Vald¨¦s redime a Messi

Ni Messi ni Neymar. Tampoco Diego Costa ni Villa. La 11? Supercopa ganada anoche por el Barcelona llev¨® la firma de Vald¨¦s. No fue un partido de delanteros sino de zagueros y especialmente del portero del Bar?a. El guardameta impidi¨® con un par de paradas estupendas que el Atl¨¦tico coronara un completo ejercicio defensivo en el Camp Nou. Ning¨²n equipo hab¨ªa dejado tan seco al Barcelona. El manual rojiblanco, admirable a veces por bien trabajado y reprobable en otras por com¨²n y recurrente, en cualquier caso siempre con la firma de autor de Simeone, desquici¨® a los azulgrana y convirti¨® el encuentro en un chasco por feo, duro, discontinuo, alejado de los cl¨¢sicos duelos goleadores que sosten¨ªan ambos equipos no hace tanto tiempo. El t¨ªtulo se decidi¨® por las manos de Vald¨¦s en el Camp Nou y el cabezazo de Neymar en el Calder¨®n.

El Atl¨¦tico qued¨® tan conforme con la ida que repiti¨® alineaci¨®n en el Camp Nou. Quiso y consigui¨® jugar el mismo partido por m¨¢s que hubiera cambiado el Bar?a. El equipo azulgrana ol¨ªa a p¨®lvora desde que se cant¨® una formaci¨®n en la que se juntaban por fin Neymar y Messi y, adem¨¢s, jugaba Cesc, titular por delante de Iniesta. Menos ortodoxia y m¨¢s determinaci¨®n, los delanteros universales por delante de los extremos y del cl¨¢sico 9, el n¨²mero del chico para todo: Alexis S¨¢nchez. Humo. El punto neur¨¢lgico continuaba siendo el 10. Y al equipo le cost¨® mucho dar con Messi. No encontraba su sitio en la cancha porque le encimaban pronto y r¨¢pido y se descolgaba en exceso hasta la l¨ªnea de medios, siempre en busca de espacios, de aire, de la pelota. Ten¨ªa problemas el Bar?a con el ataque est¨¢tico y no hab¨ªa manera de dar velocidad al bal¨®n por la defensa intensa, agresiva y bien parada del Atl¨¦tico. Apenas se contaban noticias desde el bando azulgrana. Alg¨²n pase filtrado de los volantes, el habitual alboroto de Alves y la dificultad de Jordi Alba para combatir las transiciones desde la derecha del poderoso Diego Costa. Muy poca cosa para un equipo que siempre juega en campo contrario, tambi¨¦n ayer ante el Atl¨¦tico.

Las reiterativas faltas t¨¢cticas de los muchachos de Simeone, siempre cuidadosamente elegidas y repartidas, alejadas de la frontal del ¨¢rea, acabaron por desconectar al plantel de Martino. No hab¨ªa forma de conducir el bal¨®n y los azulgrana se incomodaron de mala manera hasta tomar m¨¢s tarjetas que el Atl¨¦tico. El partido fue cada vez m¨¢s trabado y ¨¢spero, muy a gusto de los rojiblancos, mejores en el cuerpo a cuerpo, superiores f¨ªsica y t¨¢cticamente al Bar?a.

Negados los azulgrana, apenas se contaron llegadas al ¨¢rea y hubo muy pocos tiros a gol antes de alcanzar el descanso, salvo dos del Atl¨¦tico. Koke no acert¨® a concretar un contragolpe en una posici¨®n muy favorable y Vald¨¦s le sac¨® un remate precioso a Arda Turan. Ya se sabe qu¨¦ ocurre con los guerrilleros del Cholo. La hinchada y el equipo contrario les toman por un grupo salvaje, como si fueran una banda de pendencieros por interrumpir siempre el juego, y luego enmudecen cuando advierten la capacidad rojiblanca para armar el contragolpe m¨¢s veloz y bello del mundo.

Indesmayable defensivamente, el Atl¨¦tico acostumbra a ser muy selectivo en ataque, incluso en el Camp Nou. Los rojiblancos tuvieron mucho rato el partido donde quer¨ªan, sobre todo porque no hab¨ªa manera de que se activaran los barcelonistas. Muy tensos los zagueros, imperial Mascherano, los medios no activaban el juego ni tampoco sab¨ªan c¨®mo guardar la bola, y ninguno de sus fabulosos delanteros desequilibraba, ni Messi ni Neymar, alejados del arco de Courtois. El Atl¨¦tico se estir¨® cada vez m¨¢s y el Barcelona se descoloc¨® tanto que suerte tuvo de Vald¨¦s. El portero respondi¨® de forma magn¨ªfica a un disparo de Villa despu¨¦s que Neymar se hubiera quedado parado, sin disputar la pelota, enga?ado por un pito que no era precisamente el del ¨¢rbitro sino que pertenec¨ªa a alg¨²n turista con ganas de chufla. Hab¨ªa mucha jarana en la grada mientras en la cancha sufr¨ªan los azulgrana, descentrados, vencidos en los balones divididos, superados en las segundas jugadas, a remolque, como si pensaran m¨¢s en defender el gol de la ida y el t¨ªtulo que en el partido.

No le quedo m¨¢s remedio a Martino que oxigenar al equipo con Pedro y m¨¢s tarde con Iniesta. Los cambios le permitieron al menos retomar el mando del encuentro, dominio favorecido, por otra parte, por el descomunal desgaste acumulado por el Atl¨¦tico. Al Bar?a le perdi¨® entonces su f¨²tbol rebuscado y complejo, excesivamente barroco, la falta de pegada. Nadie chutaba a la porter¨ªa de Courtois. Incluso Messi remat¨® al larguero un penalti cometido sobre Pedro cuando el encuentro se fue embolicando de mala manera por tanta falta del Atl¨¦tico, v¨ªctima en el ¨²ltimo tramo de sus propias triqui?uelas. Felipe Luis fue expulsado por una agresi¨®n a Alves y se acab¨® la defensa del Atl¨¦tico. Los rojiblancos se quedaron pidiendo explicaciones al ¨¢rbitro, recordando la no expulsi¨®n de Busquets en Madrid, mientras los azulgrana celebraban su primer t¨ªtulo con Martino. Vald¨¦s y Neymar hab¨ªan redimido a Messi. A falta del 10, no jug¨® a f¨²tbol el Bar?a y no dej¨® jugar el Atl¨¦tico. El Bar?a no fue el Bar?a y el Atl¨¦tico fue m¨¢s Atl¨¦tico que nunca pese a perder la Supercopa.