Un efecto y un portero

Con ese aire de equipo que sabe a qu¨¦ quiere jugar, pero no c¨®mo. Con ese aire de fragilidad que transmite, pese a la intensidad con la que se emplea, el Athletic se llev¨® los tres puntos de Pamplona. Lo hizo por la gracia de un giro de tobillo de Ibai G¨®mez y porque Iraizoz justific¨® su regreso a la titularidad con un par de intervenciones decisivas. Con su suplencia, Bielsa hab¨ªa tocado una fibra muy sensible en el entramado de un equipo. Un error que el mismo t¨¦cnico argentino no ha tenido inconveniente en reconocer. Experiment¨® con la delicada situaci¨®n que atraviesa el equipo sin saber c¨®mo responder¨ªa Ra¨²l, el meta suplente, a la exigencia y a las derrotas. Una decisi¨®n arriesgada que le ha costado unos cuantos puntos. El regreso de Iraizoz fue vital para un conjunto que parece destinado a penar de aqu¨ª al final del campeonato.

No hab¨ªa plasmado el equipo de Bielsa un partido para ganar ni mucho menos cuando se encontr¨® con el gol. Ni siquiera hab¨ªa jugado para poder defender que mereci¨® el empate. Pero tuvo de su parte la calidad en el golpeo de Ibai, quiz¨¢ uno de los mejores jugadores de Primera en cuestiones de manejo del interior y del exterior cuando se trata de poner centros al ¨¢rea. El chico sac¨® un centro desde la izquierda cruzado y envenenado al segundo palo. La pelota sali¨® teledirigida desde la parte externa de su bota derecha hacia la llegada de Susaeta, que a un toque resolvi¨® ante Andr¨¦s Fern¨¢ndez.

Fue el partido de Osasuna en toda su dimensi¨®n, excepto el tramo final del primer tiempo. No quiso Mendilibar entretener el duelo en el centro del campo y orden¨® un juego directo, de choque y entradas por las bandas. Un ritmo y una propuesta que al Athletic en otros tiempos no tan lejanos no le hubieran supuesto tantos problemas. Entre Lolo y Oier ganaron la batalla de las segundas jugadas y entre De las Cuevas y Armenteros se encargaron de acelerar las llegadas al ¨¢rea de Iraizoz.

Fue Armeteros el primero que avis¨® con un disparo raso desde la frontal que propici¨® la primera intervenci¨®n comprometida de Iraizoz. La inocencia de Oier en un remate de cabeza tras una rosca de Armenteros a bal¨®n parado impidi¨® el gol rojillo. Con toda la porter¨ªa a su favor, el osasunista no tuvo intenci¨®n en el remate, se limit¨® a poner la cabeza sin darle direcci¨®n alguna. De las Cuevas volvi¨® a ense?ar esa fragilidad del Athletic, principalmente atr¨¢s. Recibi¨® en medio de la frontal del ¨¢rea un pase que le permiti¨® controlar y levantar la cabeza, con San Jos¨¦ y Laporte flanque¨¢ndole a la distancia. No estuvo fino De las Cuevas en el disparo, alto, cuando lo ten¨ªa todo para haber tratado de esquinarlo.

Solo en el ¨²ltimo cuarto de hora del primer tiempo se estir¨® el Athletic con verdadera capacidad para hacer da?o. Lo hizo por el costado de Iraola, que no parece haber perdido el criterio para jugar, aunque el resto le acompa?e poco. Un centro suyo desde la derecha no lo aprovech¨® Aduriz, que fue incomodado en el salto.

El paisaje no cambi¨® en el segundo tiempo. Osasuna sigui¨® mandando en el encuentro con las mismas armas que lo hab¨ªa hecho. Se vio m¨¢s ambicioso y se fue a por el partido. No encontraba respuesta alguna en el Athletic, que echa de menos combinaciones m¨¢s frecuentes entre sus centrocampistas. Apenas hay rastro de aquel equipo volc¨¢nico que desarbolaba a los contrarios con movilidad y una circulaci¨®n de la pelota en los ¨²ltimos metros clara y precisa.

Se encontr¨® con ese tanto en la mejor jugada que pudo plasmar y luego se limit¨® a defenderlo. Iraizoz hizo un par de intervenciones m¨¢s en esa carga final en la que el Athletic ya quiso saber poco de desplegarse.

Se atrincher¨® para conservar tres puntos que le pueden ayudar a encontrar cierta estabilidad durante la semana, si es que eso es posible esta temporada. Una derrota le hubiera generado un incendio m¨¢s en una situaci¨®n que a¨²n sigue siendo delicada. Necesita el Athletic que le aparezcan m¨¢s jugadores de peso con la pelota, porque con la insistencia de su entrenador se antoja complicado o saber a qu¨¦ quieren jugar. El problema es c¨®mo ejecutar otra vez esa propuesta que tanto le dio el curso pasado y en esta le tiene al borde del abismo.