¡°He aprendido a base de palos¡±
Iago Aspas, que siente tanto apego a su trabajo que no lo considera tal, es pretendido por el Valencia, su rival esta tarde (18.00, Canal+ Liga y Gol T)
En un tiempo en el que el f¨²tbol invita al descreimiento, reconforta la charla con un apasionado como Iago Aspas (Moa?a, 1987), un profesional que siente tanto apego a su trabajo que no lo considera tal, que tiene activadas en su tel¨¦fono m¨®vil alarmas con los horarios de los partidos y puede recitar nombre y caracter¨ªsticas de todos los jugadores de Primera y Segunda Divisi¨®n. ¡°Mi primer recuerdo del f¨²tbol es el Mundial de Estados Unidos, le podr¨ªa decir qui¨¦nes eran los jugadores de Ruman¨ªa. O los de Arabia¡±. Hoy se enfrenta en Bala¨ªdos (18.00, Canal+ Liga y Gol T) al Valencia, el club que m¨¢s inter¨¦s ha mostrado por incorporarlo a sus filas a partir del mes de julio.
Pregunta. ?Usted no siente presi¨®n?
Respuesta. Salgo a disfrutar y si no lo consigo trato de mejorar, pero sin complicarme. Cuando vienen mal dadas no cambio mi forma de jugar. Mire ahora, estamos en puestos de descenso y mi f¨²tbol no creo que haya cambiado por ello.
P. ?No ha notado el cambio de categor¨ªa? Apenas lleva una veintena de partidos en Primera.
R. Han variado los rivales, la calidad t¨¦cnica es superior, los defensas son m¨¢s r¨¢pidos, la pelota circula con mucha m¨¢s velocidad. Eso se nota much¨ªsimo, pero mi f¨²tbol no ha variado respecto al que hac¨ªa la temporada pasada en Segunda.
P. Pero usted no logr¨® ser indiscutible en el Celta hasta hace poco m¨¢s de un a?o. Y ya va camino de cumplir los 26.
R. Quiz¨¢s antes el Celta jugaba de una manera en la que yo no pod¨ªa entrar bien, pero sin duda influy¨® el cambio de posici¨®n y jugar unos metros m¨¢s cerca de la porter¨ªa rival. Desde entonces parezco otro futbolista. He cogido una punta de velocidad y sobre todo gol. Antes no lo entrenaba. Pero la confianza del entrenador es clave: saber que si te sale mal un partido luego tendr¨¢s otro para poder mejorar. Para un jugador que se divierte eso es lo mejor que te puede pasar.
Estoy muy a gusto en el Celta, pero me gustar¨ªa probar otras cosas"
P. ?C¨®mo es su f¨²tbol?
R. Soy un mediapunta reconvertido a delantero, a veces estoy un cuarto de hora sin tocar el bal¨®n y ya me impaciento y bajo a tocar de cara o buscar una pared. Y el entrenador me dice que pique a la espalda de los defensas, que sea referencia. Pero es superior a m¨ª. A veces en esos partidos en los que no me llegan balones me pregunto por qu¨¦ no habr¨ªa dedicado al f¨²tbol sala. All¨ª cada minuto tocar¨ªa el bal¨®n tres o cuatro veces.
P. Su entrenador le ri?e porque pisa la pelota en los controles con la planta del pie.
R. Ya, ya. Es una man¨ªa que es dif¨ªcil de cambiar.
P. Tambi¨¦n dice Paco Herrera que usted es de los pocos futbolistas de la calle que quedan. T¨®meselo como un elogio.
R. Ahora hay m¨¢s facilidades, es cierto. Hay escuelas, entrenadores y campos sint¨¦ticos, pero yo me busqu¨¦ la vida en cualquier lado, tiraba contra el portal del garaje de enfrente de casa, e iban a echarle las broncas a mi madre, o hac¨ªa competiciones en el pasillo de casa. En casa siempre hubo balones. Mi hermano mayor, Jonathan, lleg¨® a jugar en el Celta y ahora est¨¢ en Chipre. Otro hermano fue portero en Tercera Divisi¨®n. Y tengo dos primos y un t¨ªo que juegan en equipos de Segunda B.
P. ?Hab¨ªa antecedentes familiares?
R. No a ese nivel. Mi padre, que ya est¨¢ jubilado, es de Cuenca. Vino con su hermano a Moa?a, abrieron un taller de coches y conoci¨® a mi madre, que es mariscadora¡
P. ?Ya la ha retirado?
R. No quiere. Dice que es su vida, que lleva en la ribera desde los diez a?os, que antes hab¨ªa estado mi abuela¡ Y ahora que est¨¢ asegurada dice que sigue, que le quedan a¨²n siete u ocho a?os. Va al croque (berberecho) y a las almejas. Vive a mi lado, en la misma calle que yo. Siempre voy a su casa a comer. Mi vida es en Moa?a, mi pueblo, un caf¨¦ y partida de cartas con los amigos, pasear al perro, el f¨²tbol en la tele e ir a entrenarme. Son 20 kil¨®metros hasta all¨ª desde hace casi 18 a?os y ya me conozco todos los pasos de peatones y sem¨¢foros.
