Nadal asalta la guarida de Djokovic

Solo la muerte s¨²bita consigui¨® separar a dos rivales atados por una rivalidad tremenda. Tras 2h 28m, el tie-break del set decisivo coron¨® 6-4, 3-6 y 7-6 (2) a Rafael Nadal sobre Novak Djokovic en las semifinales del Masters 1000 de Montreal. Antes de medirse este domingo al local Raonic en la final (21.00, C+ y Tdp), el mallorqu¨ªn dom¨® un cruce que se jug¨® con coraz¨®n, raqueta, colmillos y hasta un pelotazo sin querer de Nadal a la cara de Djokovic, del que el espa?ol se disculp¨® repetidamente. Fue un encuentro a la altura de dos animales competitivos con las garras de los leones y el hambre de los depredadores. Un duelo que le dio al espa?ol su primera victoria sobre el serbio en cemento desde 2010 y que volvi¨® a retratarle como un can¨ªbal. En el momento supremo, el tie-break final, Nadal arroll¨® a Djokovic a pelotazos. En esos intercambios, el n¨²mero cuatro tom¨® las riendas con la decisi¨®n de los elegidos. Cada uno de los nueve puntos se disput¨® bajo su mando y seg¨²n sus agresivos t¨¦rminos. El n¨²mero uno solo sum¨® dos tantos.

El partido se compiti¨® entre grandes tensiones. Djokovic firm¨® cinco dobles faltas solo en la primera manga. Nadal perdi¨® el servicio cuando sac¨® para abrochar ese parcial por primera vez (5-2) y concedi¨® el break decisivo en el segundo desde un 40-0 a favor. Presionados ambos por el resto contrario, ninguno tuvo respiro. Solo la agresividad actu¨® como escudo. Cada vez que uno de los dos rivales levant¨® el pie, cada vez que dej¨® una pelota corta o golpe¨® un tiro sin intenciones da?inas, pag¨® el precio del punto perdido. Con el Abierto de Estados Unidos como tel¨®n de fondo (desde el 26 de agosto), los dos tenistas compitieron a pelotazos. Sin entrar en di¨¢logos. Atados a la dinamita de sus raquetas. Dispuestos a pagar el tributo del riesgo con tal de no pagar el impuesto de perder la iniciativa y correr sin premio por la pista: 44 errores no forzados de Nole por 36 de Nadal.

Pese a que se jug¨® seg¨²n sus t¨¦rminos (r¨¢pido, a toda mecha) y en una pista hecha a su medida (no solo de cemento, sino tambi¨¦n r¨¢pida; hab¨ªa ganado los dos ¨²ltimos a?os), el n¨²mero uno mundial tuvo problemas para controlar la pelota. Nadal, un hombre que ha hecho carrera destruyendo el rev¨¦s de sus rivales, percuti¨® contra su derecha (56% de sus tiros contra el drive de Nole en la primera manga). Consciente de que el serbio es el tenista que mejor domina su derecha alta con el rev¨¦s, el espa?ol matiz¨® una de sus se?as de identidad para crecer en otras: estuvo notable al resto, ambicioso al saque y decidido en el juego de fondo, donde le acompa?aron las piernas y persever¨® en su plan de pelotas centradas y profundas para negarle a su contrario la posibilidad de abrirle ¨¢ngulos.

Ah¨ª, sobre la l¨ªnea de fondo, se decidi¨® el duelo. Llegados a la tercera manga, Nadal fue capaz de borrar los errores con los que hab¨ªa perdido la segunda y de empezar a generarse oportunidades tirando y tirando sin median¨ªas: tras desaprovechar bola de break cuando Djokovic serv¨ªa por el segundo parcial, tuvo dos pelotas que le dejaban sacando por el duelo en la tercera (4-6, 6-3, 3-4 y 15-40) y rest¨® dos veces para ganar el encuentro (4-5 y 5-6).

Sometido a esas presiones, Djokovic acab¨® perdiendo su patr¨®n de juego y la templanza que exig¨ªa el momento. Su tie-break fue el de un tenista maniatado, presa de las decisiones de su contrario y de los nervios, precipitado y fall¨®n. Su derrota lleg¨® en un escenario menor. Sin embargo, marca un punto de inflexi¨®n en la rivalidad entre ambos tenistas. Nadal ha ganado cinco de los ¨²ltimos seis cruces contra Djokovic, el campe¨®n de las dos ¨²ltimas ediciones del torneo canadiense. El espa?ol no se impon¨ªa al serbio sobre pista r¨¢pida desde 2010. Nole, un tenista tremendo, el favorito para el Abierto de EEUU, ya no tiene refugio en el cemento.

El resumen del partido