc, fue un reto ajedrec¨ªstico, de laboratorio. S¨®lo hubo concesiones a bal¨®n parado. A Cristiano, antes del primer minuto, le frustr¨® Pinto; a Xavi, mediado el primer acto, el larguero de Diego L¨®pez, titular por delante de Ad¨¢n, quien amenazaba la titularidad de Iker Casillas. Ante el embudo del Madrid, el Bar?a no hilaba con Messi, estrangulado en una baldosa; el Madrid, bien protegido, tampoco iluminaba a Cristiano, al que el Bar?a no dio rienda, bien escoltado por Alves y con Busquets siempre al quite. Tal era la pujanza de ambos que al Bar?a le costaba tanto tejer como al Madrid contraatacar. Los dos equipos desnaturalizados.

Con el partido encadenado, el gol de Cesc alter¨® el ecosistema. Callej¨®n despej¨® donde nunca se debe, al centro del balc¨®n del ¨¢rea, y Messi, atento, se anticip¨® a todos. Su rechace, que no pase, lleg¨® a Cesc, que hasta entonces no hab¨ªa dejado pistas. Pero entre las cualidades del exjugador del Arsenal est¨¢ su capacidad para asaltar el ¨¢rea rival por sorpresa. Eso hizo en el gol. Un tanto que descarril¨® al Madrid, que ya no presion¨® como al inicio y se parti¨® por la angustia, qued¨® entregado. Agrietado su oponente, el Bar?a tuvo todo el horizonte para la puntilla, pero el propio Cesc y luego Pedro fallaron ante Diego L¨®pez. El Madrid, ante el abismo, ante un adversario que ya para entonces estaba en su salsa. Pero el partido era grande, muy grande, y el Madrid, tras varios apuros, se revolvi¨®. Con los cambios, ?zil se descolg¨® hacia el costado derecho y por ah¨ª encontr¨® el Madrid su alivio. A un centro del alem¨¢n desde esa orilla lleg¨® Varane, el hombre del partido, y cabece¨® a la red. Nadie mereci¨® m¨¢s el gol. Un Varane imperial en las dos ¨¢reas. Chamart¨ªn festej¨® el empate como un triunfo. Quiz¨¢ porque anoche descubri¨® a un futbolista de largu¨ªsimo recorrido. La noche de Varane. Y la de Diego L¨®pez, que evit¨® al final un gol de Jordi Alba. Dos jugadores secundarios de inicio que contribuyeron a la grandeza general de un partido de buen f¨²tbol, de solo f¨²tbol, como se vio en la deportividad general tras el pitido final. Un duelo con solo ?cinco! faltas del Bar?a; 19 del Madrid.

F¨²tbol y nada m¨¢s que f¨²tbol. Y del bueno, por m¨¢s que Messi ¡ªun solo remate, y fuera¡ª y Cristiano ¡ªtres remates¡ª pasaran casi de puntillas. En ambos equipos hay m¨¢s, mucho m¨¢s. Lo que garantiza otra noche de emociones en el Camp Nou dentro de casi un mes, lo que hace imprevisible c¨®mo llegar¨¢n uno y otro. M¨¢xima incertidumbre, la g¨¦nesis de un torneo como la Copa.