El fracaso de Gago

Fernando Gago (Ciudadela, Buenos Aires, 1986) llegaba a la ciudad deportiva de Paterna, se entrenaba y se iba. Apenas saludaba a los empleados del club ni a los compa?eros. No ten¨ªa nada que compartir salvo con su amigo y compatriota Ever Banega, para quien es un ¨ªdolo. Ni siquiera acudi¨® a ver a su equipo cuando este recibi¨® al Madrid en la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey. Prefiri¨® pagar la multa establecida por el reglamento interno de la entidad. As¨ª trascurrieron los ¨²ltimos d¨ªas de Gago en el Valencia antes de marcharse hoy a Argentina, donde ya ha formalizado su cesi¨®n al V¨¦lez Sarsfield, seg¨²n ha informado el Valencia en un comunicado.

Fichado del Madrid en verano por 3,4 millones, Gago ha dejado poco amigos en Valencia en estos seis meses. ¡°Es poco sociable, no genera simpat¨ªa, va sobrado¡±, lo defini¨® un t¨¦cnico de Mestalla. ¡°Es muy narcisista¡±, a?adi¨®. Su peso en el equipo fue diluy¨¦ndose inexorablemente. Al principio, en el arranque del campeonato, fue un jugador capital para Mauricio Pellegrino, a la altura del retrato que el mediocampista colg¨® en su p¨¢gina web: ¡°Elogian mi visi¨®n de juego, c¨®mo cubro los espacios y c¨®mo cuido la pelota¡±.

Es poco sociable, no genera simpat¨ªa, va sobrado¡±, lo defini¨® un t¨¦cnico de Mestalla. ¡°Es muy narcisista¡±

Fue el mejor ante el Zaragoza y el Lille, ambos en Mestalla. ¡°Dependemos demasiado de ¨¦l¡±, lleg¨® a reconocer un preparador. Pero poco a poco todo se torci¨®. Al mezclarlo con Banega en el centro del campo, Pellegrino cav¨® su propia tumba. El Valencia se derrumb¨® ante el Betis, ante el M¨¢laga y, sobre todo, frente a la Real Sociedad. La destituci¨®n de Pellegrino, el 1 de diciembre, desat¨® la c¨®lera de Gago contra el presidente, Manuel Llorente, a quien anunci¨® su deseo de abandonar el club.

A los ojos limpios del nuevo entrenador, Ernesto Valverde, Gago era perfectamente recuperable. Le esper¨® a que volviera de las vacaciones navide?as y de una lesi¨®n muscular para actuar en la Liga ante el Madrid en Mestalla. Su estado de forma en ese primer periodo fue tan deplorable, otra vez acompa?ado de Banega en la medular, que el t¨¦cnico vasco, tras la goleada en 45 minutos (0-5), lo sustituy¨® en el descanso. Si Valverde esperaba una reacci¨®n en positivo de Gago, no la hubo. Al contrario. Se acentu¨® su ensimismamiento. Su desapego por la entidad y los compa?eros. Ante las lesiones de Albelda y Parejo, Valverde aline¨® a un central, V¨ªctor Ruiz, como mediocentro. No convoc¨® a Gago ante el Madrid en el regreso de la Copa ni ante el Depor en la Liga. La actitud del jugador sigui¨® por el mismo camino.

Ese ha sido su principal lastre desde aterrizar en Europa en diciembre de 2006: su incapacidad para adaptarse a sus nuevos vestuarios. El Madrid pag¨® por ¨¦l 20,4 millones al Boca Juniors. Ven¨ªa con los mejores antecedentes. Un 4 con la personalidad para seducir a la Bombonera a los 19 a?os. Un mediocentro a la estela de Fernando Redondo, 38 veces internacional, oro ol¨ªmpico con la albiceleste en Pek¨ªn 2008. Pero seis a?os en Europa no le han servido para escribir su propio relato. La falta de humildad le ha impedido reconocer los l¨ªmites de su talento. Si el Valencia lo ha cedido al V¨¦lez, no tiene ninguna intenci¨®n de repescarlo. Europa no ha sido propicia para Fernando Gago.