Empate t¨¦cnico antes de los Pirineos
M¨ªnimas diferencias en la contrarreloj por equipos de Niza, en la que se impuso el Orica, con Gerrans como nuevo l¨ªder, y en la que Contador solo cedi¨® 6s a Froome
A la sombra de los autobuses los corredores, ej¨¦rcito parado, hacen rodillo arrullados sudorosos por el ruido del generador del aire acondicionado y las duchas, mientras sus representantes hablan con los directores de los equipos. No hace ni cinco minutos que ha terminado la carrera y ya exigen aumentos para sus chicos que lo han hecho bien. El jefe del equipo entra en modo c¨¢lculo, se frota la barbilla (maldice internamente por no haberse afeitado bien y rasparse en el gesto) y se devana los sesos para ver d¨®nde ahorrar y poder satisfacer las demandas crecientes en estos tiempos de descensos presupuestario.
Para ¨¦l, para ese director sumido en la sima del qu¨¦ hacer, una idea modesta: ?por qu¨¦ no tender un cable de los rodillos al generador y en vez de con gasolina alimentarlo con los vatios de los ciclistas que se desaceleran tras el esfuerzo extremo? Ser¨ªa un gesto a la par que ahorrador simb¨®lico, porque con la energ¨ªa generada por el sudor de sus gregarios se calentar¨ªa la ducha que se tomara merecida el l¨ªder del equipo (pero solo si se ha portado bien): ser¨ªa un regreso a tierra y tambi¨¦n el aprovechamiento m¨¢ximo del trabajo de los chicos que se tienen que ganar el sueldo, una prolongaci¨®n de su labor en movimiento, en la carretera contra el viento, en la contrarreloj por equipos, la cima del esfuerzo colectivo e hipertecnol¨®gico a casi 58 por hora.
Clasificaciones
CUARTA? ETAPA
Niza: 25 km.
Velocidad media: 57,8 Km/h.
1. Orica? 25m 56s
2. Daryl Impey (Orica)? m.t.
3. Michael Albasini (Orica)? m.t.
12. Alberto Contador (Saxo)? a 9s
PR?XIMA ETAPA
Cagnes sur Mer-Marsella: 228,5 km
A esa velocidad r¨¦cord en el Tour, a 57,8 kil¨®metros a la hora, corrieron los 25 kil¨®metros por el paseo de los Ingleses donde los alemanes comen ensalada ni?oise los australianos del Orica, que ganaron por 1s a los belgas del Omega y del alem¨¢n despellejado Tony Martin, y colocaron de amarillo a Gerrans, el ¨²ltimo vencedor en C¨®rcega, quien se lo dedic¨® a Phil Anderson, que le ense?¨® a andar en bici y le prest¨® su bici y fue en el 82, despu¨¦s de ganar en el Bal¨®n de Alsacia, el primer australiano de amarillo. Pero no mucho m¨¢s lento corrieron los Sky de Froome, quien en vez de lamentar la no victoria y el no golpe de autoridad de su equipo disminuido en su especialidad faro, celebr¨® no haber cogido por solo 3s un amarillo que les habr¨ªa obligado a sobresudar en los d¨ªas que vienen, de rotondas (el r¨¦cord, este mi¨¦rcoles, hacia Marsella). Y ya generoso Froome el africano, celebr¨® tanto como el mismo Contador, el haber aventajado al Saxo del espa?ol en 6s, hermosa diferencia para ambos por lo que ambos concluyeron: qu¨¦ buen d¨ªa hemos pasado. A su coro gozoso, qu¨¦ misterio, se sumaron Valverde, del Movistar, que solo perdi¨® 17s con el Sky (y en su equipo recordaron que con sus cilindradas, una media de peso que no llega a los 70 kilos, no se puede ir a 58 por hora pese al enorme empuje de Valverde, Rui Costa y Amador) y hasta Purito, tan hormiga at¨®mica, que solo perdi¨® 25s con sus Katushas. Solo llor¨® de entre los grandes el australiano Cadel Evans, quien no solo debi¨® aguantar que en el coche de su BMC viajara con cara larga enfurru?ada por la mala prestaci¨®n, de ni?o sin juguete frustrado, el due?o del equipo, el millonario caprichoso Andy Rihs, sino, aun siendo favoritos, perder hasta m¨¢s tiempo que los Movistar, 23s con Froome, una ara?a con las mangas largas negras.
El realizador televisivo resuelve cada vez m¨¢s frecuentemente el dilema al que le conduce su dedo juguet¨®n y su mente distra¨ªda, que es el dilema del Tour, optando por la versi¨®n pasteurizada de la carrera (solo un plano c¨¢rnico: el dedo sangrante del pobre Noval, tan grande, golpeado con la c¨¢mara de un espectador, que se apaga detr¨¢s de sus compa?eros del Saxo), la de la sobredosis de tomas a¨¦reas monumentales, pero Eddy Merckx, que se pasea por salida con Th¨¦venet, Hinault y Poulidor (y el pr¨ªncipe de M¨®naco, vecino a Niza, el mismo Mediterr¨¢neo, el mismo solo que amaba Picasso), o sea, el ciclismo, no es ni ser¨¢ pasteurizado, y envejece (68 a?os), engorda y suda. Sobre todo suda: oyendo discursos vac¨ªos en un podio con techo sobrecalentado y piensa en su pr¨®xima visita mientras se pasa un pa?uelo por la frente, medita sobre el peso de sus obligaciones protocolarias de Gargant¨²a del ciclismo, y da cita a quien quiera verle para el Ventoux, su Ventoux en el que se descubri¨® la cabeza cuando pas¨® de amarillo en el 69 ante el lugar en el que dos a?os antes se desvaneci¨® Simpson para siempre, en un momento muy verdadero, y muy poco pasteurizado, del ciclismo. All¨ª celebrar¨¢, de paso, Francia su 14 de julio, pero quiz¨¢s para entonces el Tour del 13 ya est¨¢ definido: el empate t¨¦cnico actual ¡ªentre Froome, el primero de los favoritos, y el ¨²ltimo de sus rivales, Pinot, hay 39s solo¡ª se deber¨¢ romper antes, este s¨¢bado que se anuncia caluroso en los Pirineos, en el tortuoso Pailh¨¨res. Hasta entonces, a contar rotondas.
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