A Messi le vale con una pierna
La entrada del argentino, muy mermado, acaba con un PSG que hasta entonces tortur¨® al Bar?a
Hay un futbolista en el mundo al que le alcanza con salir a la cancha para resolver el peor de los partidos. Incluso cojo es decisivo en jornadas tan exigentes como las de la Champions. Ya no quedan dudas sobre el ascendente y poder de Messi. El 10 elimin¨® al PSG y clasific¨® al Bar?a, las dos cosas a la vez, con una jugada, un toque y un golpe de cintura, un pase y una ocasi¨®n. Todo cuanto le rodea es ¨²nico, tambi¨¦n su actuaci¨®n de ayer, selectiva y disuasoria. Imperiales durante una hora, los franceses se rindieron nada m¨¢s ver a Messi. Abatidos y desnortados, desvencijados, los azulgrana se sintieron invencibles media hora con el 10. La ronda se acab¨® con la entrada de Messi. Hasta que La Pulga no pis¨® el campo el partido fue una tortura para el Barcelona.
Barcelona, 1; PSG, 1
Barcelona: Vald¨¦s; Alves, Piqu¨¦, Adriano (Bartra, m. 62), Jordi Alba; Xavi, Busquets, Iniesta; Pedro, Cesc (Messi, m. 62) y Villa (Song, m. 84). No utilizados: Pinto; Montoya, Thiago y Alexis.
PSG: Sirigu; Jallet (Van der Wiel, m. 87), Thiago Silva, Alex, Maxwell; Lucas Moura, Motta, Verratti (Beckham, m. 83), Pastore; Lavezzi (Gameiro, m. 81) y Ibrahimovic. No utilizados: Douchez; Sakho, Armand y Chantome.
Goles: 0-1. M. 50. Ibrahimovic filtra un pase a Pastore, que cruza ante Vald¨¦s. 1-1. M. 71. Pedro, tras recibir de Villa en la frontal.
?rbitro: Bj?rn Kuipers (Holanda). Amonest¨® a Adriano (se perder¨¢ la ida de la semifinal), Thiago Silva y Beckham.
96.022 espectadores en el Camp Nou.
No por sabida la alineaci¨®n del Bar?a dej¨® de provocar menos controversia, no ya por la ausencia de Messi, sino porque Adriano formaba pareja con Piqu¨¦. El argentino aguardaba en el banquillo por si acaso no funcionaban las cosas, circunstancia que depend¨ªa precisamente de que el brasile?o encajara bien como corrector defensivo y, por otra parte, de que Cesc mezclara con Villa, ubicado como un cl¨¢sico 9. No parec¨ªan las mejores garant¨ªas para afrontar precisamente un partido de m¨¢xima tensi¨®n, donde los errores penalizan y deciden detalles como el de poner a Adriano de central, reci¨¦n salido de una lesi¨®n, para defender a una delantera especialmente intimidatoria.
As¨ª las cosas, parados los dos equipos en la cancha, puesta la pelota en juego, el PSG fue m¨¢s equipo y cont¨® con mejores jugadores que el Barcelona. El partido solo tuvo una direcci¨®n: la porter¨ªa de V¨ªctor Vald¨¦s. Los azulgrana sobrevivieron durante tres cuartas partes del encuentro por las intervenciones de su portero, estupendo con los pies y las manos, acertado frente al despliegue ofensivo de los chicos de Ancelotti. Lucas Moura penetraba, descargaba Ibrahimovic, tiraba Lavezzi y cabeceaban Alex y Thiago Silva. No hab¨ªa noticias de los delanteros del Bar?a, fracturado como qued¨® el equipo, partido por la mitad, v¨ªctima de un ataque de nervios, incapaz de saber qu¨¦ le conven¨ªa.
