¡°Me trat¨® el ciclista de monta?a muerto¡±
Hamilton, excampe¨®n ol¨ªmpico, dice que Alberto Le¨®n, sin titulaci¨®n ni m¨¦dico presente, le realizaba reinfusiones de sangre en habitaciones de hotel
La descripci¨®n llega como un fantasma a la sala en la que se juzga la Operaci¨®n Puerto. ¡°El ciclista de monta?a muerto¡±, dice el estadounidense Tayler Hamilton, excampe¨®n ol¨ªmpico y excliente del m¨¦dico Eufemiano Fuentes, para se?alar a quien le dopaba con reinfusiones de sangre. Entonces, rompen los murmullos. Como en 2006, cuando estall¨® el caso, el dopaje no era delito en Espa?a, Fuentes y otras cuatro personas est¨¢n acusadas de un delito contra la salud p¨²blica. En consecuencia, los cinco subrayan la profesionalidad de sus m¨¦todos; la seguridad de sus servicios; y que jam¨¢s se puso en riesgo a los deportistas que eran sus clientes. En esas, hoy llega Hamilton para pintar un cuadro muy distinto. ¡°El ciclista de monta?a muerto me reinfusionaba sangre¡±, dice, hablando de Alberto Le¨®n, que se suicid¨® en el curso de la investigaci¨®n de la Operaci¨®n Galgo. Un hombre que no ten¨ªa titulaci¨®n para manipular sangre. Uno que, seg¨²n el estadounidense, se la pon¨ªa en una habitaci¨®n de hotel, sin profilaxis alguna. Uno que ya no est¨¢ vivo para dar su versi¨®n.
Antes de hablar de Le¨®n, que seg¨²n la Guardia Civil almacenaba parte del material dopante en la Casa de la Juventud de El Escorial cuando fue descubierto en la Operaci¨®n Galgo (2010), Hamilton dedica horas a hablar de su relaci¨®n con Fuentes. Su menci¨®n al especialista de ciclismo de monta?a no es lo ¨²nico que emborrona el relato del tratamiento profesional, sin riesgos para la salud, que han construido los acusados. Con su larga melena roz¨¢ndole los hombros, conectado en videoconferencia desde la Embajada espa?ola de Washington (EEUU), Hamilton deja esa imagen en espejismo con su versi¨®n. ¡°Orinaba pis negro¡±, dice sobre lo mal que le sentaron las transfusiones de sangre. ¡°Me dijeron que ten¨ªa en mi organismo sangre de otra persona¡±, sobre la raz¨®n por la que hab¨ªa dado positivo por transfusi¨®n hom¨®loga en 2004. ¡°La insulina me provoc¨® sudor, me dispar¨® el ritmo card¨ªaco y me hizo sentir extra?o. En julio de 2004 [ser¨ªa durante el Tour y antes de los JJOO] me hizo una transfusi¨®n que me dio fiebre¡±, a?ade. ¡°Solo me miraron el nivel de hematocrito, no s¨¦ si alguna vez me hicieron una anal¨ªtica completa", cierra sobre los cuidados de los m¨¦dicos.
Me dijeron que ten¨ªa en mi organismo sangre de otra persona¡± Hamilton, sobre la raz¨®n por la que hab¨ªa dado positivo por transfusi¨®n hom¨®loga en 2004
Pero Hamilton, cuyo testimonio fue fundamental en la acusaci¨®n construida por la Agencia Antidopaje Estadounidense contra Lance Armstrong, no habla solo de los efectos del dopaje. Bien guarnecido en su traje claro y acompa?ado por una traductora, descifra los s¨ªmbolos del calendario dopante presuntamente elaborado por Fuentes, aut¨¦nticos jerogl¨ªficos, y reconstruye la historia de su relaci¨®n, incluido un viaje en 2004 para encontrarse con Eufemiano acompa?ado por el exciclista y director del Phonak, ?lvaro Pino, adem¨¢s de por los ciclistas Santi P¨¦rez, ?scar Sevilla y Guti¨¦rrez.
Todo empez¨®, seg¨²n cuenta Hamilton, en un viaje por carretera entre Girona y Valencia, all¨¢ por enero de 2002. Entre las dos ciudades, en medio de la autopista, queda en una zona de descanso con Fuentes, al que acabar¨ªa viendo ¡°unas 15 veces¡±, siempre para sacarse o reinfusionarse sangre. ¡°Lo m¨¢s importante que hablamos aquel d¨ªa fue de transfusiones. Sab¨ªa que me pod¨ªa proporcionar EPO, testosterona y otros productos dopantes¡±, resume Hamilton sobre aquella primera reuni¨®n camino de Valencia. ¡°?l me ofreci¨® esos productos: EPO, testosterona, hormona del crecimiento, insulina¡±. No fue un servicio barato: ¡°Pagaba entre 25.000 y 30.000 euros por a?o. Los productos dopantes se pagaban por separado. En 2004, el precio subi¨® a 50.000, por el congelador Siberia¡±.
Fuentes cobraba m¨¢s porque usaba mejor maquinaria para tratar la sangre, m¨¢s segura, m¨¢s limpia, con menos riesgos para la salud, le explicaron en su d¨ªa a Hamilton, que luego fue sancionado dos a?os por su positivo. ?l, sin embargo, tambi¨¦n vio la otra parte de ese cuadro, seg¨²n declara durante m¨¢s de tres horas este martes: a Le¨®n, un ciclista de monta?a que nunca pis¨® la facultad de medicina, realiz¨¢ndole reinfusiones de sangre sin un m¨¦dico que le acompa?ara en el procedimiento.
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