¡°Sentimos el orgullo del pionero¡±
A la mesa acuden dos pioneros. Manuel Santana (1938) gan¨® cuatro grandes mientras daba a conocer el tenis en la Espa?a de los televisores en blanco y negro. Andr¨¦s Gimeno es el campe¨®n de m¨¢s edad que nunca ha tenido Roland Garros (34 a?os; naci¨® en 1937). Juntos recuerdan d¨ªas de raquetas de madera, aventuras transoce¨¢nicas y batallas sobre la pista. Su relaci¨®n es mucho m¨¢s compleja que la de una simple amistad. ¡°Es como la dedicatoria que te he puesto (del libro Andr¨¦s Gimeno. Pasi¨®n por el tenis)¡±, le dice Gimeno a Santana: ¡°Rivales en la pista, ¨ªntimos amigos fuera¡±.
Santana. Lo que quer¨ªa yo era ser Andr¨¦s Gimeno. Yo me acuerdo como si fuera ayer del primer d¨ªa que te vi, Andr¨¦s. El campeonato de Espa?a j¨²nior, actuabas en otra categor¨ªa.
Gimeno. El primer recuerdo que yo tengo es en el Ap¨®stol Santiago, en el campeonato j¨²nior. Ten¨ªas 16 a?os y yo 17. Nos presentaron y me dije: ?Cuidado con este, que lleva mucha hambre de tenis!
S. ?Y en el resto igual de hambre ten¨ªa!
G. Eran otros tiempos, despu¨¦s de la guerra. Se hab¨ªa acabado la Segunda Guerra mundial y todos lo pas¨¢bamos m¨¢s o menos mal, pero subsistimos.
S. Ten¨ªa envidia sana de ti. Jos¨¦ Luis Arilla y t¨² os fuisteis a Australia. Pens¨¦: ?Y estos c¨®mo han hecho para irse hasta all¨ª?
G. Nos pegamos 100 horas de vuelo. Estuvimos cinco meses all¨ª. Aprend¨ª a jugar al tenis de verdad. Con los australianos, en hierba. Era un tenis completamente diferente.
Hemos sido rivales, nos hemos machacado, pero nadie toca a Andr¨¦s ni a Manolo¡±
S. Yo me pegu¨¦ a ti todo lo que pude, pero desgraciadamente te hiciste profesional y me dejaste solo. ?Te fuiste por tu lado! (sonr¨ªe recordando que hasta 1968 los amateurs y los profesionales no pod¨ªan competir juntos). Y yo por el m¨ªo. Llevaste el tenis a una altura que ahora la gente ni sabe.
G. En el 60, Jack Kramer me hizo una oferta y la cog¨ª [Santana hace un gesto con las manos, como si barajase billetes]. Est¨¢bamos en Londres y recuerdo que te dije: ¡°Manolo, no s¨¦ qu¨¦ hacer. ?La cojo o no la cojo?¡±. Y t¨² me contestaste: ¡°?Si no lo coges t¨² lo cojo yo! ?Este contrato no sale de esta habitaci¨®n!¡±.
S. No hab¨ªa el apoyo que hay ahora. Ya jugabas con los grandes, no ten¨ªas ese apoyo econ¨®mico y tuviste que aprovechar la gran oportunidad que te dieron.
G. Estuviste a punto de venirte con nosotros. S¨¦ que te hac¨ªa ilusi¨®n, porque adem¨¢s todos nuestros amigos eran australianos. Al final te quedaste [entre los amateurs], hiciste bien. Levantaste el tenis espa?ol, que es lo m¨¢s importante porque lo que hiciste t¨² en los 60 no creo que mucha gente pudiera haberlo hecho. No ten¨ªamos las facilidades que hay hoy en d¨ªa: los viajes, nos daban cuatro perras por jugar¡ que es lo que nos importaba. Lo que nosotros quer¨ªamos era jugar. Ante todo, el tenis. Hemos sido rivales, nos hemos machacado a muerte en la pista, pero fuera nadie toca a Andr¨¦s ni nadie toca a Manolo.