Los errores individuales eran reiterativos en los defensas y los delanteros y a los medios les resultaba imposible controlar el bal¨®n y el partido. Acelerado, sin un punto de pausa para procesar el juego, el Bar?a se entreg¨® a un martirio, sometido por el f¨ªsico y la mejor organizaci¨®n del PSG, fuerte en las ¨¢reas. Las p¨¦rdidas por parte azulgrana se sucedieron con la misma frecuencia que los remates de Lavezzi, Locas Moura y Alex, solo derrotados por el soberbio Vald¨¦s. No cerraba bien la defensa con Adriano, ni tapaba Alves y no hab¨ªa manera de que Villa enfocara a Sirigu. Ausente Tello, sorprendentemente excluido del encuentro, ning¨²n extremo enfrentaba tampoco a los laterales del PSG.
El partido solo tuvo una direcci¨®n: la de la porter¨ªa de Vald¨¦s, que sostuvo a los suyos
El f¨²tbol barcelonista era muy centrifugado y enrevesado, tanto que alcanz¨® el descanso sin apenas contar una ocasi¨®n de gol, salvo un libre directo de Xavi y un par de centros cruzados que se escaparon sin remedio por el ¨¢rea francesa. La excitaci¨®n pod¨ªa a la precisi¨®n. No hab¨ªa manera de que los azulgrana juntaran las l¨ªneas, armaran el ¨²ltimo pase o desbordaran al rival. Ni desequilibraban ni profundizaban y en cambio reaccionaban de manera lenta, muy vulnerable, al r¨¢pido contragolpe del PSG. Un simple pase vertical desarmaba al Barcelona como se apreci¨® cuando despu¨¦s de una p¨¦rdida de bal¨®n de Pedro, Ibrahimovic asisti¨® a Pastore para que cruzara ante Vald¨¦s: 0-1.
Abatido por fin el portero barcelonista nada m¨¢s reanudarse el encuentro, se acab¨® el thriller. No hab¨ªa m¨¢s suspense que las transiciones vertiginosas del PSG. Incluso tiritaba Busquets. Ni rastro del equipo exquisito que tan bien sabe cuidar la pelota y por el contrario se impon¨ªa el alboroto. No quedaba m¨¢s remedio que recurrir a Messi, incluso a la pata coja, roto como ten¨ªa el b¨ªceps de la pierna derecha, intimidador como es el mejor jugador del mundo con una sola pierna. Quedaban treinta minutos para arreglar un desaguisado de una hora. Y funcion¨®: el PSG se espant¨® en la misma medida que se anim¨® el Barcelona y con una sola oportunidad de por medio cay¨® el empate: 1-1.
Al 10 le qued¨® la suficiente explosividad y agresividad para encarar y atraer a la defensa del PSG y armar la jugada que acab¨® con el gol de Pedro. Messi combin¨® finalmente con Villa y la dejada del Guaje fue rematada a la red por el delantero canario, que se la tiene jurada a los franceses, a la selecci¨®n y anoche al PSG. El gol tuvo un efecto revitalizador para los barcelonistas y desmoralizador para el PSG. El plantel de Ancelotti perdi¨® clarividencia y de nada le sirvi¨® su asedio al portal de Vald¨¦s, incluso con el portero Sirigu rematando el ¨²ltimo c¨®rner y Alex de 9. El partido no tuvo remedio para el PSG cuando sali¨® Messi. Jam¨¢s hab¨ªa defendido con tanta energ¨ªa el Bar?a.
Nadie repar¨® en que los azulgrana acabaron con un doble pivote (Song y Busquets). El fin justificaba por un d¨ªa los medios. No hay mejor se?uelo para un equipo como el Bar?a que Wembley. El escenario de la final actu¨® como motor de los barcelonistas, que alcanzan por sexta vez consecutiva las semifinales de la Liga de Campeones. Aunque no supieron jugar un partido aparentemente sencillo con empate a dos en el marcador de la ida, dignificaron al menos el esfuerzo de Messi. El 10 se gan¨® anoche la reverencia eterna del Camp Nou. Jam¨¢s se hab¨ªa visto a un futbolista decidir un partido sin tocar pr¨¢cticamente la pelota. Hasta que sali¨® Messi al Camp Nou.
No vale la pena discutir m¨¢s ya sobre la messidependencia. Alg¨²n d¨ªa se ganar¨¢ un partido incluso con su figura petrificada o de cart¨®n piedra.
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