P. ?Y est¨¢ preparado para dejar esto?
R. Pues no lo s¨¦, me costar¨ªa m¨¢s ese cambio que el futbol¨ªstico. El f¨²tbol lo tengo, lo otro no lo s¨¦. Aqu¨ª estoy muy a gusto, el Celta es el equipo de mi vida y de mi alma, empezar en otro sitio me costar¨ªa, pero me gustar¨ªa probar otras cosas, un equipo con otras metas. Ahora ser jugador de un solo equipo es complicado.
P. Usted en el campo es un descarado, eso ayuda.
R. Pero fuera soy t¨ªmido. Mi madre me dice todos los d¨ªas que no se cree c¨®mo me puedo enfadar tanto cuando juego si fuera soy incapaz de hacerlo. Me pueden decir de todo por la calle, alguien que sea del Deportivo o no le caiga bien y me da igual, pero en el campo si voy perdiendo me transformo.
Se dijeron muchas mentiras, que si no quer¨ªa jugar para presionar al Celta. ?Si supieran lo que me gusta el f¨²tbol!"
P. ?Con la madurez se pierde el descaro?
R. Aprendes a base de palos. El ¨²ltimo a?o de juvenil de 30 partidos me perd¨ª 9 por sanci¨®n. No pod¨ªa cortar la protesta, sal¨ªa de m¨ª. Hace siete a?os me iba a estrenar en una convocatoria con el primer equipo y el d¨ªa anterior me expulsaron en el filial. Un codazo y roja. Y era para ir con el Celta a un derbi a Riazor. Llor¨¦ durante d¨ªas por una estupidez de cinco segundos.
P. Una vez explic¨® que su mejor recuerdo de un derbi fue una agresi¨®n de Vagner a Diego Trist¨¢n, tambi¨¦n asegur¨® que jam¨¢s tendr¨ªa una novia coru?esa. ?Lo volver¨ªa a decir?
R. No, pero porque ahora s¨¦ la magnitud que cobraron aquellas palabras. Y yo lo dije sin darle tanta importancia. Para m¨ª la rivalidad es poder hablar de f¨²tbol con un aficionado del Deportivo, el cachondeo, la risa¡ pero ves la repercusi¨®n de esas cosas y las vueltas que le da la gente y es para pensarlo. Yo ante un micr¨®fono no cambio de perspectiva, digo las cosas como si estuviera en otro sitio.
P. ?No prepara las ruedas de prensa?
R. Para nada. Y tampoco las entrevistas. Algunos van con las pautas. Las pautas del futbolista. Todo ese listado de t¨®picos habituales. En el preg¨®n de la feria del marisco de Vigo resulta que Cristiano hab¨ªa dicho el d¨ªa anterior que estaba triste. Y yo le invit¨¦ a que viniera a probar nuestro marisco. ?Mi madre, el bombo que le dieron!
P. Herrera tiene miedo de que se despiste con todo lo que se habla sobre su futuro.
R. Pero lo llevo bien. S¨¦ que el club ha tenido contactos con otros equipos, pero mi rendimiento no ha bajado. Se dijeron muchas mentiras, que si el Chelsea, que si yo no quer¨ªa jugar para presionar al Celta. ?Si supieran lo que me gusta el f¨²tbol!
La selecci¨®n se adapta a mi f¨²tbol, pero llevo 22 partidos en Primera y juego en el Celta"
P. Del Bosque dice que le sigue de cerca.
R. Pero es muy dif¨ªcil llegar a la selecci¨®n. Es el mejor equipo del mundo en el mejor momento. Hace diez a?os a¨²n hubiera podido asomar la cabeza, pero ahora es m¨¢s complicado. Su estilo se adapta a mi f¨²tbol, pero apenas llevo 22 partidos en Primera y juego en el Celta.
P. Un futbolero como usted disfrutar¨ªa siendo uno m¨¢s de los de rojo. Igual hasta le pide un aut¨®grafo a alguno.
R. A m¨ª me da verg¨¹enza que me los pidan por la calle. Pero yo se los ped¨ª a Mostovoi, a Ra¨²l y a Hierro.
P. ?Es madridista?
R. De ni?o lo era, pero ahora me gusta m¨¢s el Bar?a por el f¨²tbol que hace. Todos los ni?os son del Bar?a.
P. Usted podr¨ªa jugar all¨ª.
R. S¨ª. Jajajajaja. ?Y en el Madrid!
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