Esperando a los Lakers
No hay duda de que han desperdiciado la temporada, pero eso no impide pensar en un desenlace descabellado
Y as¨ª, todo se reduce a esto: una de las franquicias m¨¢s venerables de la NBA, reforzada gracias a una ¨¦poca de bonanza de agentes libres que le permiti¨® fichar a un ex Jugador M¨¢s Valorado y al mejor p¨ªvot de la liga, est¨¢ luchando con los humildes Jazz de Utah por ser los octavos cabezas de serie de la Conferencia Oeste.
No se supon¨ªa que iba a ser as¨ª. El pasado verano, los Lakers construyeron un equipo que la mayor¨ªa de la gente pensaba (incluido un servidor) que ser¨ªa capaz de desbancar a los Heat de Miami de su trono en el Olimpo de la NBA. Vale, ten¨ªamos nuestras dudas: el banquillo levantaba sospechas, Mike Brown parec¨ªa una mala elecci¨®n, y la vuelta de Steve Nash era como un castillo de naipes medio derrumbado. Pero, as¨ª y todo, ?Kobe Bryant y Dwight Howard y Pau Gasol? En un equipo como ese podr¨ªa jugar de base Mariano Rajoy y a¨²n as¨ª podr¨ªa ganar 50 partidos.
Y entonces todo empez¨® a quedar claro. Tres derrotas seguidas para empezar la temporada, se?ales de problemas con la espalda de Howard y con todo el cuerpo de Nash, y la sensaci¨®n de que igual estos tipos ni siquiera se caen bien. Luego el cambio de entrenador fue manejado, aparentemente, por unos ni?os de cinco a?os, y antes de que supi¨¦semos qu¨¦ estaba pasando, los Lakers estaban encadenando rachas de derrotas como los adictos al juego coleccionan exmujeres. Cuatro seguidas en diciembre, seis consecutivas a principios de enero y cuatro m¨¢s a finales de ese mismo mes.
Sin embargo, prevalec¨ªa la sensaci¨®n de que, en alg¨²n momento, los Lakers despertar¨ªan y se unir¨ªan para un ¨²ltimo y gran esfuerzo. De modo que, esperamos, esperamos y esperamos, mientras enero se convert¨ªa en febrero y el invierno en primavera, pensando que, aunque Pau tambi¨¦n estaba lesionado, hab¨ªa demasiado talento en ese equipo y ten¨ªa que funcionar.
?Acaso no pensamos que pueden reunir su energ¨ªa colectiva para ganarse un billete a la final? Y entonces, ?qui¨¦n sabe qu¨¦ podr¨ªa pasar a rengl¨®n seguido?
Supongo que en todo esto hay un aspecto positivo: la prueba de que nosotros, los humanos, somos gente optimista. Siempre mantendremos la esperanza en la salvaci¨®n, incluso si la salvaci¨®n es un resultado ligeramente positivo, como ser arrollados por los Spurs o los Thunder en la primera ronda de los playoffs. Nunca creemos de verdad que la enfermedad es incurable, que el conflicto no tiene soluci¨®n y que la racha de derrotas es insuperable. Y por eso se deber¨ªa aplaudir a nuestra especie.
Pero ese mismo rasgo puede ser peligroso. Me lleva a pensar que, s¨ª, no hay duda de que los Lakers han desperdiciado la temporada y que, s¨ª, no hay duda de que Mike D¡¯Antoni es exactamente el entrenador equivocado para ellos, y que, s¨ª, no hay definitiva y rotundamente ninguna prueba que demuestre que los Lakers pueden jugar juntos, y no digamos ganar una serie de playoffs juntos, pero quiz¨¢s, solo quiz¨¢s, si las cosas les salen bien contra los Spurs o los Thunder, ?les gustar¨ªa apostar contra ellos si fuesen a jugar contra los Clippers? ?Acaso no pensamos que los Lakers pueden reunir su energ¨ªa colectiva para ganarse un billete a la final? Y entonces, ?qui¨¦n sabe qu¨¦ podr¨ªa pasar a rengl¨®n seguido?
Porque, ver¨¢n, el optimismo y la ilusi¨®n son dos caracter¨ªsticas que, si no son hermanas, al menos son primas. Los Lakers no van a ganar un t¨ªtulo. Probablemente no ganar¨¢n una serie de playoffs. Y podr¨ªan perfectamente no alcanzar los playoffs. Pero eso no nos impedir¨¢ desear que lo hagan. Porque es divertido imaginar desenlaces descabellados. Como que los Lakers de 2013 no son un completo desastre.
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