M¨¢laga por bandera
El equipo, hermanado con una afici¨®n extasiada, se sobrepone a sus penurias y remonta ante el Oporto ¡ñ Tras la expulsi¨®n de Defour, los visitantes jugaron con 10 la segunda parte ¡ñ El viernes, sorteo con Madrid y Bar?a
Fue un salto hacia la gloria. Un remate de Santa Cruz que abri¨® las puertas del cielo al M¨¢laga y destroz¨® pron¨®sticos para forjar una remontada hist¨®rica. El partido lo cambi¨® un golazo de Isco, lo encauz¨® la expulsi¨®n de Defour y lo defini¨® el cabezazo del paraguayo cuando el M¨¢laga era ya mucho M¨¢laga y el Oporto un burdo remedo del equipo que impresion¨® en su salida y acab¨® perdido y noqueado. Espectacular el cuadro de Pellegrini, que se mete en el selecto club de los ocho mejores equipos de Europa en su primera participaci¨®n en la Liga de Campeones. Vibr¨® M¨¢laga con su equipo, con la solvencia de su defensa, con la paciencia para desmontar al Oporto, con las carreras de Joaqu¨ªn y los caracoleos de Isco. Dos veces campe¨®n de Europa, el cuadro portugu¨¦s se vio superado por la exultante vitalidad del M¨¢laga, que vivi¨® su noche m¨¢s gloriosa para acompa?ar a Madrid y Barcelona en las rondas finales de la mejor competici¨®n del mundo. ?xito de Pellegrini, patr¨®n y jefe de un equipo que se pudo descomponer en verano, cuando arreciaron los impagos de los propietarios. Orgullo de unos jugadores con fe, hambre y ganas de comerse el mundo a pesar de todo lo vivido.
M¨¢laga, 2; Oporto, 0
M¨¢laga: Caballero; G¨¢mez, Demichelis, Weligton, Antunes; Iturra, Toulalan; Joaqu¨ªn (Camacho, m. 87), Baptista (Santa Cruz, m. 73), Isco; y Saviola (Piazon, m. 78). No utilizados: Kameni; Lugano, Sergio S¨¢nchez y Seba.
Oporto: Helton; Danilo, Mangala, Otamendi, Alex Sandro (Arsu, m. 69); Lucho Gonz¨¢lez, Fernando, Moutinho (James Rodr¨ªguez, m. 46); Varela (Maicon, m. 58), Jackson Mart¨ªnez y Defour. No utilizados: Fabiano, Castro, Izmailov y Liedson.
Goles: 1-0. M. 42. Isco. 2-0. M. 77. Santa Cruz.
?rbitro: Nicola Rizzoli. Expuls¨® por doble amonestaci¨®n a Defour (m. 48). Amonest¨® a Otamendi, Defour, Demichelis, Alex Sandro, Jes¨²s G¨¢mez, Toulalan y Mangala.
La Rosaleda. Lleno. 29.500 espectadores.
Si el f¨²tbol se moviera por sensaciones y exclusivamente por un descomunal despliegue f¨ªsico, las opciones del M¨¢laga de superar al Oporto se antojaban remotas. La Rosaleda contempl¨® de inicio lo importante que resulta el historial en una eliminatoria de Liga de Campeones. Imponente y valiente, el Oporto jug¨® en M¨¢laga como si se tratase de su propio estadio, sin verse afectado por el tremendo ambiente a favor del M¨¢laga y ayudado por el complejo que mostraron los futbolistas locales, asustados ante el m¨²sculo portugu¨¦s y fascinados por el juego de Moutinho. Quer¨ªa Pellegrini que su equipo manejara la ansiedad y, ciertamente, apenas logr¨® mantenerse entero frente al Oporto.
Los portugueses iniciaban su l¨ªnea de presi¨®n en el borde del ¨¢rea del M¨¢laga, cortocircuitando cualquier posibilidad de que Isco y Joaqu¨ªn entraran en juego. Soport¨® el cuadro andaluz el chaparr¨®n, aunque, en verdad, el Oporto solo goz¨® de una ocasi¨®n clara en un disparo alto de Danilo. De repente, una buena combinaci¨®n entre Joaqu¨ªn e Isco acab¨® con un pase del portuense al ¨¢rea que Helton, en una de las suyas, se trag¨® para dejar el bal¨®n muerto a Saviola. Rizzoli pit¨® falta de Baptista y el gol, v¨¢lido, no subi¨® al marcador. El Oporto ten¨ªa f¨ªsico, pero tambi¨¦n un portero capaz de lo mejor y lo peor. El M¨¢laga, adem¨¢s, tiene a Isco. Tocado por la jugada de Saviola, el Oporto le dio un metro al internacional al borde del ¨¢rea. Su remate se col¨® por la escuadra. Un golazo que lo cambi¨® todo. Adem¨¢s, al Oporto se le averi¨® Moutinho, que no sali¨® de la caseta, mientras que el belga Defour pag¨® caro su exceso de motivaci¨®n al ver la segunda amarilla por clara entrada a Joaqu¨ªn. La remontada estaba servida.
Era el momento del M¨¢laga, due?o y se?or ahora del partido, a un pasito de hacer historia ante un Oporto disminuido, metido atr¨¢s, aguantando un suplicio. Tir¨® el equipo andaluz de paciencia, consciente de que tarde o temprano le iba a llegar la oportunidad de conseguir el gol que le diera el pase. El Oporto, sin resuello, aguant¨® lo que pudo en inferioridad, incapaz de desplegarse en ataque ni de poner en apuros a Caballero. Fueron los momentos en los que Joaqu¨ªn volaba e Isco dominaba, arropados por el incansable trabajo de Toulalan, impresionante, e Iturra, omnipresente. Entonces lleg¨® el c¨®rner de Joaqu¨ªn y el vuelo de Santa Cruz. El remate del paraguayo borr¨® tanta angustia, tanto pesar en una temporada complicada, en la que la UEFA le ha cerrado al M¨¢laga las puertas de la Europa por impagos. El sue?o del conjunto andaluz no tiene fin y los de Pellegrini se codear¨¢n con los mejores equipos del continente. Una aut¨¦ntica gozada. Para ello, fue necesario saber sufrir, jugar con inteligencia y derrotar a un gran equipo.
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