Heynckes se va ba?ado en oro

El prudente y reservado Jupp se desmelen¨® por esta ¨²nica y excepcional ocasi¨®n: acudi¨® al fondo donde estaban sus aficionados para agachar y levantar la Copa repetidas veces, en una especie de juego infantil que desped¨ªa 50 a?os de profesi¨®n. Solo los elegidos pueden marcharse en la cima. Y Jupp Heynckes (M?nchengladbach, 1945) es uno de ellos. Lo fue todo como jugador y ha marcado una ¨¦poca como entrenador, entrando anoche en el selecto grupo de quienes han conquistado la Copa de Europa con dos clubes distintos: Ernst Happel (Feyenoord 1970 y Hamburgo 1983), Otmar Hitzfeld (Borussia 1997 y Bayern 2001) y Jos¨¦ Mourinho (Oporto 2004 e Inter 2010). Antes, Heynckes logr¨® la s¨¦ptima para el Real Madrid (1998). ¡°Despu¨¦s de la ¨²ltima final perdida ante el Chelsea, decid¨ª acabar mi contrato con el Bayern este verano¡±, desvel¨® anoche el entrenador.

Apenas dej¨® traslucir sus emociones y en ning¨²n momento nombr¨® a su sucesor, Pep Guardiola, a pesar de las insistentes preguntas de los periodistas. Solo apunt¨® esto: ¡°Mi sucesor se encontrar¨¢ un equipo que funciona muy bien con dos atacantes m¨¢s: G?tze y Lewandowski, que est¨¢n pululando¡±. Pero antes prefiri¨® recordar a esa generaci¨®n de Lahm, Schweinsteiger y Robben, que pod¨ªa haberse quedado sin un premio. ¡°La forma en que hemos jugado este a?o no es casualidad. Hemos trabajado tan fuerte en los entrenamientos, todos los detalles, todos los aspectos, hasta desde el punto de vista mental¡±, explic¨® antes de recordar que por el camino dejaron al Juventus y al Bar?a (¡°el mejor equipo del mundo¡±).

Heynckes le deja a Guardiola un legado casi imposible de superar: campe¨®n de Liga, de Champions y ahora espera completar el triplete el 1 de junio ante el Stuttgart en la final de la Copa germana. ¡°Ma?ana ten¨¦is que entrenaros para preparar la final de Copa¡±, les dijo anoche a sus jugadores.

Todo comenz¨® en los campos de la Segunda Divisi¨®n alemana, cuando empez¨® a jugar de delantero, muy fino, por cierto, a los 18, disfrutando de aquel M?nchengladbach glorioso de los sesenta y setenta de Netzer, Wimmer, Bonhoff, Vogts y m¨¢s tarde Stielike y Simonsen.

Todo le cost¨® mucho m¨¢s como entrenador. Fue un trabajo may¨²sculo de perseverancia. 34 a?os y nueve equipos, algunos repetidos, como el Athletic y el Bayern, su gran rival como jugador, pero su consagraci¨®n como t¨¦cnico. Una aventura entre Alemania y Espa?a, donde siempre quiso volver a pesar de salir magullado de su a?o en el Real Madrid, con la Copa de Europa en la mochila, y el bonito recuerdo de su paso por el Tenerife, semifinalista de la UEFA en 1996. En el M?nchengladbach, el Eintracht, el Schalke y el Leverkusen las pas¨® de todos los colores. Pero siempre supo volver a encontrar el camino, lento, discreto y seguro. Como cuando, el a?o pasado, celebraba en un hotel de Madrid, tras eliminar al equipo de Mourinho, el paso a la final de la Champions perdida ante el Chelsea posteriormente en el Allianz Arena. Todos, directivos y jugadores, sacaban pecho y lo festejaban entre grandes alharacas. Todos menos uno, Heynckes, apartado, discreto, casi pidiendo perd¨®n. ¡°El a?o pasado¡±, concluy¨® anoche Heynckes, ¡°todos fuimos figuras tr¨¢gicas; pero eso no nos detuvo para trabajar como hemos trabajado y llegar a ganar la Copa de Europa¡±.

La quinta Copa de Europa del Bayern tambi¨¦n viene a borrar la maldici¨®n sobre una generaci¨®n de jugadores acostumbrados a perder finales. Robben, a la cabeza. El extremo zurdo holand¨¦s sucumbi¨® ante Espa?a en la final del Mundial de Sud¨¢frica, cay¨® ante el Inter en la Champions de 2010 en el Bernab¨¦u y repiti¨® el a?o pasado frente al Chelsea. ¡°Defensivamente hemos estado impresionantes toda la temporada¡±, dijo Robben, que recibi¨® el premio del mejor del partido de manos de Alex Ferguson.

Estas dos ¨²ltimas derrotas tambi¨¦n pertenecen a Schweinsteiger y Lahm, vencidos a su vez por Espa?a en la Eurocopa de 2008 en Austria y Suiza. Por fin fueron campeones. Y c¨®mo no, un gran debut para Javi Mart¨ªnez, tan criticado por quienes entendieron un desperdicio pagar 40 millones por un mediocentro de contenci¨®n, sin capacidad de desborde ni acciones brillantes. Anoche cay¨® desplomado al o¨ªr el pitido final, exhausto de la presi¨®n de todo una temporada con cientos de ojos escrutadores sobre ¨¦l. La super¨® con creces. El meta Neuer lo recogi¨® a la carrera. Se abrazaron violentamente. El portero sab¨ªa el valor de la actuaci¨®n del mediocentro espa?ol. Entre los dos sostuvieron la mayor¨ªa de las acometidas del Dortmund.