Espa?a contra la rutina

Uno de los mayores aciertos de Vicente del Bosque cuando asumi¨® la direcci¨®n de Espa?a, en junio de 2008, fue la convocatoria de dos j¨®venes inexpertos: Piqu¨¦ y Busquets. M¨¢s tarde incorporar¨ªa a Jes¨²s Navas, Pedro y Mata. El equipo ven¨ªa de ser campe¨®n de Europa, en Austria y Suiza, con el f¨²tbol m¨¢s exquisito que se le recuerda. No hab¨ªa motivo aparente para los cambios, pero los hubo. Espa?a se enriqueci¨® con la salida de bal¨®n de Piqu¨¦ (en lugar de Marchena), el control de Busquets (por Senna) y la electricidad de Pedro, Navas y Mata. Pero adem¨¢s de la progresi¨®n t¨¢ctica, el beneficio fue sobre todo an¨ªmico, por la ilusi¨®n contagiosa de la muchachada debutante.

Desde entonces, Espa?a ha permanecido en la cima de mundo, muestra de constancia y eficacia en el mantenimiento del estilo. Firme en primera posici¨®n del escalaf¨®n de la FIFA; muy alejada, por ejemplo, de adversarios hist¨®ricos como Francia (17?) y Brasil (18?), por hacerse una idea.

Al llegar, el t¨¦cnico innov¨® con Piqu¨¦, Busquets, Navas, Pedro y Mata

Pero ya hubo s¨ªntomas de agotamiento en la Eurocopa de Polonia y Ucrania 2012, cuando hasta los alemanes, principalmente, confesaban su aburrimiento al contemplar a los favoritos y admirados espa?oles. A Espa?a le falt¨® fluidez hasta el d¨ªa de la final, un recital memorable ante Italia (4-0), una lecci¨®n de ¡°presi¨®n, posesi¨®n y profundidad¡±, seg¨²n lo definir¨ªa el seleccionador.

La profundidad hab¨ªa sido la principal carencia en el tr¨¢nsito de La Roja hacia esa final de Kiev, subsanada en parte por la irrupci¨®n de Jordi Alba como una exhalaci¨®n por la banda izquierda. Alba fue la principal novedad de Del Bosque respecto al grupo que, dos a?os antes, se hab¨ªa proclamado en Sud¨¢frica campe¨®n del mundo ante Holanda. Otra sorpresa inesperada de Del Bosque para refrescar el vestuario, otra muestra de punter¨ªa. Invitado por la baja de Villa y la desconfianza hacia el juego de Torres y Llorente, el salmantino improvis¨® un esquema con falso nueve (Cesc) que acab¨® por desesperar a sus rivales. Una evoluci¨®n m¨¢s para perseverar en la c¨²spide.

La solemnidad del escenario, en Saint D¨¦nnis, y el rival, invitan a La Roja a sobreponerse a su propio ¨¦xito

Camino de Brasil 2014, sin embargo, se han recrudecido las se?ales de tedio. La rutina ha entrado por las ventanas de la selecci¨®n y en el choque del pasado viernes en Gij¨®n ante Finlandia se manifest¨® con rotundidad. Contra los fineses, Espa?a solo intent¨® cuatro regates en todo el encuentro, los cuatro de Iniesta: tres le salieron bien. Ni Villa, ni Silva, ni Cazorla, ni Cesc, ni Pedro ni Mata trataron de desbordar. El d¨ªa de Francia en el Calder¨®n, como contraste (1-1), hubo 43 intentos de regate, aunque solo cinco lograran su objetivo. Ante Finlandia, no hubo novedades en la alineaci¨®n ni en las sustituciones respecto a los protagonistas de la Eurocopa. Una hubiera sido Isco, el segundo mejor regateador espa?ol de la Liga tras Susaeta, pero se qued¨® en el banquillo. Otra, Michu, la sensaci¨®n de la Liga inglesa, no ha sido convocado todav¨ªa. Pese a la vuelta de Villa a la posici¨®n de nueve en la segunda parte, a Espa?a la devor¨® la monoton¨ªa hasta que, tras el gol de Pukki, la angustia por la extinci¨®n del tiempo pudo m¨¢s que las ganas de reaccionar.

Con el regreso el martes en Par¨ªs ante Francia de Xavi y Xabi Alonso, los jugadores de m¨¢s personalidad en el campo, Espa?a aspira a volver a marcar los tiempos (el control), sin perder de vista la profundidad y la presi¨®n de los jugadores con un punto m¨¢s de ritmo (Pedro y Jes¨²s Navas). A Francia le vale el empate para sacar el billete a Brasil, pero la grandeza hist¨®rica de su f¨²tbol no cuadrar¨ªa con un cerrojazo frente a Espa?a, por mucho que su seleccionador, Didier Deschamps, se haya amamantado en el calcio. El escenario, el rival y la trascendencia del choque invitan a Espa?a a sobreponerse a su propio ¨¦xito.