Nadal nunca dice basta
El espa?ol remonta 1-6, 7-5 y 6-4 a un impresionante Gulbis y se cita con Ferrer en cuartos para luchar por el n¨²mero cuatro
Frente a Ernest Gulbis, en la tercera ronda del Masters 1000 de Roma, Rafael Nadal tarda 28 minutos en apuntarse un juego (5-1). Esto es un pim-pam-pum. El let¨®n gana el punto o falla, dispara tan r¨¢pido que no deja que su contrario entre en juego (16 ganadores y 12 errores no forzados al final de la primera manga). Esto es un mon¨®logo en el que Nadal pierde 12 de los primeros 15 puntos, se ve a un paso del 6-0 (0-5 y bola de break), y nunca tiene tiempo para nada: Gulbis pega cada pelota violentamente, tocado por los dioses. El mallorqu¨ªn, que encaja el tercer 1-6 de salida en su carrera sobre arcilla, sabe que eso no puede durar eternamente, que antes o despu¨¦s su rival jugar¨¢ a la altura de su r¨¢nking (n¨²mero 46). Nunca cede. Saca por la segunda manga y pierde el servicio. Tiene tres bolas de set al resto y Gulbis se las niega con ataques de genio. Logra break de ventaja en el tercer parcial (4-2), y lo cede. Otro habr¨ªa sacado bandera blanca. Nadal, no: torturado, gana 1-6, 7-5 y 6-4. El campe¨®n, ruge. Nadal nunca dice basta.
Al principio, el mallorqu¨ªn no se parece al jugador que conquista el domingo el t¨ªtulo en Madrid. Llueve durante la ma?ana en Roma. La tierra est¨¢ pesada y el cielo encapotado. Sin sol para facilitar el picado alto de su pelota, el mallorqu¨ªn se cruza con un tenista capacitado por estatura (1,90m) y t¨¦cnica (magn¨ªfico rev¨¦s a dos manos) para domar su derecha alta, que castiga a rivales de menos envergadura o que empu?an la raqueta con una mano. Es una jornada tormentosa contra un tenista con golpes de ogro, le?ador con raqueta. Recuerda, inevitablemente, a aquel d¨ªa en el que Robin Soderling destron¨® al mallorqu¨ªn en Roland Garros 2009.
Nadal, que acaba resquebrajando la derecha del let¨®n, por momentos impecable con el rev¨¦s, conoce bien la historia de su contrario. En 2008, se?al¨® a Gulbis como uno de los tenistas llamados a estar en la pelea por los grandes y le identific¨® como uno de los mayores peligros en su camino hacia la conquista de Wimbledon. En 2010 sufri¨® para tumbarle en Roma. En 2013 tuvo que remontar contra ¨¦l en Indian Wells, donde salv¨® el partido con chispazos de talento, por puro genio y no por dominio del juego. Hasta Roma, siempre gan¨® (5-0), pero en cruces llenos de curvas.
A los 24 a?os, el n¨²mero 46 llega a Roma sabiendo que vive una segunda oportunidad en el circuito. Este fue un talento precoz que impresion¨® por su percha y su estilo: espigado pegador, Gulbis romp¨ªa la pelota desde las dos alas. El let¨®n, sin embargo, pronto se convirti¨® en un jugador con fama de irascible y comod¨®n, que hizo desfilar por su banquillo a un pu?ado de entrenadores mientras viajaba por el mundo a bordo del jet privado de su padre millonario. Del proyecto de gran tenista se pas¨® a la caricatura del principito. Falto de resultados, su r¨¢nking sufri¨® un descenso preocupante. Hoy vuelve a estar entre los 50 mejores jugadores del mundo, tras un buen arranque de curso. Hoy, en Roma, aprieta de lo lindo al gigante de la tierra, que busca su suerte desde el coraz¨®n y las agallas.
Ferrer necesita ganar a Nadal para mantener el n¨²mero cuatro mundial
Nadal, sin embargo, no falla a la cita que tiene con David Ferrer, con quien lucha por llegar como n¨²mero cuatro a Roland Garros, lo que proporcionar¨ªa un cuadro m¨¢s amable. El mallorqu¨ªn sufre pero gana ante Gulbis, que firma m¨¢s de 40 ganadores pero se deshace ante su presi¨®n en la tercera manga. El alicantino tambi¨¦n llega a cuartos tras el abandono de Kohlschreiber. Como los dos se enfrentan el viernes, el pulso ya se mide cara a cara: si Ferrer gana, mantendr¨¢ el n¨²mero cuatro para Roland Garros. Si Nadal vence, tendr¨¢ la opci¨®n de ocupar el puesto levantando el t¨ªtulo en Italia. En Roma, dos gladiadores se preparan para la batalla.
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