Mujeres abnegadas

Las mujeres son m¨¢s impredecibles. Tambi¨¦n suelen tener m¨¢s orgullo. Son abnegadas y cuando tienen las ideas claras no buscan excusas. Yo he entrenado con chicas y recuerdo que los hombres dejaban se seguir en mi estela antes que ellas. Ellas persist¨ªan. Una de mis compa?eras fue Magda Camps, que tuvo el coraje de irse a entrenar a Manitoba, en el medio de Canad¨¢, para preparar los Juegos de 1976. Recuerdo que Magda le ganaba a todos los chicos de la Blume haciendo series. Estos Mundiales me recuerdan a ella.

Las mujeres han tenido un peso muy superior al de los hombres en Barcelona. La pereza del a?o post-ol¨ªmpico las afect¨® menos. Sobre todo a Katie Ledecky, que ha ido sobrada en cada prueba que ha nadado, el 400, el 800 y el 1.500. Ha puesto un m¨ªnimo de dos segundos respecto a la siguiente y se va del campeonato sin haber tenido un verdadero roce. No la han puesto a prueba. Tampoco Lotte Friis, que aunque tiene nueve a?os m¨¢s que ella parece que no se ha enterado de c¨®mo se nada una carrera t¨¢ctica. Friis acept¨® marcar el ritmo en los largos centrales del 800 y el 1.500, se puso en cabeza, hizo el gasto m¨¢s pesado, y le puso en bandeja la victoria a Ledecky.

El waterpolo femenino, la sincronizada, y Melani, Mireia y Marina Garc¨ªa suponen un desequilibrio ins¨®lito respecto a la participaci¨®n masculina

El caso del equipo espa?ol es extremo. El waterpolo femenino, la nataci¨®n sincronizada, y Melani Costa, Mireia Belmonte y Marina Garc¨ªa en la nataci¨®n en l¨ªnea, suponen un desequilibrio ins¨®lito respecto a la participaci¨®n masculina. Si esta tendencia responde a un ciclo, se trata de un ciclo demasiado largo. Lo preocupante no es que no haya chavales nadando finales. Lo alarmante es que no parece haber aspirantes a nadarlas en los Juegos de R¨ªo. Es significativo que nadando en casa no hayamos sabido reunir ni un cuarteto de relevistas de estilos.

Repasando las marcas, pienso que la impermeabilidad del mono de ba?o tecnol¨®gico prohibido, que propici¨® la ola de r¨¦cords entre 2008 y 2010, favoreci¨® m¨¢s a los hombres que a las mujeres. Las mujeres tienen m¨¢s roce que los chicos, con o sin ba?ador textil. Se deslizan menos. Los hombres se valieron de los ba?adores tecnol¨®gicos desde que Ian Thorpe se puso aqu¨¦l prototipo de Adidas hace 15 a?os, y quiz¨¢ ahora est¨¦n pagando ese salto artificial tan grande. La retirada de un genio como Michael Phelps, que mejor¨® sus tiempos con el mono de Speedo, ha dejado un hueco insalvable. Ryan Lochte ten¨ªa que ocupar ese espacio como l¨ªder indiscutible del equipo americano, pero tengo la sensaci¨®n de que fracas¨® en relaci¨®n a su enorme capacidad como nadador. Su tiempo de 1m45s en los 200 libre fue decepcionante. Lleva dos a?os sin mejorar su marca y todo el mundo esperaba un poco m¨¢s de ¨¦l. Sus oros en 200 espalda y 200 estilos, y su buena participaci¨®n en los tres relevos, no son suficientes, teniendo en cuenta las expectativas que gener¨®.

Lochte deb¨ªa ocupar el liderato de Phelps, pero creo que fracas¨® en relaci¨®n a su enorme capacidad como nadador

Todos los equipos nacionales han mantenido el nivel respecto a los Mundiales de Shangh¨¢i excepto China y Alemania. La china Ye Shiwen es el s¨ªmbolo de un modelo de consumo r¨¢pido. Los alemanes dicen que han regenerado su cuadro de nadadores y de t¨¦cnicos. Quieren superar definitivamente la herencia metodol¨®gica de la RDA, y han empezado de nuevo. Dinamarca y Francia han evolucionado por encima de la media. Paul Wildeboer hizo un gran trabajo en Dinamarca durante el ¨²ltimo ciclo ol¨ªmpico, y ahora los daneses recogen sus frutos. Estados Unidos, la potencia tradicional, conserva su pujanza, pero ech¨¦ en falta aquella m¨ªstica de la uni¨®n y el aliento vociferante durante las pruebas. Aquel ¡®Go USA!¡¯ pas¨® a la historia. Los nadadores no se movieron como una pi?a para animar a sus compa?eros. El mejor p¨²blico fue el franc¨¦s.

En resumen, los cinco r¨¦cords del mundo son una nota positiva en un escenario sin ba?adores tecnol¨®gicos. Pero en general las marcas no resultaron especialmente buenas. El de Barcelona fue el t¨ªpico Mundial post ol¨ªmpico. Su gran triunfo, m¨¢s que en la piscina, estuvo en la publicidad. Fuera del calendario del f¨²tbol y el baloncesto, la FINA supo vender un producto muy bueno de un modo atractivo.