El Madrid se abanica con los suplentes
Los de Mourinho, con la mente en Dortmund, despachan a un Betis condenado por su tiritona de inicio ¡ñ Marcelo, Benzema y Modric, sustituidos por lesi¨®n
Hace algunas temporadas que jornada a jornada se evidencia un grave problema del f¨²tbol espa?ol: no hay clase media alta. La representaba el Betis de este curso, s¨¦ptimo al llegar a un Bernab¨¦u en rebajas, pendiente de la d¨¦cima no de esta Liga en la que nada tiene que decir. El mundo al rev¨¦s, sin dictado el Madrid, durante una hora mudo se qued¨® el Betis, el que se la jugaba como aspirante a la zona europea. Es tal la diferencia entre Bar?a y Madrid y el resto que a los blancos les basta con un poco de desidia, un pu?ado de suplentes y un par de canteranos, incluso debutante uno de ellos, como Casemiro, un brasile?o de 21 a?os con mucho desparpajo como medio centro. Suficiente. Ni migas de los verdiblancos, asustados, encogidos, sin ¨¢nimo, en otra Liga hasta que se encontraron de casualidad en esta en el segundo tramo. Ni as¨ª, ya era tarde. En estos tiempos de rendici¨®n, al Madrid le basta con jugar de puntillas, con un pelot¨®n de suplentes, un par de meritorios y las luces largas en Dortmund. No hay competencia y hasta en tales circunstancias, equipos agitadores como el sevillano se vuelven demasiado fl¨¢cidos. Tir¨® el primer acto y se vio impotente cuando despu¨¦s le dio cuartelillo su adversario, ya de embarque hacia la Champions.
Real Madrid, 3 - Betis, 1
Real Madrid: Diego L¨®pez; Nacho, Albiol, Carvalho, Marcelo (Varane, m. 15); Casemiro, Modric (Pepe, m. 63); Callej¨®n, ?zil, Cristiano; y Benzema (Higua¨ªn, m. 73). No utilizados: Casillas; Morata, Kak¨¢, Di Mar¨ªa.
Betis: Adri¨¢n; Chica, Paulao, Amaya, Alex Mart¨ªnez; Ca?as (Rub¨¦n P¨¦rez, m. 67), Be?at; Pab¨®n, Nosa (Jorge Molina, m. 46), Campbell (Vadillo, m. 59); Rub¨¦n Castro. No utilizados: Casto; Salva, L¨®pez, Perquis.
Goles: 1-0. M. 45: ?zil. 2-0. M. 57: Benzema; 2-1. M. 73: Jorge Molina, de penalti. 3-1. M. 90: ?zil.
?rbitro: ?lvarez Izquierdo. Mostr¨® cartulina amarilla al jugador del Betis Ca?as (min. 55) y los del Real Madrid Nacho (min. 72), Higua¨ªn (min. 79) y Cristiano (min. 82).
75.000 espectadores. Se guard¨® un minuto de silencio por los fallecidos en el atentado del marat¨®n de Boston.
De una nader¨ªa de partido sac¨® provecho el Madrid. Sin ruido, a bajo volumen, de sobra con unas gotas de ?zil y un suspiro de Benzema. Bingo y a otra cosa, con el Betis de telonero, descontando la hoja del calendario en Chamart¨ªn. Extraviados los verdiblancos hasta su maquillaje final, el partido solo tuvo focos para chicos como Nacho y Casemiro. Polivalente y eficaz el primero, que parti¨® como lateral derecho y antes del cuarto de hora cambi¨® de orilla por la baja de Marcelo, endemoniado por las lesiones. Nadie hizo estornudar a Nacho hasta que le enfil¨® Rub¨¦n Castro en la jugada del penalti favorable a los andaluces, y menos a Casemiro, solvente en el puesto de Alonso. Un muchacho templado, de buena carrocer¨ªa y con luces para distribuir el juego. De esos futbolistas que como anclas no se complican la vida, conocen el oficio, en las inferiores y en la categor¨ªa absoluta.
Pocas tardes de ali?o semejantes ha pasado el Madrid, por mucho que el Betis empujara un poco ya con el 2-0. Mucha raz¨®n ten¨ªa Mourinho cuando confes¨® en la previa que la situaci¨®n es inh¨®spita para ¨¦l, que siempre ha competido hasta el final en las ligas en las que ha participado. Esta se le enred¨® desde el inicio, con las intrigas de vestuario, y el equipo navega ahora sin velas en esta competici¨®n. Se deja ir, sin rumbo claro, pero le basta con el escudo para impresionar, por m¨¢s que el Betis llegara al partido con una hora de retraso, cuando Nacho atropell¨® a Rub¨¦n. Hac¨ªa una hora, justamente, que el Madrid estaba de entreno. Con la Liga de Campeones a la vista, del trastero hab¨ªan resurgido Albiol y Carvalho como centrales, y hab¨ªa vuelto Callej¨®n, revoltoso como es con sus desmarques perpetuos. En primera marcha, el Madrid se adelant¨® a un paso del descanso, tras una pared de Benzema, que domina el espacio corto como pocos, y ?zil. El alem¨¢n resolvi¨® la jugada con suficiencia, con insultante superioridad, con Paulao de escoba para evitar sin querer el fuera de juego. Un gol precedido por un remate al poste de Cristiano, que jug¨® con una pierna en Alemania, y un epis¨®dico disparo de Pab¨®n al larguero.
Subyugado el Betis, el segundo tiempo fue m¨¢s accidentado. Benzema, por la deriva del encuentro, como sin querer, sell¨® el 2-0 tras una invitaci¨®n de Cristiano. Parec¨ªa asunto resuelto, pero al Madrid le sonaron todas las alarmas. En una jornada de engorro, ya lastimado Marcelo, se pincharon Modric y el propio Benzema. Cambio de planes para Mourinho, que no pudo gestionar el tr¨¢mite como quer¨ªa. Un efecto contagioso para los suyos, que se vieron apretados por un Betis que hab¨ªa tardado un mundo en quitarse los complejos. Demasiado tarde, pese al enredo entre Diego L¨®pez y Carvalho que a un dedo del final casi le cuesta el empate al Madrid. Rub¨¦n Castro se estrell¨® con el larguero y Albiol reba?¨® bajo palos el remate posterior de Pab¨®n. El Betis, condenado por su tiritona de inicio, ya estaba sentenciado. Por si hab¨ªa dudas, le despach¨® ?zil en el descuento. Sin despeinarse, con el abanico de los suplentes, el Madrid resolvi¨® el papeleo de su formalidad en una competici¨®n que ya solo le estorba. El Betis regresar¨¢ a ella la pr¨®xima jornada. Esta es la Liga espa?ola, la del abismo entre los colosos y el resto.
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