Klopp, un genio de la ret¨®rica

¡°Hace ocho a?os, esta sala no estaba llena de periodistas, sino de acreedores¡±. Cuando vio la sala repleta, J¨¹rgen Klopp (Stuttgart, 1967) solt¨® la broma en alusi¨®n a la ruina econ¨®mica del Borussia en 2005. A este rubio de casi dos metros le gusta divertir a la audiencia con un lenguaje creativo. Y sorprender a trav¨¦s de la iron¨ªa y de met¨¢foras. ¡°Hay gente que ha escalado el Everest y se ha tenido que dar la vuelta a 10 metros de la cima, pero al menos lo ha intentado. Nosotros lo vamos a intentar¡±, dijo ayer para quitarles presi¨®n a sus jugadores.

Durante el Mundial de Alemania 2006, como comentarista de televisi¨®n, Klopp narr¨® con palabras llanas las t¨¢cticas m¨¢s complejas. Se hizo muy popular. Huye de los t¨®picos y recurre al lenguaje de la calle, en contraste con su rival de hoy, Jupp Heynckes, siempre t¨ªmido y previsible.

Cuando lleg¨® a Dortmund, en 2008, el Borussia aspiraba a la permanencia. Fue construyendo nuevas realidades mediante mensajes positivos e ingeniosos. ¡°Cuando el club hab¨ªa sido rescatado, buscaron un entrenador vitalista, que apuesta por un f¨²tbol vivo, se divierte y se r¨ªe a pesar del descenso del Mainz 05 [club al que entren¨® desde 2001 a 2008]¡±, explic¨®. Lo llam¨® ¡°f¨²tbol a todo gas¡±, un gancho para atraer a 80.000 aficionados cada jornada (el aforo m¨¢s grande de Europa), algunos desde 800 kil¨®metros de distancia. ¡°Prefer¨ªamos dar cinco veces en el larguero que quedarnos cuatro veces sin tirar a la porter¨ªa. Mejor perder. Ese fue el comienzo¡±.

¡°Ellos son amigos m¨ªos, pero yo no soy amigo suyo¡±, dice de sus futbolistas

La risa, explosiva, la utiliza como un mecanismo de liberaci¨®n de otros excesos. En el ¨²ltimo cl¨¢sico liguero frente al Bayern, tras encararse con Matthias Sammer, el director deportivo b¨¢varo, frente contra frente, lanz¨® un bufido y una risotada. Era su manera de pedir perd¨®n. El t¨¦cnico del Borussia establece una complicidad emocional con sus jugadores. ¡°Ellos son amigos m¨ªos, pero yo no soy amigo suyo¡±, dijo. A los tres polacos del plantel, por ejemplo, los ha convertido en estrellas. Piszczek era un lateral irrelevante en el Hertha, descendido a Segunda. Hoy es uno de los zagueros m¨¢s cotizados. El interior Blaszczykowski promediaba un gol por temporada y en la pasada convirti¨® 14. Y en cuanto a Lewandowski, super¨® la timidez del primer curso (Chancenloss, falla ocasiones, le llamaban) para ser el ¨²ltimo Pichichi de la Bundesliga.

A sus futbolistas les ense?¨® fotos de las celebraciones del Bar?a. ¡°No ense?o v¨ªdeos porque no copiamos estilo, pero s¨ª su gol 5.868 como si no hubieran marcado nunca antes. Eso lo sientes hasta el d¨ªa en que te mueres¡±. En 2004, cuando dirig¨ªa al Mainz, concentr¨® al equipo una semana junto a un lago en Suecia sin electricidad ni comida. ¡°?ramos como Brave Heart. Pod¨ªas clavarme un cuchillo y no lo sent¨ªa. Volvimos a la Bundesliga y la gente no pod¨ªa creer lo fuertes que est¨¢bamos¡±, confes¨® en The Guardian. ?l mismo fue un ejemplo de superaci¨®n: un delantero reconvertido en lateral derecho, luchador, sin destreza con el bal¨®n. Procede de un peque?o pueblo de 1.500 habitantes de la Selva Negra y su mujer, Ulla, es escritora: public¨® una especie de Harry Potter futbol¨ªstico.

¡°El Bayern es como James Bond¡­ pero el villano¡±.

¡°Cuando era jugador, hab¨ªa 800 aficionados en las tardes lluviosas de los s¨¢bados; y si uno de nosotros mor¨ªa, nadie ir¨ªa ni al funeral. Pero am¨¢bamos el club; y siento lo mismo por el Dortmund, un club de trabajadores¡±, resumi¨®. Al dejar el Mainz, despu¨¦s de 18 a?os entre futbolista y entrenador, se pas¨® una semana llorando. Prometi¨® no implicarse tanto sentimentalmente en su nuevo destino. Pero se equivoc¨®. La reciente marcha de G?tze al Bayern fue ¡°como un ataque al coraz¨®n¡±. En el momento de m¨¢xima hostilidad de su hinchada contra el media punta, ¨¦l le transmiti¨® todo el cari?o. ¡°El Bayern es como James Bond¡­ pero el villano¡±.

Ahora, en la final de la Champions, quiere explotar su condici¨®n de humilde aspirante. Como siempre, recurri¨® a una comparaci¨®n original. ¡°Si hay un partido que me ha marcado es la final del Mundial de 1954 [Alemania gan¨® en Suiza a la gran Hungr¨ªa de Puskas contra todo pron¨®stico], pese a que no la vi. No tenemos nada que perder. En el f¨²tbol todo es posible¡±. A pesar de que el ¨¦xito amenaza cambiar su vida y la de sus muchachos, ¨¦l sigue proclamando su felicidad y fidelidad al Borussia: "Este es el proyecto m¨¢s interesante del mundo".