S. Yo no me fui con los profesionales porque el tenis espa?ol ya te hab¨ªa perdido a ti. Hab¨ªa un hombre que ten¨ªa una visi¨®n extraordinaria y de futuro, Juan Antonio Samaranch, que no pod¨ªa entender la divisi¨®n que hab¨ªa entre profesionales y amateurs. Le dije: ¡°Mira, acabo de recibir una oferta buena y acabo de ganar Roland Garros¡±. Me contest¨®: ¡°Yo te organizo todo para que tengas un contrato y te quedes con nosotros¡±. Fue un acierto tremendo. Tambi¨¦n una frustraci¨®n: contigo hab¨ªamos ganado la Copa Davis seguro [Espa?a perdi¨® en Australia las finales de 1965 y 1967]. Lo habr¨ªamos conseguido. ?Esa derecha que ten¨ªas! Espectacular. Tambi¨¦n ten¨ªas una mano incre¨ªble para hacer las dejadas. Todav¨ªa me acuerdo de una que me hiciste en Roland Garros. ?Me retiraste! [Fue en 1969, 4-6, 2-6, 6-4, 6-4, 1-0 y abandono de Santana]. Yo no hac¨ªa m¨¢s que correr. Me hiciste una dejada. La cog¨ª y me echaste un globo. Me peg¨® un tir¨®n en la pierna¡ ?Y me tuvieron que sacar de la pista en camilla!
G. Es verdad, es verdad. ?En camilla! ?Qu¨¦ partidazo aquel! T¨² destacabas por tu tenacidad. Los cuatro grandes que ganaste fueron por tenacidad. Te ten¨ªamos que ganar hasta la ¨²ltima pelota. Dec¨ªas: ¡°A m¨ª me sacas de aqu¨ª, pero con sangre¡±. Ten¨ªa que hacerte correr mucho para ganarte. Tu juego era imprevisible. Me gustaba leer el juego de los adversarios, y lo hac¨ªa muy bien, pero contigo me volv¨ªa loco. Eras muy variado. ?Y ahora d¨®nde me la va a meter? Siempre me ten¨ªas en tensi¨®n.
EL PA?S. ?Ha cambiado mucho el tenis?
G. A Rod Laver, le preguntaron los periodistas en Australia: ?Usted qu¨¦ cree que har¨ªa con Federer? Y ¨¦l dijo: ¡°No lo s¨¦, pero me gustar¨ªa saber qu¨¦ har¨ªa ¨¦l con la raqueta con la que yo jugaba en mi ¨¦poca, con aquel trasto¡±. T¨² jugabas con una Slazenger y yo con una Dunlop. Dos trozos de madera. El tenis es hoy otra historia. Nosotros, gracias que pudi¨¦ramos jugar. Est¨¢ muy profesionalizado, la televisi¨®n ha hecho mucho por el tenis, ha sido lo que ha dado el boom. Yo estoy content¨ªsimo de que los jugadores de hoy sean lo que son¡ pero t¨² y yo siempre tendremos el orgullo de poder decir que somos los pioneros de todo esto.
S. El otro d¨ªa le preguntaron a Federer qu¨¦ le parec¨ªan los 14 millones de libras esterlinas que reparten en Wimbledon. ?Es un dineral! Yo gan¨¦ Wimbledon en 1966¡ ?Y me cost¨® dinero!
G. Llegu¨¦ a semifinales de Wimbledon, en el 67¡ no, en el 70. Me dieron 500 libras.
S. ?No me recuerdes el 67, que me duele la memoria! [Santana se convirti¨® en el primer campe¨®n que ca¨ªa en primera ronda el curso en el que defend¨ªa su t¨ªtulo] ?Me la enchufaron! Estaba la hierba rapid¨ªsima¡
G. Se te ven¨ªa la pelota encima.
S. ?Recuerdas cuando fuimos a El Cairo? Por la Copa Davis. Yo iba chupando rueda. Jugaban Gimeno y Couder¡ Est¨¢bamos viviendo en una especie de pensi¨®n. ¡°Oye Manolo¡±, me dice Andr¨¦s, ¡°todo el mundo va vestido en pijama. ?A que no tienes cojones de ponerte el pijama y salir a la calle?¡±. Y salimos los dos.
G. Y nadie nos mir¨®. Pasamos desapercibidos. Despu¨¦s volvimos al hotel¡ ?y c¨®mo nos pusimos a re¨ªr!
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