El Caja Laboral se adormece en Mosc¨²
El CSKA impone su jerarqu¨ªa por encima de las estad¨ªsticas y vence con comodidad (89-78) liderado por Weems y Teodosic
Cada partido es distinto, pens¨® el Caja Laboral. El que da primero da dos veces, debi¨® pensar el CSKA porque cuando no hay color los matices son subjetivos. Uno mira lo que ha hecho y el otro lo que quiz¨¢ pueda hacer. M¨¢s ac¨¢ del psicoan¨¢lisis, el Caja Laboral entendi¨® que el equipo de Messina tiene m¨¢s recorrido, m¨¢s variedad, m¨¢s alternativas que las que ¨¦l puede ofrecer sobre todo en un enfrentamiento directo en el que el pulso es tan definitivo como la estrategia o el ¨¢nimo. El CSKA lo domin¨® todo: ritmo, tacto, mu?eca, rebote, empuje. Bien dirigido por Jackson o por Teodosic o por Weems nunca transmiti¨® sensaci¨®n alguna de poner en peligro su jerarqu¨ªa. No anduvo ni sobrado ni falto. Al Caja Laboral si le falt¨® ese punto que explica por qu¨¦ ganas y por qu¨¦ pierdes. Fue mejor el equipo de Vitoria en el porcentaje de tiros libres y en el de tiros de dos puntos, equilibr¨® la batalla del rebote (29-28), pero fue infinitamente peor en el cap¨ªtulo de triples (con un pobre 3 de 19 frente al 9 de 21 de su rival). Pero quiz¨¢s los n¨²meros fr¨ªos no expliquen el calor del partido, de un partido de cuartos de final donde hay poca marcha atr¨¢s.
El Caja Laboral perdi¨® en Mosc¨² la mu?eca. En el baloncesto actual, la larga distancia es un recurso y un contraataque al mismo tiempo. Vale igual para irse del rival que para alcanzarlo y ninguna de ambas cosas hizo cuando el CSKA iba modificando sus alternativas en funci¨®n de sus necesidades. Messina tiene corazones a su medida. A veces le vale el coraz¨®n valeroso de Teodosic, con ese aire de profesor de trigonometr¨ªa, o cuando hace falta el coraz¨®n fr¨ªo de Papaloukas, con aspecto de profesor de filosof¨ªa. El resto del equipo se mueve con personalidad en funci¨®n de sus caracter¨ªsticas. No puede decirse que el CSKA baile al son de ninguno de sus jugadores como danzarines sin nombre. El ruso es un equipo poderoso, pero no r¨ªgido, que lo mismo mueve cent¨ªmetros bajo la canasta que parece pizpireto cuando de correr se trata. Teodosic y Weems por fuera, con 17 y 19 puntos respectivamente, y Krstic y Kaun en la pintura, con 16 puntos cada uno, se repartieron el dominio y los puntos.
CSKA, 89 - Caja Laboral, 78
CSKA de Mosc¨²: Teodosic (17), Weems (19), Kaun (16), Krstic (16) y Khryapa (7) ¡ªcinco inicial¡ª; Erceg (5), Micov (9), Papaloukas (0), Vorontsevich (0), Jackson (0), Ponkrashov (0), Sokolov (0).
Caja Laboral: Cook (0), San Emeterio (2), Nocioni (16), Nemanja Bjelica (9) y Lampe (12) ¡ªcinco inicial¡ª; Heurtel (4), Pleiss (6), Causeur (17), Milko Bjelica (10), David Jelinek (2).
?rbitro: F. Rocha (Portugal), M. Jovcic (Serbia) y O. Latisevs (Letonia). Sin eliminados.
4.608 espectadores en el Universal Sports Hall de Mosc¨².
El Caja Laboral de Tabak tiene m¨¢s dependencias. Su tr¨¢nsito en la Euroliga le ha hecho crecer en la adversidad. Ha estado tan fuera como dentro de cada fase, pero fiel a su estilo ha sobrevivido a todos los anuncios de naufragio, siendo como es un cl¨¢sico de los bailes europeos estelares. El problema es que ante el CSKA siempre dio la sensaci¨®n de ser un rival digno, pero no superior. Los datos le avalaron en el ordenador del encuentro, pero en realidad siempre estuvo a remolque, jugador a jugador, caso a caso. Nocioni, el alma y el coraz¨®n del equipo, por lo que fue y lo que es, no pod¨ªa con tipos como Krstic, Kaun o Khryapa, un grandull¨®n que luego en el aro contrario las tira flojitas, suaves, medio muertas y entran en la canasta como el f¨²tbol dice de los goles que entran besando la red. El empuje de San Emeterio, que acab¨® lesionado en el brazo, no bast¨®, ni las intermitencias de Heurtel o Nemanja Bjelica o el ¨ªmpetu del final cuando la batalla estaba perdida pero quedaba la honra (la honrilla, se dice en el deporte, cuando sabes que vas a perder).
Acabada la fase donde los errores con uno los puedes curar con las victorias frente a otros, en el puro enfrentamiento directo, el Baskonia dio un paso atr¨¢s ante uno de los se?alados para el triunfo final. No era una batalla f¨¢cil la que le esperaba a un cl¨¢sico europeo y como no lo era, no lo fue. El CSKA tiene un poco de todo y al equipo de Vitoria le falt¨® sobre todo tacto para desequilibrar el pulso bajo el tablero. En los duelos singulares, o puede el m¨²sculo o puede el tacto. O puede la mezcla de los dos. El CSKA es un compendio de veteran¨ªa y talento que result¨® definitivo ante un Caja Laboral que no perdi¨® la mirada pero siempre vio borroso el marcador. Fue el primer asalto, en el que exhibi¨® su inferioridad aunque nunca rehuy¨® el cambio de golpes. Quedan posteriores citas que exigen al equipo de Tabak un porcentaje de acierto mayor ante un rival que le gana en banquillo y que pareci¨® m¨¢s fresco, menos exigido en contiendas anteriores. No se sabe si 11 puntos de diferencia (89-78) fueron muchos o pocos. Poco importa. Fue una cuesti¨®n de sensaciones, las que dijeron que el Caja Laboral necesita su versi¨®n m¨¢s impoluta, m¨¢s egregia, para derribar el muro ruso de un equipo que tiene casi de todo. Un poco de direcci¨®n en la cancha no le vendr¨ªa nada mal al equipo de Tabak.
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