El Chacho decide un combate ¨¦pico y pol¨¦mico

Entre sudores fr¨ªos, ¨¦pica y t¨¢ngana, el Madrid encontr¨® la victoria en el primer asalto de la final por el t¨ªtulo. El impulso febril de Sergio Rodr¨ªguez y los rebotes postreros de Felipe Reyes permitieron a los de Laso remontar 12 puntos de desventaja a falta de 11 minutos (46-58) y llevar el combate hasta el alambre. Sada, que minutos antes se hab¨ªa disfrazado de Spanoulis para despertar los demonios madridistas, tuvo con 73-72 y a falta de 2,3s el bal¨®n que val¨ªa el partido. Cruz¨® toda la pista y cuando apuntaba el tiro decisivo aparecieron las manos del Chacho y de Llull, se le escap¨® la pelota por la l¨ªnea de fondo y se desat¨® una tormenta. El Bar?a reclam¨® falta y los ¨¢rbitros indicaron saque a favor del Madrid. La pol¨¦mica deriv¨® en una tumultuosa trifulca subida de tono con todos los protagonistas dentro de la pista, entrenadores incluidos, y con su respectiva t¨¦cnica, con la que el Madrid remat¨® el partido. Entre los dos bases estuvo el duelo, el madridista con 21, el azulgrana con 17; cuatro puntos de diferencia, los mismos que en el marcador final. Sada, en la zona mixta, dijo: ¡°Sergio Rodr¨ªguez, en un gesto que le honra, me ha reconocido que fue falta. Yo he sentido contacto y he sentido que me hac¨ªan falta. En el peor de los casos, adem¨¢s, era posesi¨®n para el Barcelona¡±. Era el sexto combate entre ambos contendientes en lo que va de temporada y, vista la igualdad y la tensi¨®n reinante, el camino al t¨ªtulo se presume trepidante, como lo fue la ma?ana.

Subidos a la moto de Llull y agarrados a la hiperactividad de Rudy Fern¨¢ndez, los blancos sacudieron el partido con una efervescente puesta en escena. Los puntos del alero mallorqu¨ªn, los rebotes de Carlos Su¨¢rez y la intimidaci¨®n de Begic dieron las primeras ventajas al Madrid ante un Bar?a timorato en que solo Huertas aguantaba el tipo (6 de los 14 puntos de su equipo en el primer cuarto). Adem¨¢s de mitigar el impulso local, el base brasile?o tuvo el m¨¦rito de buscar las cosquillas a Begic. Le sac¨® dos faltas personales al p¨ªvot que obligaron a Laso a retocar su quinteto antes de lo previsto. Para entonces ya lo hab¨ªa hecho Xavi Pascual en busca de la tecla que activara a los suyos.

Mavrokefalidis subi¨® las revoluciones en la pintura y desnud¨® un poco m¨¢s el juego interior blanco con la segunda falta de Slaughter y entre Ingles y Sada intentaron ajustar los grilletes, pero el Madrid no pareci¨® perder afinaci¨®n. Un triple sobre la bocina de posesi¨®n de Sergio Rodr¨ªguez y otra canasta de Llull que cerr¨® el primer cuarto desataron las endorfinas en el Palacio (21-14, m. 10).

Sin embargo, con Navarro mustio de inicio, los azulgrana apretaron los dientes, dieron varias vueltas de tuerca en su intensidad defensiva y diversificaron su producci¨®n anotadora con Oleson por fuera y Lorbek bajo los aros. La p¨®cima fue veneno puro para el Madrid. Entre ambos lideraron un contundente parcial de 2-16 en apenas cinco minutos que alter¨® el ecosistema del partido, volte¨® el marcador (23-30, m. 15) y encendi¨® la mecha de las primeras grescas. Incapaces de encontrar su vel¨®dromo ni de procurarse tiros c¨®modos, los de Laso se apagaron primero y se ofuscaron despu¨¦s. Del 11-5 en rebotes en los primeros 10 minutos se pas¨® a un 4-12 en el segundo acto y el 4 de 15 en tiros de campo de los blancos complet¨® el calamitoso parcial de 14-31 que dej¨® el marcador en 35-45 al descanso. La aparici¨®n estelar de Sada, con 13 puntos en ese periodo gracias a un 4 de 4 en triples, acab¨® por descoser el traje blanco.

Solo Sergio Rodr¨ªguez logr¨® capear el temporal con un par de triples. Pero, como si de una pesadilla con dej¨¤ vu se tratara, el Bar?a se hab¨ªa convertido en el Olympicos y Sada en su particular Spanoulis. Laso reclut¨® a Draper para poner orden y a Rudy junto a Llull para ara?ar puntos. Sin embargo cada viaje al aro rival era un martirio para los locales. Incapaces de lubricar la circulaci¨®n de bal¨®n y top¨¢ndose una y otra vez con la bater¨ªa de torres azulgrana, la diferencia super¨® la frontera psicol¨®gica de los 10 puntos (37-49, m. 23).

Entre los dos bases estuvo el duelo: el madridista con 21, el azulgrana con 17; cuatro puntos de diferencia, los mismos que en el marcador final

Los blancos, que han sido el mejor ataque de la competici¨®n (87,79 puntos de media por partido), afrontaban la final con la mejor defensa de los playoffs, la misma que les ha mantenido invictos en los cinco encuentros disputados (el ¨²nico equipo que no conoc¨ªa la derrota en las eliminatorias por el t¨ªtulo), solventando sus encuentros por una media de 16,2 puntos de diferencia. Los de Laso han encajado casi ocho puntos menos por partido, pasando de 75,3 en la temporada regular a 67,4. Sin embargo, y a pesar de rebajar la producci¨®n anotadora azulgrana hasta los 13 puntos en el tercer cuarto, en 30 minutos el Bar?a les hab¨ªa dejado en 50 y les hab¨ªa metido 61.

Solo les quedaba a los locales la soluci¨®n kamikaze con Sergio Rodr¨ªguez, Llull y Carroll buscando alg¨²n resquicio anotador. Les funcion¨® el zafarrancho. La intentona madridista con el emotivo sprint de sus bajitos dej¨® la contienda empatada a 65 a falta de tres minutos. Ah¨ª apareci¨® Navarro con cinco puntos consecutivos para estirar la cuerda, pero El Chacho, con 12 puntos en los ¨²ltimos 10 minutos, hab¨ªa encontrado la varita m¨¢gica para decantar la primera batalla. Pol¨¦mica incluida.